ONE LOVE AND A FUNERAL

Capítulo Ocho

Habían hecho un completo desastre en la cocina, el arroz estaba por todos lados incluso en un lugar que Changbin nunca creyó que existían de ésa habitación. La carne estaba siendo cortada en ése momento por Félix que había insistido con querer ayudar después de todo el lío que se había creado. El pelinegro se dedicó a cocinar el arroz, luego de que sacara un paquete de repuesto que había comprado, echándole varias especias que según él harían que el plato quedara lujoso y divino.

ㅡAuchㅡse quejó con dolor mientras lamía su dedo y succionaba la sangre, aunque la verdad no era tanta pero ello le ponía nervioso.ㅡMe corté.

Changbin apagó el fuego para que su comida no se quemara y se acercó al menor preocupado, analizó el corte y fue por algún botiquín que su padre siempre le pidió tener en caso de emergencia. Una vez que regresó, colocó un líquido que hacía a Félix retorcerse de dolor.

ㅡEs alcohol, llorónㅡse burló tras ver la cara de sufrimiento del herido, y éste último le miró con el entrecejo fruncido.ㅡYa, lo siento.

Limpió con algodón para luego tomar una curita en su dedo índice, besó su dedo y le sonrió.

ㅡYa estáㅡbesó su mejilla.

Se dirigió de nuevo hacia su olla de arroz a medio cocinar y volvió a encender el fuego para acabar rápido. Félix sonrió inconscientemente, mirando su dedo con diversión. Tomó otra vez el cuchillo y comenzó a cortar la carne en pequeños trozos. Una vez que terminó se ganó al lado de Changbin con una sartén ya con el aceite caliente y le miró, recibiendo la misma mirada.

ㅡRamsay ha llegado Joan Roca a hacer competenciaㅡambos rieron tan fuerte que sus estómagos les exigía aire. Félix colocó los trozos de carne encima y empezó a cocinar preocupado de que ésta no se quemara.

ㅡ¿Qué opinas de mi exquisito arroz, Roca?ㅡel mayor preguntó sin degustar la comida todavía, quería primero ver la reacción del rubio ante su comida.

Félix llevó el tenedor a su boca, y masticó con calma para degustar todo como era debido. Realmente tenía buenos dotes en la cocina, no le creía hasta ése momento.

ㅡ¿Quieres que sea sincero, Ramsay?ㅡapoyó ambos codos en la mesa de vidrio con una expresión dura, pero en realidad Changbin sabía que debajo de ésa máscara él estaba totalmente felíz.

ㅡPor favor, niñitoㅡsuplicó.

ㅡEn primer lugar no me digas niñito, hyung para tiㅡChangbin soltó una pequeña carcajada debido a su estupidez, no lo podía creer, para después volver su vista al menor.ㅡFue como... si una explosión de sabores hubiera en mi boca. La cocción estuvo impecable, en el punto perfecto. Combinaste muy bien las especias y no se siente muy pesado.

ㅡGracias, niñitoㅡagradeció entre risas, ganando que Félix le mostrara su dedo corazón fingiendo fastidio. Tomó sus palillos y tomó con ellos un trozo pequeño de carne. Lo observó con una fingida expresión de superioridad y la llevó a su boca. Realmente era impresionante lo bien que cocinaba Félix.ㅡUn asco.

ㅡ¡Vamos, hyung! ¡No mientas!ㅡpuso su grito en el cielo mientras se levantaba con indignación.ㅡ¡Cocino bien!

Changbin se levantó silenciosamente, pues no diría nada. Se encaminó hacia Félix, y sin decir nada lo besó. Un beso tan fugaz como el primero.

ㅡ¿Explícame por favor por qué debemos ver Frozen?ㅡChangbin preguntó sentándose en el sofá con una gaseosa en su mano.

ㅡ¿Tienes una idea mejor?ㅡpreguntó alzando los brazos. El pelinegro asintió mientras se levantaba, tiró al menor al sofá no tan bruscamente para él abrirse paso hacia su computador que estaba conectado a la televisión.

Tecleó en Netflix el título de la serie, y se encargó de poner el primer capítulo en inglés ya que sabía que la familia Lee era australiana y por ende para Félix sería mucho más cómodo verla, de todas formas, Changbin sí hablaba inglés.

ㅡ¿Stranger Things? Ya es muy trillada, Binㅡse quejó sacando su puño lleno de papas fritas para luego llevarlas todas a su boca.

ㅡ¿A caso la haz visto?ㅡpreguntó poniendo incio a la serie, comenzando a pasar la introducción a la trama.

ㅡNo, p-

ㅡEntonces te callas.

Félix estaba apunto de llorar en la situación que se encontraba la familia de Will y el pelinegro tenía sus mejillas infladas por el hecho de intentar no reír y ganarse un golpe por burlarse del menor. El rubio abrazaba por su cintura a Changbin, mientras que éste último tenía un brazo encima de los hombros de éste.

ㅡE-Esto es tan tristeㅡsollozó finalmente. Ésa fue la gota que rebalsó el vaso, el mayor ya había estallado en carcajadas.ㅡ¿¡Qué harías si le pasa algo así a alguien que tú quieres!?

ㅡNo pasará porque yo te protegeréㅡbesó la punta de su nariz, impresionándolo. Las mejillas del australiano se pintaron con un leve rosado que hacía que toda su cara estuviera ardiendo, Changbin sólo sonrió.ㅡ¿Tu madre no estará preocupada de que ya hayas pasado veinticuatro horas fuera de casa?

ㅡ¿A caso tú crees éso, Seo Changbin? ¿Dices éso cuando mi madre hasta un pie de limón te regaló?ㅡdijo sarcástico. Y el pelinegro le dio la razón.ㅡYa te ganaste su corazón.

ㅡ¿Y yo me gané el tuyo?ㅡesa pregunta le tomó por sorpresa.

ㅡQuizásㅡse encogió de hombros, acercando sus labios hacia los del contrario.

Se unieron en un cálido y tranquilo beso, moviéndose con total sincronía e inocencia. Las manos de Félix pasaron de estar en la cintura del mayor a estar en la nuca del mismo. En cambio, Changbin acariciaba dulcemente el brazo del menor sintiendo cómo se estremeció ante el tacto.

ㅡT-Te quieroㅡel pelinegro murmuró entre el beso, pasando a morder levemente el labio del contrario. Félix sonrió entre el acto, y el mayor pudo sentirlo.

ㅡYo también a tiㅡsusurró cuando se separaron en busca de aire. Changbin sonrió, satisfecho. Volvió a la boca del menor, pero ya con un beso más lento y calmado.

ㅡFélix...ㅡmurmuró tomando su cálida manoㅡ¿Qué es lo que estás causando en mí? Siento la necesidad de tener a mi lado.ㅡconfesó, mirando directo hacia los ojos del menor.