Capítulo Quince

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Félix se había quedado la noche anterior acurrucado en la cama de Changbin con el mismo, solamente escuchando el sonido de la lluvia chocar contra el techo y la ventana. Habían dejado la chimenea encendida para que el lugar no fuese demasiado frío, y se habían acostado con miles de mantas sobre ellos para no pasar algún resfriado.

Ésta vez fue Félix quien despertó primero debido que tenía la intriga de observar cómo se veía el mayor al dormir. Alzó su mirada notando cómo su angelical rostro tenía sus ojitos cerrados y algo de saliva caía de su boca provocando que una pequeña risita se escapara de parte de Félix. Pasó su dedo por allí y limpió un poco, pero ésto hizo que el mayor se removiera para finalmente despertar.

ㅡ¿Qué haces?ㅡdijo con voz ronca, todavía con sus ojos cerrados, y apegó más a su pequeño novio contra su cuerpo.ㅡEs demasiado temprano.

ㅡMe gusta como te ves al dormirㅡbesó inocentemente su cuello, y abrazó con más fuerza al mayor como si su cercanía no fuera suficiente aún.

ㅡAy Félix, sólo duermeㅡde sus labios surcó una sonrisa.

Se sentía tan genial tenerlo entre sus brazos, compartiendo solamente amor entre ellos de manera inocente y dulce. Changbin nunca creyó que algún día podría gustarle alguna persona, pues no eran más que atracciones idiotas que no lograban durar más de un mes. Sin embargo, con él era completamente diferente. Se sentía extraño, más vivo.

Desde que llegó a su vida, ni siquiera se dedicaba a pasar de fiesta en fiesta. ¡Tiene mejores planes! Prefiere salir con Félix a algún lugar y ver una de sus características sonrisas una vez más.

ㅡTe amoㅡmurmuró, procurando que el menor no lograra a escucharlo bien.

Para su mala suerte, o buena, sí pudo escucharlo. Su corazón saltaba, ya estaba enamorado.

Estaban en el centro de la ciudad con el fin de salir un poco de lo cotidiano y fantástico e ir de compras

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Estaban en el centro de la ciudad con el fin de salir un poco de lo cotidiano y fantástico e ir de compras. Habían estado conversando acerca de vivir juntos pero preferían esperar al menos un poco más, su relación apenas comenzaba y eso sería acelerar las cosas. Las cosas con calma funcionan mejor.

ㅡ¡Podríamos vestirnos iguales al menos un día!ㅡFélix tomó dos prendas completas exactamente iguales, Changbin lo miró riendo mientras seguían avanzando.

ㅡCómo sea, siempre acabas ganandoㅡse encogió de hombros cerrando el paraguas y entrando a la pequeña tienda que había elegido su novio para comprar la ropa él mismo.

ㅡDéjame pagar, hyungㅡse quejó apoyando sus manos en la encimera, pero éste se negó mientras le entregaba efectivo a la señora que le estaba atendiendo.

Salieron de allí con más de tres bolsas en sus manos porque mientras el mayor pagaba algo, Félix regresaba a la caja con más ropa que hacía match. El paraguas gigante que llevaban hacía que ninguno acabara todo empapado, pero la lluvia y viento era tan fuerte que costaba controlarlo de a ratos.

Pasaban por fuera de una tienda de mascotas, y el rubio había quedado petrificado mirando la vitrina observando como los pequeños perros se divertían entre ellos. Su corazón de repente estaba tan cálido en cuanto notó a uno muy bebé completamente felíz.

ㅡChangbin, tengamos un perritoㅡsuplicó dando saltitos pequeños que hicieron al mayor avergonzarse tras estar en plena calle.

ㅡ¿Y en dónde se quedará?ㅡpreguntó cruzándose de brazos. Éso no lo había pensado, pero suponía que su novio podría cuidarlo por ambos mientras no estaba.

ㅡEn tu casa, claroㅡsonrió. Changbin negó, no era muy fanático de las mascotas desde que su conejo murió cuando tenía cinco años, así que se negaba rotundamente a tener que cuidar de un ser vivo.

ㅡAmor, por favorㅡrogó pasando sus brazos por sobre el cuello del mayor. Definitivamente había amado ése apodo, esas maneras dulces que tenía Félix para llamarlo le derretían.

ㅡBienㅡaceptó.

Ya estaban en casa, y el pequeño perro de color beige se encontraba dentro de casa para que no siguiera pasando frío

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Ya estaban en casa, y el pequeño perro de color beige se encontraba dentro de casa para que no siguiera pasando frío. Changbin estaba fuera, combatiendo la lluvia sin nada, dejando el basurero fuera para que fuera recogido luego.

ㅡDebes entrar, tengo chocolate caliente preparado y Bamby ya está dormido sobre tu camaㅡFélix llamó, pero éste parecía no escucharlo así que salió al descubierto hacia él.

Los mechones de su cabello se pegaban a su frente y su ropa rápidamente se fue empapando. Tocó el hombro del mayor, sobresaltándolo.

ㅡTe decía que tengo un chocolate caliente para ti con malvaviscos y Bamby está durmiendo encima de tu camaㅡle avisó y Changbin sonrió.

ㅡVe adentro, ya te estás empapando. Entraré en un segundoㅡle aseguró. El bote de basura se había atorado por algo de barro y debía quitarlo antes de que luego fuera más difícil.

ㅡTe esperaréㅡdijo limpiando las gotas que caían una tras otra sobre su cara.

Changbin, con ternura, besó cálidamente sus labios. Acarició su mentón y luego lo apegó en su cuerpo para formar un bello abrazado.

ㅡ¿Así que un beso bajo la lluvia?ㅡFélix se rió, acariciando la espalda mojada del mayor con delicadeza.

ㅡMe doy cuenta de que a ti te gustan las cosas cursis, aquí tienes otraㅡse rió.

ㅡMe doy cuenta de que a ti te gustan las cosas cursis, aquí tienes otraㅡse rió

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Estaban acostados en la cama jugando con el pequeño cachorro. Ambos vestían iguales, un pijama celeste bebé de puntos blancos. El perro saltaba por toda la cama y lamía la cara de sus dueños tan adorablemente que Félix no podía dejar de tomarlo entre sus manos y besar su suave pelaje.

ㅡ¡Bamby, la pata!ㅡel rubio exigió, pero en cambio, el perro le miraba con su pequeña lengua afuera y sus orejas levantadas.ㅡBamby, te pedí tu pata. Es un saludo, pequeñín.

ㅡEs sólo un perro, Félix. Ya supéraloㅡsu novio se burló.

Para cuando bajó su mirada, notó la pequeña patita del perro sobre la pequeña mano del menor. Le miró sonriendo.

ㅡ¿Sólo un perro? ¡Bamby es superdotado, sigue así campeón!ㅡlo cargó entre sus brazos y comenzó a acariciar su pancita, el perro parecía disfrutarlo al máximo.

Changbin miraba divertido, no podía creer lo adorable que podía resultar ser Félix. Sin duda era fantástica su compañía.

ONE LOVE AND A FUNERALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora