Capítulo 2

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Leonie realizó un poco investigación antes de venir a St. Winifred's. Había leído todas las historias sobre internados de Torres de Malory escrita por Enind Blynto, en donde la única estudiante Americana era un personaje llamado Zerelda Brass.

Zerelda era descrita como una persona torpe, floja y vanidosa, con ambiciones de convertirse en una estrella de cine. Y al igual que Leonie, también tenía una abuela inglesa.

Existían horribles similitudes entre ellas, dado que la propia Leonie también soñaba en convertirse en una estrella de cine. Sólo esperaba no ser tan hueca como Zerelda.

Luego había visto una película llamada Ángeles rebeldes, ya que tomaba lugar en un internado católico, pero en Pensilvania. Tampoco era tan alentadora, pues Leonie no tenía ningún plan de convertirse en una monja, lo que parecía ser la trama central.

Finalmente, había encontrado una película bastante antigua llamada Girl's dormitory, ambientada en una escuela Suiza. Resultó ser menos sobre la vida en el internado y más sobre una sensual estudiante francesa seduciendo a su maestro. Como St. Winifred's era atendida por monjas y encabezada por una Madre Superior, Leonie no podía ver su carrera escolar tomando esa ruta.

En un instante, con todo siendo tan nuevo, se unió a un grupo de chicas amontonadas alrededor de un tablero de anuncios. Estaban mirando unas listas para ver quién había sido asignada a cada dormitorio. Leonie se sintió animada al escuchar algunas expresiones coloridas de las decepcionadas con las selecciones. Los británicos no se contienen cuando se trata de maldecir. No tienen intenciones de agraciar los insultos.

Finalmente, llegó al frente y pudo buscar su dormitorio. Parecía que todas las habitaciones tenían nombres con terminología católica: Rosario, Liturgia, Maitines, Ascensión, Beatitud. Leonie finalmente descubrió que el suyo se llamaba Pentecostés.

Aparentemente compartía habitación con otras tres chicas: la honorable Iphigenia Davenport, Mai Li Chen y Lady Harriet Venn. ¿Que demonios? ¿Era esto una escuela o una Academia Aristócrata? Leonie solo podía imaginar cómo la mirarían hacia abajo como una yanqui cualquiera.

Mai li sonaba bien, pero sin duda resultaría ser una princesa asiática, o algo así.

Con el corazón muy pesado, Leonie caminó penosamente por la amplia escalera hasta el tercer y último piso, donde supuesta-mente se encontraba Pentecostés.

Dentro de su dormitorio, encontró a una chica delgada y alta con pequeñas gafas con montura de alambre. Era lo suficientemente bonita, pero parecía un poco tímida. También se había inclinado un poco como para minimizar su altura. Luego había una chica más pequeña, muy guapa y morena, que claramente era Mai Li.

Se presentaron como "Mai" y "Figgy."

Leonie estaba confundida.

-¿Figgy?

La chica alta, que tenía una apariencia nerviosa con mechones de pelo ondulado escapando de su cola de caballo, se sonrojó.

-Iphigenia. Es un bocado, lo sé.

-Así que le decimos Figgy. Mucho más simple,- dijo Mai. -Obviamente eres Leonie. Siéntete libre en poner tus pertenencias en la otra ventana. Harry rara vez está aquí, así que a ella no le importará.

El dormitorio Pentecostés estaba en la esquina del edificio, dándole ventanas a ambos lados. Esto significaba que tres camas disfrutaban de estar al lado de las ventanas, con la cuarta junto a la pared y la puerta. Eran simples, hechas de hierro con mantas de lana grises y Leonie no podía evitar pensar en la película Annie.

Con la esperanza de que Mai tuviera razón sobre Harry, -presumiblemente Lady Harriet- con respecto a que no le importase, Leonie puso la caja que llevaba encima de la cama. Tendría que volver por su baúl y probablemente tener que suplicarle a alguien más que la ayudara a subirlo por las escaleras.

Como si leyera su mente, Figgy preguntó: -¿Necesitas ayuda con tu baúl?

-Eso sería muy amable, gracias.

-Eres americana, ¿verdad?- Dijo Mai.
-¿Qué te hizo venir aquí?

-Mi abuela. Es británica.- Leonie esperaba que eso fuera explicación suficiente. Realmente no quería entrar en detalles.

Afortunadamente Mai no la cuestionó más y luego miró su reloj. -Pronto habrá té en el comedor, pero hoy es algo informal, podemos omitirlo si queremos. Después no se hace nada más que desempacar hasta la cena a las siete.

Leonie, que se encontraba hambrienta, dijo que probablemente debería averiguar dónde estaba el comedor.

-Te llevaré después de que subamos tu baúl,- le ofreció Figgy. -Por lo general, en el primer día ofrecen una buena porción.

-Es para que los padres que vengan no se den cuenta de que nos matarán de hambre a partir de mañana,- dijo May.

Leonie esperaba que ella estuviera bromeando. Dado que su habitación lucía como sacada de algún set de la película Annie, tuvo la horrible sensación de que podría haber papilla fría en el menú.

Invocando el pecado - Noël Cades (traducción) BAJO EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora