Capítulo 20

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La Hermana Joan dirigía el club de apreciación de la poesía de la escuela, el cual se reunía los domingos por la tarde. Era una de las actividades diseñadas para ocupar a las estudiantes los fines de semana, ya que no había mucho más que hacer.

Harry estaba ocupada con lacrosse y Mai, quien jugaba fagot, tenía un grupo de despacho.

Sin nada más que hacer, Leonie y Figgy habían sido intimidadas por la Hermana Joan para que asistieran. -Será un trasfondo complementario útil para sus planes de estudios de nivel avanzado,- le había dicho a las chicas de sexto año.

Era una de esas cosas que no eran técnicamente obligatorias, pero que era bastante imposible evitar. Leonie y Figgy habían aparecido de mala gana la primera semana, deseando poder pasar el rato en su dormitorio leyendo libros.

No había sido tan malo como Leonie había temido. La hermana Joan había elegido a algunos de los poetas de guerra británicos, y Leonie había encontrado los versos hermosos y conmovedores.

Aunque esta semana hubo un cambio. La hermana Joan tuvo que visitar a alguien ese fin de semana y le preguntó al padre Gabriel si podía reemplazarla.

Como estaba libre en ese momento, no pudo negarse.

-Ciertamente. ¿Qué poetas están estudiando?

-He estado viendo algunos de los poetas de guerra con ellas, pero debes elegir lo que quieras. Es bueno para ellas estar expuestas a una gama más amplia de literatura,- le dijo la hermana Joan.

Puesto a que estaba trabajando en su tesis de Gerard Manly Hopkins, Gabriel decidió aprovecharlo e introducirle su poeta favorito a las estudiantes. Hopkins no había estado en el plan de estudios durante años, si es que alguna vez lo hizo. Dudó que muchas de ellas siquiera hubiesen oído hablar de él.

Era un día cálido y soleado a finales de septiembre, con las hojas que empezaban a ponerse rojas y doradas en los árboles alrededor de los jardines de St. Winifred's. Era un día demasiado hermoso como para permanecer adentro, no quedarían muchos como este a medida que se acercaba el invierno.

Gabriel decidió realizar el club de poesía afuera. Hubo un murmullo de emoción cuando anunció esto, porque la Hermana Joan siempre las confinaba en un salón de clases. Notó que Leonie y Figgy parecían interesadas en las noticias.

Durante la última semana había logrado mantener a Leonie a distancia. No había actuado con frialdad hacia ella, pero ambos habían elegido mantener una brecha. Tan duro como Gabriel lo había encontrado. Verla y escucharla en clase y en los ensayos seguía siendo una forma de tortura para él. Tendría que apretar los dientes y soportar su proximidad en el club de poesía también.

Dirigió al grupo afuera para que se sentaran en la hierba junto a un bosquecillo. Las estudiantes se sentaron en un semicírculo aproximado delante de él, y él comenzó su presentación.

-Hoy pensé en presentarles a un poeta que no es tan conocido como algunos que han estudiado. Pero es uno de mis favoritos, y actualmente estoy trabajando en una tesis sobre él.- Todas le estaban prestando atención. Ninguna de ellas sabía que estaba trabajando en un proyecto académico. -Gerard Manly Hopkins nació en 1844 y se convirtió al catolicismo. Estudió los clásicos en Oxford, y fue durante este tiempo que fue recibido en la iglesia católica. Poco después de graduarse, decidió convertirse en un sacerdote jesuita, que como ustedes puede saber, es una vida particularmente austera y restrictiva.

Gabriel hizo una pausa, observando los rostros frente a él. La mayoría seguía siendo cortésmente atenta, incluida la de Leonie. -Eso puede hacer que suene más bien como un palo seco. Pero la poesía que escribió fue de todo menos eso. Presenta un lenguaje vívido y apasionado e imágenes relacionadas con el mundo natural, y ha sido comparado con otros poetas como Keats.

Invocando el pecado - Noël Cades (traducción) BAJO EDICIÓN.Where stories live. Discover now