Capítulo 4

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En la primera mañana hubo una larga asamblea que incluyó himnos intercalados con varios anuncios. Estos se llevaron a cabo en el salón de la escuela después de la misa matutina, que era obligatoria. Para Leonie, todo habla sido una experiencia nueva, por lo que al menos le dio cierto valor de interés.

La directora era una monja alta y severa que llevaba el nombre de Madre Benedict, enseñaba latín al sexto año. Llevaba el pelo oculto detrás de la toca, pero Leonie sospechaba que era de un color gris acerado. Sintió cierto alivio, porque como no tomaría latín, sus caminos no se cruzarían con demasiada frecuencia. Madre Benedict, llamada Reverenda por algunas estudiantes, parecía formidable.

-Este año nos complace dar la bienvenida a algunas caras nuevas del personal docente. Como saben, nos despedimos de la Hermana Marguerite el último trimestre, ya que nos dejó para embarcarse en una misión en el Perú. Me complace avisarles que escribe para decir que se encuentra bien, y que el Señor está emitiendo muchas bendiciones sobre la comunidad en la que está trabajando. Nos dejó con una triste brecha en Lenguajes Modernos, y será reemplazada con la hermana Assunta, recién llegada de Padua,- anunció la Madre de Benedict.

La hermana Assunta, una monja pequeña y muy italiana, se levantó de su asiento e hizo un agradable asentimiento a las muchachas reunidas.

La madre Benedict continuó: -El Padre Aloysius, quien ayudó al Padre Stephen en sus deberes el último trimestre, nos dejó para obtener su Doctorado en Divinidad. Reemplazándolo estará el padre Gabriel.

El padre Gabriel se levantó y Leonie sintió una sacudida en el estómago.

Era él.

Allí estaba el hombre guapo de ojos azules.

Era mucho más que "guapo", era más como una estrella de cine. A partir de los murmullos reprimidos a su alrededor mientras las otras estudiantes lo veían por primera vez, notó que no era la única en pensarlo.

¡Que desperdicio! Ese absolutamente magnífico tipo encerrado en una túnica negra, conmutado al celibato. ¿Por qué tuvo que ir y usar vaqueros ayer? Si ella se hubiera dado cuenta de quién era -o más bien, de qué era-, no habría desarrollado un amor platónico instantáneo y no habría tenido sueños perversos durante toda la noche de ayer.

Bueno, Leonie intentó pensar eso. Mirándolo ahora en el papel de sacerdote parecía más remoto, pero aún más atractivo. De todos modos, el seguiría siendo un espectáculo para la vista.

-¿Qué enseñaba el padre Aloysius?- le susurró a Figgy.

-Tomó algunas clases de inglés de nivel avanzado. Es una pena que se haya ido, era realmente brillante,- le dijo Figgy.

¿Una pena? No si el Padre Ardiente estaba a punto de tomar su lugar.

Leonie intentó hablar estrictamente consigo misma. Tener de amor platónico a un profesor era lo suficientemente estúpido, pero a un sacerdote era una locura.

Si tan solo sus ojos no fueran tan azules. Y esos labios. Lucian firmes pero sensuales, así que sabías que lo harían un besador increíble. Esa mirada intensa en sus ojos, empujándola contra la pared, comenzando gentilmente y luego devorándola. Podía imaginarse sus manos paseando por todo su cuerpo...

Aunque estaba a cierta distancia, por un segundo él movió la vista en su dirección y Leonie se volvió paranoica al pensar en que pudiera leer sus pensamientos y sintió sus mejillas encenderse.

Suspiró, haciendo que Mai le lanzara una mirada penetrante, y finalmente el organista comenzó una especie de música a la que todos salían gradualmente. Era hora de comenzar las clases.

El cronograma incluía bastantes bloques de estudio. Leonie tuvo ese período primero, seguido de Matemáticas. Tendría Inglés más tarde, seguida por la Historia del Arte.

Harry, a quien Leonie finalmente había conocido, también tomaría matemáticas. Era cierto que Lady Harriet Venn no se parecía en nada a lo que Leonie había imaginado que sería una Dama Inglesa. Se había formado una imagen de un cruce entre la princesa Diana y Grace Kelly, que se vestía a sí misma con un aspecto lánguido y bello mientras hablaba sobre su principe beaus.

En cambio, Harry era baja y rechoncha, con una sensible melena castaña. Pero a Leonie le agradó a primera vista. Tenía ojos felices y una risa frecuente y abundante.

-Me alegro de que por fin haya alguien en el dormitorio haciendo Matemáticas, las demás no servían de nada para intercambiar apuntes y tareas,- le dijo a Leonie.

Leonie solo esperaba que su habilidad en Matemáticas estuviera a la altura de la clase. No quería que las demás pensaran que era una estadounidense tonta. Lo cual si alguien mirara sus calificaciones del año pasado, hubiera sido exactamente lo que pensarían de ella. Pero ella sabía en el fondo que era su culpa por abandonar tanta escuela y otras cosas.

Otras cosas por las cuales rezaba que pudiera mantener en secreto.

Harry estaba fuera haciendo algo relacionado con lacrosse una vez más, así que como Leonie no tenía nada que estudiar todavía en su primer bloque libre, se dirigió hacia el patio. Probablemente estaba prohibido, ya que se suponía que debería estar en la sala de estudio o en la biblioteca. Pero esperaba que lo dejaran pasar en su primer día.

Quería tener algo de espacio para respirar. En medio del bullicio y la multitud de chicas y la amabilidad de sus compañeras de dormitorio, se sentía extrañamente sola.

***
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Invocando el pecado - Noël Cades (traducción) BAJO EDICIÓN.Onde histórias criam vida. Descubra agora