Capítulo 12

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A Leonie le costaba concentrarse. Se suponía que debía escribir su carta semanal a casa, algo que todas las estudiantes debían hacer.

-Estoy segura de que las abren y las leen,- dijo Mai. -Así que no te molestes en contarles sobre la inanición y los golpes y las sesiones diarias de tortura.

-¡Mai!- Figgy protestó. -En realidad no está tan mal.

-Si no llamas a la ley de Hess y los ciclos de Born-Haber una forma de tortura severa, entonces no sé lo que es,- dijo Mai. Ella había estado luchando con su tarea de química durante la última hora. Leonie y Figgy lo habían pasado mucho mejor escribiendo sobre el uso de Caravaggio para una tarea de Historia del Arte.

Compartieron notas, y lo más difícil fue hacer que sus dos ensayos fueran lo suficientemente diferentes.

Leonie había bombardeado sus Matemáticas anteriormente con agradecimiento a Harry, quien parecía tener la mente de un genio cuando se trataba de trigonometría.

Ahora Leonie de encontraba escribiendo su carta, pero en todo lo que podía pensar era en un par de penetrantes ojos azules y esa repentina sonrisa.

"Queridos papá y mamá,

"Me he instalado aquí y tengo unas compañeras de piso geniales. Las clases van bien. Obtuve un papel en la obra escolar. Espero que estén bien y los extraño, Leonie."

Eso fue todo lo que pudo manejar escribir. ¿Qué más había para decir?

Mai estaba mirando por encima del hombro. -Creo que querías decir 'las mejores compañeras de cuarto de la vida', ¿a qué te refieres con 'un papel escolar'? Tienes el papel protagónico. Deberías estar gritando al respecto. ¿No estarán orgullosos?

Leonie pensó que era hora de confiar en ellas. -Mis padres no están contentos con mis planes de dedicarme al teatro. Quieren que obtenga un título de abogada o un MBA o lo que sea.

-¿Es por eso que te han enviado aquí?- Preguntó Figgy.

-Algo así.- No lo era, pero Leonie no quería entrar en todo eso ahora. -Mi madre piensa que es una carrera demasiado arriesgada. Demasiado incierta.

Harry dejó su pluma. -Tiene razón. Lo es. Pero eso no significa que no valga la pena intentarlo. Alguien tiene que tener éxito en eso.

Harry no hablaba a menudo, así que cuando lo hacía, significaba más.

-Supongo. Sin embargo, me hace dudar de mí misma. Y la universidad de Estados Unidos no es como la que tienen aquí, es mucho más cara. Si no ayudan a pagarla, tendré que endeudarme enormemente y luego reponerla con el salario de una camarera... se puede adivinar lo fácil que sería eso.

Figgy, que había estado limpiando su cajón, se volvió hacia Leonie. -¿Entonces, en dónde estudiarías en el Reino Unido? Podrías ir a RADA o a alguna parte.

Leonie nunca había considerado eso. -Pero tendrías que ser británica, ¿no?

Figgy se encogió de hombros. -No veo el por qué. En todas partes llegan estudiantes internacionales.

Mai tenía una sonrisa malvada. -Tu único problema podría ser compartir una habitación con Suki Laverne. RADA es su sueño.- Ella y Figgy se fueron, ya que tenían que recoger algo del salón de Biología.

Leonie dobló su carta. Se sentía abatida, pero no podía decir por qué. Todavía estaba teniendo sueños intensos de noche y no estaba durmiendo bien.

-¿Estás bien?- Harry le preguntó, sus ojos marrones parecían preocupados. A Leonie todavía le parecía extraño que Harry fuera una Dama, ella siempre parecía tan sensata.

-Supongo. Solo cosas en mi mente,- le dijo Leonie.

-Cuando necesito aclarar mi mente, voy al confesionario,- dijo Harry.

Leonie se sorprendió. -¿Entonces eres como super religiosa?

Harry se rió. -Para nada. Es simplemente pacífico allí, y el que esté escuchando no puede decir una palabra. El Sello Sacramental tiene sus ventajas. No pueden romperlo, incluso si confiesas asesinar. A veces confieso cosas que no hice, solo por diversión.

Sus ojos brillaban maliciosamente. Leonie se sorprendió, podría esperar esto de Mai, pero no Lady Harriet: capitana de lacrosse de la escuela y también perfecta. -¿Eso no hará que te golpee un rayo?

-No lo creo. Me imagino que es como un entretenimiento para ellos. No confieso un asesinato real. Una vez confesé que le robé el sostén a la Madre Benedict y lo até a un árbol. Ese día vi al pobre padre Stephen hurgando en los jardines mirando hacia todos los árboles, obviamente esperando encontrarlo antes de que se convirtiera en un escándalo.

A pesar de todas las cosas malas que había hecho en su vida, Leonie no podía imaginar estar en un confesionario. Pero aún así, ir a la confesión era una idea a considerar. No había estado allí desde que era muy joven. Podría darle algo de tranquilidad.

Invocando el pecado - Noël Cades (traducción) BAJO EDICIÓN.Where stories live. Discover now