Invocando el pecado - Noël Cades (traducción) BAJO EDICIÓN.

Capítulo 72

Cuatro años después

Siempre había sol en California. Sin embargo, a pesar del lujo y el glamour que la rodeaba, Leonie era consciente de que había otro mundo allí afuera. Un mundo en el que Gabriel trabajaba, donde las vidas de las personas eran mucho más difíciles y problemáticas.

Eso mantenía a Leonie centrada. Incluso le daba una razón para trabajar, porque dedicaba parte de sus ingresos a la fundación benéfica que Gabriel y su hermana habían establecido.

Los últimos años habían sido un torbellino. Leonie nunca había trabajado tan duro ni había tenido tantas fiestas. Celebrar era un trabajo en Hollywood. Siempre había gente por conocer, o películas para comercializar. Alguien o algo que exija su tiempo y presencia.

Se sentó junto a la piscina, disfrutando la paz. Se preguntó si debería darse un chapuzón o esperar a que Gabriel llegara a casa. Había estado reuniéndose con filántropos que querían participar en su organización.

Para Leonie, el tiempo actual era un breve respiro entre las películas. Acababa de terminar la filmación de un drama romántico la semana anterior, y el mes que viene comenzaría a rodar un gran thriller de acción.

Todo había sucedido tan rápido que apenas había tenido tiempo para reflexionar o incluso apreciar mucho de eso. Viajes de primera clase, hoteles de cinco estrellas, limusinas de lujo, asistentes atendiendo todas sus necesidades: era todo un extraño tipo de brillo deslumbrante. Ahora había llegado a un punto en el que probablemente podría tomarse un tiempo sin que eso perjudicara su carrera. Pero siempre había un libreto más grande.

Hojeó las páginas de la película de acción para la que se había inscrito. El personaje, Juliana, la había intrigado. Podría haber sido escrita como cualquier chica de acción cortadora de galletas, vestida con ropas cortas, muñequita con pistola. Pero Juliana tenía una historia de fondo, relaciones bien desarrolladas y escenas creíbles. Ella incluso consiguió un final feliz si no uno que los asistentes al cine podrían esperar.

Y luego estaba lo que intrigaba particularmente a Leonie. El único aspecto que había hecho la señal, a pesar de que ella estaba deseando un descanso.

Oyó que un automóvil se detenía y finalmente apareció Gabriel junto a la piscina. Él la inclinó. -Te ves hermosa, pero cansada,-  le dijo.
-Cocinaré.

Podrían haber contratado a cualquier cantidad de personal, pero ambos prefirieron mantener las cosas simples y privadas. Existía ayuda doméstica durante el día, pero Leonie quería que sus noches fueran íntimas con Gabriel. Miró su dedo, donde una banda de oro suavemente reluciente se sentaba junto a su hermoso anillo de compromiso.

-Nunca te has arrepentido de nada de esto, ¿verdad?,- le preguntó, de repente ansiosa. -Cuando estás con el padre O'Malley, ¿no te preguntas qué podría haber sido?- El padre O'Malley era un sacerdote con el que Gabriel trabajaba en algunos de los proyectos de la fundación. Dirigía una misión en el centro de la ciudad para niños sin hogar en Los Ángeles.

Gabriel se rió y la besó. -No. Ni siquiera por un segundo. El estar contigo es destino. Sentada en una tumbona junto a ella, miró el guión de la película. -¿Estás segura de esto? No quiero que te desanimes.

-Estoy absolutamente segura. Tomaré un largo descanso después, lo prometo. Regresaremos a Inglaterra y visitaremos a tu familia. O podríamos traerlos aquí.

La propia familia de Leonie finalmente había aceptado su carrera profesional. Poco después de su primera película, estableciendo uno de los discos de ese año, empezaron a llamar a la prensa y tocar su propia puerta. para saber historias sobre la infancia de Leonie, su familia, sus antecedentes. Había hecho que los padres de Leonie finalmente se dieran cuenta de que su hija había hecho su propio futuro.