Capítulo 1: El chico de las llamas.

4.5K 152 67
                                    

La noche era despejada, pocas nubes se observaban en el firmamento, levanté la mirada y me topé con la única estrella que dictaba de su existencia.

Una ráfaga de humo inundó mis pulmones, sin duda alguna procedía de la casa en llamas que se encontraba a unos pocos pasos desde donde yo estaba. Sin más dilatación eché a correr.

Mis piernas se movían veloces hacia la casa, mi pecho se agitaba y mi corazón latía frenéticamente.

Entré y lo único que se veían eran llamas propagándose por todos los rincones. Ya no quedaba nada de aquel hogar, solamente resquicios de lo que un día había sido. Todo se hallaba consumido por el fuego, realmente las llamas habían realizado con creces su trabajo.

Comencé a toser, el humo se colaba a través de mis pulmones y mi visión comenzaba a tornarse borrosa, solo podía observar aquel fuego que consumía todo aquello que se atrevía a entrometerse en su camino. Mis ropas estaban rasgadas, rotas por todas partes pero aquello era el último de mis problemas puesto que si en aquella estancia quedaba algún superviviente lo salvaría.

No dejaría que el fuego acabara también con su vida.

De repente una tabla de madera cayó sobre mí impidiendo mis movimientos.

El tiempo se agotaba al igual que la vida de aquel que estuviera atrapado entre las llamas.

Me deshice del trozo de madera y conseguí salir, esta me había raspado pero no era lo suficientemente importante como para perderme lo que estaban viendo mis ojos. Una criatura celestial se alzaba frente a mí. Un par de alas negras adornaban su espalda, tenía el cabello despeinado y sobre sus brazos yacía el cuerpo de una mujer sin vida.

Había llegado tarde.

Cuando me quise dar cuenta, unos ojos azabaches me observaban minuciosamente atrapándome con una intensidad que nunca creí posible.

Y entonces todo comenzó a desvanecerse, dejándome sin la oportunidad de disipar todas mis dudas.

Lo último que vi fue esa mirada penetrante que habría hecho temblar hasta el mismísimo infierno.

Lo último que vi fue esa mirada penetrante que habría hecho temblar hasta el mismísimo infierno

Deze afbeelding leeft onze inhoudsrichtlijnen niet na. Verwijder de afbeelding of upload een andere om verder te gaan met publiceren.

Desperté, tenía las sábanas pegadas a la piel, mi piel ardía y un calor abrasador me inundaba. Me levanté de un salto y dejé que un vendaval de aire fresco azotara mi cabello rojizo. Respiré hondo dos o tres veces intentando calmarme. Respiraba aceleradamente, como si hubiera estado corriendo durante horas. Cuando mis pulsaciones consiguieron un ritmo constante volví a la cama, me tumbé y sentí un dolor punzante en el hombro, no pude reprimir un quejido.

Lo observé y vi una pequeña herida sobre este. Con uno de mis dedos tracé su silueta, sin embargo, cerré los ojos soportando el dolor que me causaba. Acto seguido contemplé mi dedo y advertí pequeñas gotas de sangre.

Secretos EscondidosWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu