Capítulo 31: El Libro Prohibido.

641 45 5
                                    

Era la hora de despedirme de Cam pues no podía tardar mucho más, debía dirigirme hacia la sala de profesores cuanto antes.

—Tengo que irme —declaré apresuradamente. Salí corriendo y lo dejé en la pista de baile. No pude detenerme para ver su reacción, solo sabía que me observaba fijamente, tal vez preguntándose por qué de repente me marchaba.

Entre pisotones, empujones y algún que otro insulto, conseguí salir de la multitud sana y salva, llegué hasta el pasillo y desde allí localicé la puerta que conducía hacia la sala de profesores.

Entré y cerré la puerta con sigilo, ya que era un lugar no autorizado para los alumnos. Últimamente me había acostumbrado a saltarme las normas así que no temía las represalias.

Caminé lentamente por la habitación en busca de alguna pista o alguna señal que pudiera decirme qué hacía aquí y por qué, porque si en el pergamino ponía que tenía que ir a la sala de profesores sería por algo.

¡Bingo! Encontré un pergamino pegado en la ventana.


Si estás leyendo esto es porque has seguido mis indicaciones, así que seguramente estarás preguntándote cuál será tu siguiente cometido, paciencia querida.

Deberás dirigirte hacia la biblioteca y buscar "El Libro Prohibido", es un ejemplar muy viejo y muy grueso con la cubierta de color gris. Cuando lo encuentres, tendrás que pronunciar las palabras que aparezcan en la primera página.

Allí hallarás la verdad.

T.U. S.E.S.I.N.A.


¿El Libro Prohibido? ¿Qué clase de libro era capaz de ponerte los pelos de punta simplemente sabiendo su título?

Sin duda ese.

—Allí hallarás la verdad —repetí releyendo de nuevo ese reglón. Esa verdad que tanto anhelaba saber.

Sostuve el pergamino entre mis manos, formé una bola con él y lo lancé hacia la papelera.

Ya no me era de utilidad, como bien había dicho la anónima, ya sabía cuál era mi cometido.

Encontrar ese libro.

Salí de la sala de profesores a paso ligero, temiendo que algún profesor o alumno pudiera verme o reparar en mí. También me daba miedo demorarme demasiado, no era una chica muy popular pero ¿qué ocurriría si alguien se daba cuenta de que estaba merodeando por los pasillos?

Pensé en lo que estaría haciendo Cam en aquellos instantes, ¿se preguntaría a dónde habría ido? Claro que no, seguramente estaría coqueteando con alguna que otra chica ya que las atraía como un imán.

¿Y Christian? La última vez que lo había visto fue cuando su amigo Erick le dijo que se fuera con ellos, desde ese momento no lo había vuelto a ver.

Seguí recto acelerando el ritmo, los vellos de mi nuca se erizaron y eso solamente me ocurría cuando me sentía observada, moví la cabeza hacia ambos lados pero allí solo estábamos mi sombra y yo.

Doblé la esquina y por fin al fondo podía vislumbrar aquel cartelito hecho a mano en el que se leía "Biblioteca".

Giré el pomo con suavidad y cuando este se abrió no pude evitar hacer una mueca. La biblioteca al igual que las otras clases siempre solía estar cerrada con llave, por lo tanto ¿qué hacía abierta?

Tenía mis sospechas de que la anónima se había encargado de todo para que pudiera encontrar el libro esa noche.

Cerré la puerta lentamente y comencé a tantear las estanterías en busca de aquel ejemplar.

Secretos EscondidosWhere stories live. Discover now