Una ciudad repleta de ignorantes.
Una chica cuyo pasado prefiere no nombrar.
Un misterio sin resolver.
Una venganza que cobrar.
Y un chico peligroso y atractivo cuyo secreto esconde la verdad.
Antes de comenzar, déjame advertirte.
La curiosidad mató...
Antes de nada quería pediros disculpas, sé que he tardado muchísimo en publicar nuevo capítulo, pero con el comienzo del curso y todo, no he podido encontrar tiempo. Para los que no os acordáis en el capítulo anterior se realiza el funeral de Vicky, pero luego más tarde se descubre que Vicky es una vampira, con lo cual resucita pero ya no podrá volver a llevar la vida de antes.
Aquí os dejo el capítulo nuevo.💜
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Fueron pasando las semanas y poco a poco tuve que irme haciendo a la idea de que Vicky ya no estaría nunca más presente en mi vida, daba igual si ahora era una vampira, en mi día a día tenía que actuar como si Vicky de verdad hubiera fallecido. Ya me había advertido Cam de que no podía decir nada acerca de la existencia de los vampiros ni de nada relacionado con lo sobrenatural, si no, las consecuencias serían catastróficas.
Aún así, era extraño como la gente vivía en la ignorancia, sin tener la menor idea de lo que realmente ocurría a su alrededor.
Se me hacía un mundo ir al instituto sin su compañía, no realizar esas llamadas telefónicas que solíamos hacer cada tarde, no irnos de compras, no escuchar la risa que siempre conseguía sacarme una sonrisa...
Echaba de menos a mi mejor amiga.
No había vuelto a ver ni a Cam, ni a Fredy, ni a Vicky desde el día del funeral, supongo que los dos primeros estarían demasiado ocupados ayudando a mi amiga a calmar su sed de sangre, con lo cual mis tardes se basaban en aprenderme la lección y en leer algún que otro libro.
Para mi suerte, mi amistad con Christian cada vez cogía más fuerza, pasábamos la mayoría del tiempo juntos y poco a poco iba conociéndole más a fondo, como por ejemplo, me contó que lo que hizo que se introdujera en el mundo de la música fue una de las canciones de Melendi. Que me juntara con Christian y empezara a salir de mi habitación le agradó a Katia de inmediato.
Para Katia, Christian era como un hijo, le tenía muchísimo cariño y no paraba de mandarme indirectas para que comenzáramos a ser más que amigos. ¡Incluso me había chantajeado diciéndome, que si se enteraba por terceras personas de que él y yo estábamos saliendo, me castigaría!
Ahora me encontraba arreglándome, ya que había quedado con él para ver a su banda favorita actuar en directo. Según lo que me había contado, iba a ser una locura porque Christian ya me había advertido de que allí habría muchísima gente aplaudiendo y gritando a pleno pulmón.
Me había vestido con unos vaqueros negros y un jersey morado de cuello alto, me calcé mis Converse negras y me abrigué con una chaqueta beis que me había regalado Katia en un débil intento de que me animara a salir a la calle. Apliqué un color carmesí sobre mis labios y bajé las escaleras de dos en dos como solía hacer, preparándome para el interrogatorio que seguramente Katia ya me tendría planeado.
Me dirigí hacia la puerta intentando esquivarla pero justo cuando ya estaba girando la llave para largarme, Katia apareció con una espátula y me señaló como si hubiera cometido un asesinato.
