Capítulo 29: Princesa.

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¿Conocéis esa sensación en la que os levantáis de la cama y os quedáis unos minutos quietos, intentando recordar de qué trataba ese sueño pero solo podéis evocar algunos fragmentos de él?

Eso era justo lo que me acababa de pasar.

Sabía que había soñado con alguien, recuerdo ver a una persona, no me acordaba de sus rasgos ya que la imagen estaba muy difusa, ni siquiera podía deducir si se trataba de un hombre o de una mujer pero podría asegurar que se trataba de una persona mayor. Creo vislumbrar que era invierno ya que pequeños copos de nieve caían a nuestro alrededor, recuerdo el frío y el viento haciéndome temblar desde la cabeza hasta los pies. A lo lejos distinguí un río, el agua cristalina seguía su cauce, los peces eran arrastrados por la corriente hasta que de repente el agua se congelaba. Levanté la vista hacia el cielo y vi como la luna se alzaba en la noche.

—Es luna llena —advirtió una voz.

Sé que dirigí la mirada hacia la persona que tenía frente a mí, recitó unas cuantas palabras en un idioma que no logré comprender y de repente desapareció como por arte de magia.

Me acuerdo que desvié mi mirada hacia el río y todo había cambiado. El agua ya no estaba helada y mi vista ya no alcanzaba a divisar los peces, pues lo único que podían contemplar mis ojos era cómo la sangre había remplazado al agua y la manera en la que seguía su camino sin importarle de quien proviniera o quien hubiera tenido que morir.

—La traición se lleva en la sangre —me susurró aquella voz.

Esa frase es lo último que recuerdo antes de despertarme, sabía que esas siete palabras escondían un significado, la cuestión era cuál

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Esa frase es lo último que recuerdo antes de despertarme, sabía que esas siete palabras escondían un significado, la cuestión era cuál.

Quería descubrir el porqué del sueño y el motivo por el que no podía rememorarlo con claridad, además también me interesaba saber a quién pertenecía esa voz y la razón por la que me había dicho esa frase tan peculiar. Me costaba pensar qué tenía que ver aquello conmigo, ¿por qué me había hablado de la traición? ¿Por qué me daba la sensación de que trataba de advertirme? ¿Por qué? Esa era la verdadera pregunta.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el sonido del timbre, salí corriendo de la cama, me peiné un poco con los dedos y bajé de dos en dos las escaleras. Si hubiera estado Katia, tal vez me habría regañado diciéndome que tuviera cuidado, pero como no estaba porque había tenido que marcharse a trabajar más temprano de lo habitual, no recibí ninguna regañina de su parte.

Abrí la puerta y mis ojos observaron el paquete que se encontraba frente a mí, miré a ambos lados en busca del mensajero, sin embargo allí ya no había nadie.

Subí corriendo con la caja en mis manos, era una caja blanca adornada con un gran lazo, parecía como una especie de regalo, ¿de quién?

Llegué a mi habitación y me dispuse a descubrir qué era lo que se hallaba en su interior.

Secretos EscondidosWhere stories live. Discover now