특별: Namjin

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“Lo intentamos muchas veces, sufrimos en el trayecto, pero ahora podemos respirar con tranquilidad y agradecer a esos dos angelitos que están en el cielo.”


✎ Narrado por Seok Jin

Desde muy pequeño tuve claro lo que sería, para mí ya no era necesario esperar a la luna, pues siempre tuve presente que sería un omega. Mi madre me lo repetía constantemente y no contaba con la presencia de un padre que le diera la contra. Por tanto decidí que el único que le daría la contra a mi madre sería nada y nada menos que yo mismo.

Los entrenamientos empezaron cuando apenas tenía diez años, iba a la escuela, pero por las tardes insistía en prepararme para ser un alfa, el alfa que al parecer mi madre no quería.

Siempre pensé que tal vez al ser un alfa podría cuidar de mi progenitora, pero ella lo único que quería era un poco de compañía y comprensión, en especial al encontrarse sola, sin un esposo que la apoyara en la educación de su cachorro. Sin embargo, mamá no era tonta, ella sabía que papá viajaba para mantener su trabajo y a la vez a nosotros, pero también tenía en cuenta que con cada distanciamiento de casa había una razón de por medio que no involucraba al trabajo.

Fue a la edad de quince años que confirmamos las sospechas y preocupaciones que tenía mamá. Papá nos engañaba, tenía otra familia, una familia que sí involucraba a un niño alfa y a una niña omega. Aún recuerdo las constantes lágrimas de mi madre al enterarse y los gritos de mi padre al decirle que no quería un hijo mariquita. Después de aquello, él solo se fue.

Mamá no dejaba de llorar, no dejaba de sufrir y sentía que poco a poco estaba muriendo.

Yo también estaba afectado, pero preferí mostrar una fachada fuerte a todo el mundo y hacer del chico al que no le afectaba nada. Me funcionó por un tiempo, tiempo en el que mi madre logró recuperarse del abandono y seguir adelante, pero muy en el fondo sabía que su lobo todavía estaba herido.

Nada fue fácil para mí, para mi familia... o al menos lo que quedaba de ella. Sin embargo, ni el abandono, ni las constantes luchas y mucho menos los llantos inminentes de mi madre fueron tan dolorosos como aquella vez que la luna designó parejas, al igual que a omegas y alfas.

Mamá siempre tuvo razón, mi destino era ser omega, no un alfa de combate.

Aún recuerdo que todos mis sueños se arruinaron, desde el tener hijos con una linda chica, hasta ser el alfa más fuerte y sobresaliente de la preparatoria. Mas nunca deje ver mi naturaleza, trataba de ocultar a mi omega y solo tratar de parecer un alfa hasta que encontrara una solución a lo que, yo pensaba, era un problema.

Los primeros dos años después de haber sido designado a ser un omega fueron los mejores, no había nadie que dudara de mi naturaleza, la naturaleza que yo decía ser: un alfa... nadie hasta que él llegó.

Nam Joon, también conocido como el cerebrito de toda la preparatoria e hijo de nuestro líder, era un alfa que a mí parecer no sabría librar una batalla y lo comprobé cuando por casualidad en la clase de deportes nos enfrentamos. Obviamente gané, claro que tuve un poco de dificultad, pues él se movía muy rápido... sin embargo al estrechar nuestras manos sentí algo parecido a corriente eléctrica. Él me miró con asombro, sus ojos denotaban tal expresión y a los pocos segundos se alejó para marcharse.

Nunca más volví a cruzar palabra con él, hasta que otro año pasó y la luna se presentó de nuevo.

Nam Joon fue el primero en acercarse al día siguiente, pero ninguna de sus palabras fueron bonitas.

⌈You're Not For Me ➳ HopeV⌋Where stories live. Discover now