la venida

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-¿¡y bien!? ¿Cuál es mi motín?-. Gritó una voz potente y masculina.

Todos los otros presentes, señalaron hacia la zona que no se estaba quemando fuego.

Ese hombre sacó todo lo valioso de ese lugar.

-¡Bien mis esclavizadas familias de cazadores de sombras y mundanos! ¡Síganme!-. Gritó éste, terminando de destruir el instituto de México. Ya había destruído todos los otros institutos de América del sur, ahora se dirigía hacia los institutos de Estados Unidos.

Mientras tanto en la casa de los Fairchild, Leo, Marian y Chris jugaban a la play.

-¡ja! Te gané hermano-. Exclamó victorioso Chris.

-¡Eso no se vale!-. Se quejó Leo.

-pues, claro que sí-. Dijeron Mari y Chris al unísono.

Leo, enfadado se cedió su lugar en la play a Marian.

-emmm, me voy con Magnus-. Dijo aburrido Leo.

-pues, Diviértete, seguro es una excusa para ir con Sam-. Dijo Mari con expresión graciosa.

-¡Éso es mentira!-. Dijo el joven sonrojandose, Mari sabía del amor mutuo de los jóvenes, pero Chris no se daba cuenta.

Leo llegó al instituto volando (literal), cuando llegó, vio a Sam sentada en el parquesito que estaba por delante del instituto.

-Hola-. Dijo ella.

-hola-. Dijo Leo con una sonrisa extraña -Sam, te tengo que decirte algo-.

-¿Qué pasó? ¿Te peleaste con Chris otra vez?-. Dijo la joven asustandose.

-no... es que no sé cómo decírtelo ¿Sabes? Es difícil de explicar, pero Sam, yo...-. De repente Leo sintió el impulso de besarla pero se detuvo.

-Leo, yo te... te amo-. Dijo la otra acariciando sus sedosos cabellos.

-yo también, hace un mes que trato de decírtelo-. Dijo el otro rojo como sus ojos.

Agarró a Sam de su nuca y la acercó a sus labios y la besó, ella le correspondió el beso. Fue un beso muy apasionado, Leo ansiaba demasiado ese beso, y Sam más que él. De repente ella sintió cómo su corazón latía a mil, y por su gran audición, sintió la excitación de Leo y se puso muy feliz, sus endorfinas se alteraron.

Sam sintió un ruido a lo lejos y cortó el beso para ver qué era.

-Por mi Padre, Sam, te amo demasiado-. Dijo Leo colorado, y le dio un tierno beso en la frente.

Mientras que la joven dejó de mirar a la distancia para ver qué era eso y contarle a Leo cuánto lo amaba y deseaba, y darle un par de besos más.

Luego de media hora apareció Will interrumpiendo otro apasionado beso.

-ohhh, ok, el instituto acaba de recibir amenaza de muerte, y por fin ustedes dos, tortolitos, por fin se besan-. Dijo exausto Will.

Leo y Sam enrojecidos se levantaron a tropezones del suelo.

El instituto recibía un ataque de mundanos, que al parecer, estaban hechizados, a sí que Leo tuvo que desechizarlos para que no los hiriesen, y los mandaron a la ciudad silenciosa, para ser interrogados.

Luego de que Issabelle y Jonathan los hubiese interrogado a los mundanos, obtuvieron la siguiente información:

Que un Hombre llamado Germán, había atacado lugares donde vivía gente llenas de tatuajes, pero Germán no parecía un humano común, tenía ventosas entre sus dedos y dos horribles cuernos asomaban de su cabeza, él los había forzado a hacer crímenes que no querían cometer, hasta que los hechizó y ese hechizo les hizo perder la noción de las maldades que les hacían hacer.

-¿Qué es lo que hacía con las personas tatuadas?-. Preguntó Jace

Nadie supo qué responder, uno dijo que los mataba, otro dijo que los estudiaba, otro dijo que los enviaba por portales, pero ninguna de las cosas que decían parecían exactas.

Entonces, Izzy decidió mandarlos a Idris, para que los cuidasen e interrogaran.

Mientras que en el insti, Leo y Sam pasaban tiempo juntos.

-¿Quieres venir a mi habitación?-. Preguntó con una sonrisa pícara ésta.

-bueno-. Dijo Leo inocentemente, Leo era demasiado inocente.

Al llegar, Leo se recostó sobre la mullida cama de Sam y se quedó plácidamente dormido. Y la otra no vio más que dormirse junto a él, que Leo inconsciente la abrazó.

Continuará...

Angeles Y DemoniosWhere stories live. Discover now