el ancla

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Leo, perdido en su sueño, se quedó dormido en el baño del insti a elección propia.

Pudo oír cómo se abría la puerta del baño y alguien entraba. Leo estaba tan cansado que no se tomó la molestia de abrir los ojos para ver quién era. Por una pequeña rendija que abrió a través de sus rojos ojos, le pareció ver a Jace.

Luego, oyó que una cortina se corría, eran las cortinas de las duchas. Para en menos de un minuto oír cómo el agua discurría sinuosa sobre el cuerpo de una persona. La curiosidad de Leo lo estaba ganando y se autocuestionaba interiormente si se levantaba o no.

-¿Estás cansado? ¿Eh brujo?-. Dijo una voz arrastrando las palabras que eran secas y distantes.

Leo se levantó de repente y se paró, sus alas chocaron contra la pared, se le habían acalambrado.

-¿Qué hora es?-. Preguntó Leo desviando su mirada del joven, era el rubio oxigenado.

-alle sei del mattino-. Volvió a decir despectivo. Para la sorpresa de Leo estaba completamente desnudo sin muestra de pudor alguna. -Soy Gian Luka, un gusto en conocerte.

-¿Hablas italiano?-. Exclamó Leo sorprendido.

-No, es mandarín ¡Ah! Te tengo que aclarar que no te acerques más a Samanta. Ella es mi prometida, la clave lo asignó, es una nueva Ley-. Dijo Gian Luka arrastrando las palabras -Además, la conozco desde los cuatro años, siempre fue mi mejor amiga y siempre supo que terminaríamos juntos. Lo que sintió contigo fue deseo, pero lo que siente por mí es amor.

Luego de que Gian acabe de decir eso, lo poco que quedaba del corazón de Leo se destruyó en otros millones de pedacitos. Ése Jóven le había roto el alma. ¿Es verdad que Sam sólo sentía deseo por mí? Pensó para sus adentros.

-Hasta nunca-. Se despidió Leo de Gian, el otro sonrió despectivo.

Cuando Leo estaba por dejar el instituto se cruzó con Simon, desayunando un poco de sangre fresca.

-Oye Leonardo, acércate, te tengo que decir algo-. Comenzó Lewis.

-¿Sí, señor?-. Dijo Leo, él siempre había tratado a Simon como "señor".

-Siéntate- Leo tomó asiento -La clave ha puesto una nueva Ley, donde prohíbe a la nueva generación de cazadores de sombras tener como pareja a un subterráneo, y también se tomaron su tiempo para buscarles sus propios prometidos.

-Pero... ¿Y tú e Isabelle? ¿Alec y Mags?-. Exclamó furioso Leo.

-Esa es la generación pasada, ellos quieren la nueva, porque la raza de los nefilim se está agotando y quieren que se casen entre ellos...

Leo, peor que antes, salió corriendo del Instituto.

«Voy a ir a un lugar donde nadie me encuentre, donde Sam ya no sea mi ancla, me voy a liberar de todo, me voy con mi padre...» pensó Leo dibujando una estrella de cinco puntas.

Continuará...

Aquí les dejo una imagen de Gian Luka

¡Besotes! 😘😘😘
Fiorecipollone05

Angeles Y DemoniosWhere stories live. Discover now