la bella durmiente

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Leo estaba caminando por las calles vacías de Brooklyn, estaba aburrido, no tenía sueño y no tenía lugar en dónde pasar la noche «en realidad sí tengo, pero no creo que me reciban bien» pensó. A lo lejos, pudo ver a una mujer que se hacercaba corriendo hacia él, Leo, por un momento pensó que era una mujer que llegaba tarde a la reunión de consorcio que tenía lugar en el edificio que había dejado atrás.

Leo se corrió como para que esa mujer siga de largo, pero ésta se prendió de Leo como una garrapata.

-Oye, tú.... ¿Madre?-. Éste se impresionó al ver a su madre biológica, la supo reconocer por el sueño que le había mostrado sus orígenes hace varios meses, 7 para ser exactos.

-Hijos, debess venir conmigos y conocer a tus familias-. Dijo feliz abrazandolo.

-No voy a ir contigo, me abandonaste en la calle ¡Ningún niño pequeño se merece eso!-. Exclamó enojado Leo.

-peros no sabías en los que tes podías convertir-. Exclamó repugnante.

-Pues, no quiero estar contigo-. Y Leo se cruzó de brazos -y si tuviste más hijos, pues no me importa conocerlos, ellos son mundanos como tu, mi verdadero hermano es Magnus-.

-Hijos, eres partes cazador de sombrass, yo no los sabías-. Dijo eso en tono serio.

-solos trata de nos marcartes, eso tes mataría-. Dijo triste.

-¿Pero no soy parte cazador de sombras?-. Preguntó curioso.

-Tienes demasidos de demonios, peros no eres estéril-. Dijo María arrugado la nariz.

-¿Enserio?-. Exclamó eufórico Leo.

-es verdad, lo pocos que tienes des cazadors de sombras, nos te haces estéril-.

De la nada, María tiró un brazo hacia atrás, y quedó como si estuviese quebrado. Leo le restó importancia a eso. Pero ella, en realidad estaba muerta, hacía un par de semanas, un demonio mayor invadió su cuerpo. Se retorció como si estuviese bajo el hechizo 'cruziatus' (es de los libros de Harry Potter), hasta que se convirtió en una cosa horrible que atacó a Leo sin pensarlo dos veces, lo dejó casi desangrado, tirado en el suelo, luego, trató de esconderlo dentro de un tacho de basura para que nadie se dé cuenta de que alguien esperaba encontrarse con la muerte allí dentro.

A la mañana siguiente, al instituto de Nueva York le faltaban todas las armas de la sala de armas, además, había sangre chorreando por el suelo, a lo que tuvieron que clausurar esa zona, Clary y Jace, se dedicaron a limpiar y a analizar esa sangre, a lo que dio sangre pura de demonio, Leo esta vez, no había sido el culpable, porque Germán le quizo dar vacaciones aunque estaba fuertemente influenciado por él.

Más tarde, vinieron Alec y Magnus, para revisar el salón de armas demasiado saqueado.

-Abbadon-. Dijo Magnus mientras olía la sangre.

-¿Qué no lo había matado?-. Preguntó Alec mirando enojado a Clary, ésta decidió no mirarlo y observar otras cosas.

-¿Dónde está Leonardo?-. Escrutó Magnus.

-creí que estaba con ustedes-. Señaló Jace -me parece que se va a tener que ir a vivir solo, pero es muy joven, a menos que lo tengan con ustedes un año más, hasta que tenga 18, porque él no siempre va a ser recibido acá-. Volvió a señalar Jace dubitativo.

-eso significa que no sabes dónde está-. Inquirió Magnus.

-La última vez que lo vi, fue cuando volvió del infierno acá-. Exclamó Jace.

-ok, lo voy a rastrear, Alec, vuelvo más tarde-. Y besó a Alec despreocupadamente en los labios.

Magnus iba caminando por las calles, sosteniendo una remera de Leo media rota.

Hasta que llegó al basurero donde Abbadon dejó a Leo para que se encontrase con la muerte como si fuese un amigo que va a jugar con otro amigo.

Luego de usar un hechizo para sacarlo de allí, lo llevó a su apartamento para curarlo. Magnus, luego de varios intentos de cerrar sus grandes heridas,  se percató que estaba fuertemente atado, bajo las influencias del hechizo mental de Germán. Magnus hizo todo lo posible, pero no logró nada. Se fijó en su libro de hechizos, y sólo un brujo superpoderoso podría quitarle un poco las influencias del hechizo o para salir de él, debía obtener una muestra de amor verdadero.

Magnus, tenía que ir a cuidar a Sam, así que llamó a Alec, para que cuidase a Leo, que fue acompañado de Jace, Val y Max.

Magnus entró a la habitación de Sam para sustituir un par de líquidos que le inyectaban para alimentarla y para mantener el hechizo.

Sam de repente, empieza a abrir sus ojos paulatinamente. Eso hizo que Magnus se sobresaltase y se ponga feliz. Sam se sentó en su cama, bostezando.

Magnus profirió un grito de alegría a lo que hizo de Izzy, Simon y Will hubiesen ido corriendo hacia allí.

-¡Estás despierta hermanita!-. Exclamó gritando Will para luego abrazarla.

-soy mayor que tu por tres minutos-. Exclamó divertida. Sam abrazó a su padre, quien le llenó sus cachetes de besos y también obtuvo un fuerte abrazo de Izzy.

-Hija, me preocupabas bastante-. Dijo llorosa Izzy quien volvió a abrazar a su hija.

-Mi prechiocha nenita está de vuelta-. Exclamó Simon feliz llenandola de besos. Simon era más afectuoso que Izzy.

-¿Y Leo?-. Preguntó Sam, eso provocó una expresión seria en la cara de Magnus.

-No se encuentra en buenas condiciones en éste momento-. Indicó Magnus sombrío.

-¿Lo puedo ir a ver?-. Y miró a su padre en especial con cara de perrito mojado, porque sabía que él diría que no, pero Izzy si.

-Está bien-. Dijo Simon paulatinamente.

Sam llegó acompañada por Magnus y por Will. Cuando llegaron, se encontraron con Jace, Alec, Val y Max.

-¡TÍOO!-. Exclamó Sam abrazando a Alec feliz.

-¡Hola sobrinita!-. Exclamó Alec feliz -Veo que te has recuperado-.

-Siiiiii ¡Hola tío!-. Y Sam saludó a un Jace muy feliz.

-¡Sam! ¡Estás bien!-. Exclamó feliz Val -Él es Max-. Y señaló a un pequeño niño que se acercó curioso.

-Ale ¿Quién es él?-. Dijo Max escondiéndose detrás de Alec señalando a Magnus -me intimida-.

-Hola pequeño ¿Quién eres?-. Exclamó Magnus, hagachándose enfrente de Max. A él le intimidaba la altura y los ojos de Magnus.

-Max-. Dijo seco éste.

-Sam, Magnus, Leo está despierto en tu habitación-. Indicó Jace.

-¡Voy para allá!-. Exclamó Sam.

-¡LEO!-. Exclamó Sam gritando y saltando sobre él, mientras lo abrazaba.

-¿Quién eres?-. Preguntó éste.

Continuará...

Angeles Y DemoniosWhere stories live. Discover now