Angeles Y Demonios

entre el pasado y el presente

Asmodeus, estaba sentado en un amplio trono, en el infierno. Recordando esos momentos, en los que Leonardo, era sólo un experimento.

Flashback
-Pero, Joanne ¿Estás segura de esto?-. Exclamó sorprendido éste.

-Escucha Asmodeus, yo no quiero esto y tú tampoco. Sólo es crear el arma más poderosa que puede existir, Lucifer no quiere participar, así que te lo pido a ti...-. Decía la mujer, su rostro era tranquilo y su voz sonaba neutra. Tenía un largo, acampanado y simple vestido color blanco. Sus cabellos, marrones oscuro, se arremolinaban por el viento.

Era una gran junta, en lo que parecía un templo de estructura Gótica. El viento, soplaba nuevo, el aire puro calmaba la actitud de todos los presentes.

Los dos, se sentaron en una larga mesa de roble. Allí, también habían nobles hombres con sus barbas ilustres o así también nobles mujeres con sus largas cabelleras grises.

-Nos hemos juntado aquí, para llevar a cabo, el experimento J.O.N.E.S- Jones- J urisdicción del h O mbre N acido E stéril, no por S iempre. Éste proyecto, como el nombre lo dice, indica que un demonio y un ángel, formarán un humanoide que se terminará de gestar en una mundana, nacerá y crecerá como humano aunque no lo sea. Hemos preparado a los progenitores adecuados para este proyecto: Joanne Eastwood y Lucifer-. Dijo un noble hombre barrigón con una larga barba blanca ilustre. Todos asintieron en su aprobación -Pero, Lucifer no se ha podido presentar aunque Asmodeus se postuló amablemente, para ser el posible padre-. Dicho esto, lo señaló, y el señalado, se enarveció, él nunca se hubiera postulado, la que tenía la culpa de que él estuviese allí, era por Joanne.

«esa arcángel, las pagará», pensaba éste enojado por terminar así...
Fin del Flashback

-Señor ¿Lo aniquilo?-. Preguntó Germán señalando el cuerpo inerte de Leonardo.

El joven híbrido, dormía placentero, sin darse cuenta de lo que sucedía a su alrededor. Su padre le dio una mirada malhechora.

-Mata a Jones Eastwood- dijo Asmodeus seco y distante, su voz sonaba vacía. Germán, sólo asintió y levantó a Leonardo del suelo por una ala.

Mientras tanto, Sam, en el instituto de Buenos Aires, se sentía mejor que antes de estar vomitando. Fue muy raro que su pecho se halla iluminado y la halla curado.

De repente, cayó en un profundo sueño.

Al despertar, estaba en una celda de calabozo, enfrente, había otra y allí estaba Leo.

Continuará...