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¿Qué tan raro es preferir ver al chico que te gusta que salvar tu pellejo? Peor aún, haber recibido una amenaza, pero aún así quedarte sentado esperando que termine el entrenamiento

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¿Qué tan raro es preferir ver al chico que te gusta que salvar tu pellejo? Peor aún, haber recibido una amenaza, pero aún así quedarte sentado esperando que termine el entrenamiento.

Ese es el caso de Tweek, que a pesar de saber que Clyde iría por él al final, seguramente para matarlo, decidió quedarse a ver al chico que le gusta.

Claro, con miedo, pero nada podía arruinar ese tiempo valioso. Ni siquiera una amenaza de muerte.

¿No ver a Craig entrenar? Primero muerto.

Sentía que en su cabeza había una mecha encendida, que con el pasar del tiempo se iba agotando. Cuando llegara a su final, cosas terribles iban a pasar. O eso creía, porque cuando el entrenamiento acabó y Clyde fue a buscarlo, el castaño solo le dijo unas simples palabras:

-Ayudame con Bebe.

La mente de Tweek hizo corto circuito cuando paso, porque esta había imaginado miles de escenarios pero ninguno como ese.

-¿Y-yo? No tengo porqué.

-Oh, vamos amigo, hagamos un trato.-El castaño envolvió los hombros del contrario con sus brazos.-Si me ayudas a tener una cita con Bebe, yo te ayudaré a tener una con Craig.

-¿¡Lo dices en serio!?-Sus ojos se iluminaron.

-¡En serio!

Tweek le dio una mirada furtiva al pelinegro que platicaba con Token, ambos esperando a Clyde. Su sonrisa abarcó todo lo largo de su cara.

-Quiero acercarme a Craig... Pero no sé cómo. T-tengo miedo de que me odie, o piense que soy raro.

El robusto hizo un movimiento con ambas manos formando una equis, en señal de reprobar esa actitud.

-¡Error! Con ese tipo de pensamientos espantas a cualquier persona.-Tweek brincó ante la sorpresa.-Debes ser optimista. Pensar que todo saldrá bien, primero es la actitud.

-¿Y qué debería hacer?-Su voz salió apagada, fatigada.

-Podrías unirte al club de porristas. Son muy lindas con el uniforme.

-¡Gah!, ¡N-no!, ¡Jesucristo!

-O podrías acercarte a saludarlo, luego presentarte y platicar con él.

Tweek tocó su barbilla con los dedos de forma pensativa. Las dos opciones eran maneras de humillarse, una peor que otra.

-Prefiero volverme porrista.-Susurró dudoso.

Clyde soltó una carcajada ante lo que le dijo Tweek, con una mano en la frente y la otra en la cintura.

-¡No Tweek! ¡Eso era una broma!

El rubio abrió la boca para contestarle, pero todas las palabras que iba a decir desaparecieron cuando escuchó una tercera voz.

-Vaya Clyde, al parecer conseguiste otro mejor amigo.-Craig tomó el hombro del castaño que apenas se reponía de la risa que sufrió.

-¡Oh Craig, justo de quién hablábamos!

-¡Gah!-Tweek dio media vuelta con intenciones de alejarse, pero Clyde lo tomó de la camisa y le miró con cara de no seas un cobarde.

-Verás, él es Tweek. Lo conocí ayer al final del entrenamiento.

-Oh. Hola, soy Craig.-Le saludó levantando la mano.

-Lo sé.-Contestó sin mirarle la cara.-¡E-es decir, olé!

Clyde contuvo una carcajada, Craig alzó ambas cejas como respuesta. Y Tweek, él hizo su funeral mental.

-Es muy gracioso.-Cantó el castaño mientras se carcajeaba otra vez.

Tweek se dio una bofetada mental, la había cagado; recién conoció al chico de sus sueños y ya se había anotado solo a la lista de Nunca hablarle otra vez, ¿Acaso esa lista existía en primer lugar? Si esa lista existía, su nombre estaría apuntado en todas las páginas con letras inmensas y rojas remarcadas innumerables veces. Si no existía, pues él la había creado en ese mismo momento.

No podía sentirse más incómodo de lo que se sentía, juraba que si Craig se alejaba de él, podría correr por el lado contrario, subir unas escaleras y pedirle a Kim Jong-un que lancé todas las bombas nucleares que quiera sobre él. Con solo pensar en eso no podía evitar estremecerse.

-Un gusto, creo.-Dijo al final el azabache sin hacer gesto alguno.

Craig no sonreía, pero su rostro se veía tan relajado que estaba bien para él, podía quedarse viéndolo el resto del día, o de su vida, incluso de su siguiente vida. Las mejillas del rubio se tornaron rosas y sintió sus sentidos fallar, de pronto todo su alrededor desapareció, y solo existían él y Craig en medio de un hechizo magnético.

-¿Tweek?-Clyde le llamó extrañado.

Sus ojos se abrieron de sorpresa al momento y desvió su mirada hacia el suelo, Craig había visto su extraño comportamiento.

-Y-yo, tengo muchas cosas que hacer, mis padres tienen una cafetería ¿Lo sabían? Deberían visitarla, a veces hago turno nocturno, c-como sea. Les invito a café gratis. ¡Gah! Adiós.

Había hablado tan rápido que los dos chicos apenas habían alcanzado a entender la mitad de toda la frase.

Mientras, Tweek había huido como la gallina que era. Corrió con todas su fuerzas hasta estar lo suficientemente lejos de la escuela. Sus hombros subían y bajaban, su corazón latía apresurado. Pero algo le decía muy en el fondo, que no era por la adrenalina de correr lo que le tenía tan agitado. En realidad, haber hablado con el chico de sus sueños lo había consumido de maneras inimaginables.

Se sentía tan afortunado por haberle hablado, y ya la vez, se sentía como el chico más estúpido de toda la escuela por haber escapado como lo hizo.

-Mierda Tweek.-Se maldijo al tiempo que sonreía.-Ahora te llamarás Tweek Tucker.

Y ahí, en medio de la noche de South Park, en una calle cualquiera, Tweek empezó a festejar bailando de manera torpe, moviendo los pies al ritmo de una tonada inventada mientras chasqueaba los dedos.

Segundos después, su celular vibraba y él lo revisaba, observando en la pantalla un mensaje de Bebe. Esta consistía en una foto, donde Craig se veía de espaldas cargando con su bolsa deportiva en las piernas. Al parecer se encontraba en el auto de Token, sentado en el asiento adelantero. Su bolsa se encontraba abierta y de un lado, se asomaba el cuyo que había hecho.

La vista de Tweek se nublo cuando vio a Clyde sonriente en una esquina de la foto, y debajo de la imagen, un mensaje que decía: A Craig le gustó el peluche.

La vista de Tweek se nublo cuando vio a Clyde sonriente en una esquina de la foto, y debajo de la imagen, un mensaje que decía: A Craig le gustó el peluche

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Sonríeme a MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora