Capi 17

7.1K 980 475
                                    

¿Qué tan raro es dejar encantado a tu amor platónico? Es decir, la mayor parte del tiempo esa persona especial es quien te sorprende

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Qué tan raro es dejar encantado a tu amor platónico? Es decir, la mayor parte del tiempo esa persona especial es quien te sorprende. Por eso se vuelve tu amor platónico, pero este no es el caso de Tweek.

Justo en este momento, Craig es quien está encantado después de asistir a la sala de música de la escuela.

Fue porque le dijeron que ahí estaba el rubio, estaba buscándolo hasta que se encontró con Wendy en medio de los pasillos y preguntó por él. Grande fue su sorpresa cuando se enteró que el chico de rostro lindo practicaba el piano.

Debía admitir que después de esa vergonzosa noche, Craig se veía alrededor de Tweek más tiempo. Cómo si hubiese olvidado el terrible momento que hizo pasar al pobre rubio que llegó bañado en vómito a su casa. Y es que Tweek tampoco se lo recordó, era la mejor desición que había tomado en su vida.

Si se lo decía, tal vez Craig no volvería a dirigirle la palabra. Ese momento quedaría solo en los recuerdos de Tweek, por el bien de todos.

Y en ese momento, Craig se encontraba sentado a su lado, observando como movía ágilmente sus dedos por el piano, produciendo melodías tan conocidas y famosas por el mismo.

-No sabía que eras tan bueno en el piano-, comentó.

-Oh, he tomado algunas clases -sonrió complacido de deleitar al chico que le gustaba, solo haciendo algo que se le hacían tan normal y sencillo.

-Antes practicaba el violín, para pasar música en la primaria. No era algo que me gustara tanto como el béisbol.

Tweek escuchaba lo mejor que podía hacerlo su cerebro al tiempo que se concentraba en no tocar otra tecla. Si de algo se dio cuenta es que mantener la mente ocupada en otra cosa le facilitaba hablar con el pelinegro. Cero temblores, tartamudeos y tics.

Craig se mantuvo un tiempo más en silencio, solo escuchando a Tweek, le gustaba la música clásica, aunque apenas supiera de ella.

-¿Beethoven?

-Chopin.

-Nunca la había escuchado antes.

-Nocturne... Es una melodía delicada, atrayente y... -Tweek buscaba palabras para definir lo que le producía la canción, pero Craig se adelantó.

-Romántica.

Le acompletó sin mirarlo. Eso tomó desprevenido al rubio, que dejó de tocar para centrar toda su atención en el chico a su lado. Sus manos comenzaron a temblar, como si el hechizo del piano se hubiera roto.

-¿Qué? -Soltó, sintiendo que el aliento le hacía falta.

Craig abrió los ojos solo para mirarlo. Estaba demasiado serio que Tweek no sabía cómo reaccionar ante su mirada. Tragó grueso como respuesta, esperando que Craig dijera algo. El contrario titubeó por un momento, tomando aire en sus pulmones y conteniendolo ahí.

-L-la música clásica... Siempre me ha parecido romántica.

La torpeza con la que lo dijo hizo que el rubio sonriera; entendía por completo ese sentimiento que te invadía cuando decías algo sin pensarlo, por lo que no lo presionó.

Tweek siempre pensó que debía evitar hacer lo que no le gustaba que le hacían. Y Tweek odiaba la presión, no lo presionaría por una respuesta. Solo le seguiría la corriente.

-Suena así, ¿Verdad? -Craig tomó su gorro por los lados para cubrir sus ojos-. Pero habla de muchas cosas más... Habla de guerra, de odio, de tristeza... Habla de amor no correspondido.

-¿Alguna vez has sentido uno así? Un amor no correspondido.

El rubio quedó boquiabierto al escucharlo.

Por supuesto que sentía uno desde hace años, que a veces lo hacía sentir en el aire y otras veces como si estuviera comiendo tierra mientras era esclavizado por Kim Jong-un en Corea del Norte. Craig lo destruía y construía cuando quería. Le revoloteaba el estómago cuando escuchaba su voz y se le estrujaba cuando no sabía de él.

La respuesta era demasiado obvia, y no tuvo temor de mentir, ¿Cuántas probabilidades habían de que Craig supiera que él era su amor no correspondido?

Por lo cual, después de una fuerte exhalación, habló.

-Si. Por mucho tiempo. ¿Y tú?

Craig frunció el ceño cuando lo escuchó. Se levantó de la silla y caminó unos pasos hacia la salida, después de detuvo para encarar al único chico con el que estaba.

-No, nunca. O eso espero.

Tweek no sabía que decir ante el arrebato del más alto, sabía que siempre se exaltaba con facilidad, pero no esperaba que una pregunta cómo esa lo pusiera a la defensiva.

-¿Eso esperas?

-Si. Digo, si me llegara a gustar alguien lo único que desearía es que a esa persona también le guste...

El rubor se invadió de ambos chicos, no podían mirarse entre ellos sin un sentimiento de vergüenza atravesado en el ambiente. Y sin que se diese cuenta, el corazón de Tweek latía con fuerza en su pecho. No sabía que decir ante eso, porque eso sonaba como si tuviese un mensaje oculto. ¿Era lo que creía? Porque si era eso, era demasiado bueno.

-Tengo hambre, ¿Vienes? -Dijo Craig.

Tweek levantó la cara con sorpresa, pero asintió y se acercó al más alto con una pequeña sonrisa nerviosa.

El azabache que esperaba que se acercara, solo lo miraba disimulado, sin mover la cabeza. Y una vez que Tweek estuvo lo suficientemente cerca, solo susurró.

-Me gusta tu sonrisa -Tweek lo miró ruborizado.

Era demasiado bueno para ser real.

-Y a mí la tuya-. Solo eso fue suficiente para que Craig volteara a verlo. -S-sé que no te gusta sonreírle a cualquiera, pero por favor... Sonríeme a mí, solo... Sonríe, ugh.

Entonces quiso huir después de decir algo tan bochornoso como eso. Tweek se adelantó dejando atrás a Craig, no podría mirarle la cara después de eso.

-Tweek-, le llamó.

-¡V-vamos a comer!

Era imposible, imposible, imposible.

Estar solo con Craig lo entorpecía más de lo normal, así que ingenió usar su estrategia en casos de hacer algo demasiado estúpido como lo hizo. Tweek corrió lejos de Craig.

Después pensaría en que decirle de excusa por huir tan cobardemente de él.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sonríeme a MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora