Capi 28

6.5K 750 1.5K
                                    

¿Qué tan raro es humillar a tu suegro en una cena improvisada? Lo peor es que todo fue en base de accidentes y malos entendidos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Qué tan raro es humillar a tu suegro en una cena improvisada? Lo peor es que todo fue en base de accidentes y malos entendidos.

Ese es el caso de Tweek, quién seguramente ya no sería aceptado como futuro yerno.

Cuando entraron a la casa, las piernas del pecoso no paraban de temblar, pensó que en cualquier momento caería al suelo y en un movimiento extraño su cuello se partiría en dos. Así, con una muerte tonta terminaría avergonzando a Craig.

Sintió un revoltijo en su estómago con ese pensamiento.

Morir en la primera visita en la casa de tu novio no es para nada genial.

Incluso se vuelve peor si su madre y hermana están viendo, al menos debía llegar a salvo a la cena que apenas estaban organizando.

Se apoyó en una pared para equilibrarse, la saliva ya estaba comenzando a pasar con dificultad por su garganta. Sintió el sudor resbalar por su rostro, el corazón agitarse con fuerza en el pecho, su estómago comenzó a dolerle.

Se maldijo por dentro.

—Oye, tranquilo Tweek, solo es mi familia —le susurró el más alto.

Tweek giró hacia él, sintiendo como los tics se hacían presentes. Antes de percatarse ya jalaba su cabello con las manos.

—¡E-es tu familia! —gritó, la niña se volteó a verle con sorpresa —¡Van a sacrificarme, Craig!

Entonces Tricia se echó a reír, se cubrió la boca lo más pronto posible en un intento de controlarse, pero no podía, el rubio parecía ser un ratón acorralado por gatos.

—Si estás así solo por mí y mamá, no puedo esperar por ver cómo te pones cuando llegue mi papá.

—¡Gah! Esto e-es demasiado.

Craig suspiró y tomó las manos con las suyas para alejarlas de su cabello. Se empezaba a acostumbrar a ver temblando y nervioso a Tweek. Estaba aprendiendo a controlarlo, a su manera.

—Ignora lo que esa niña dice, es adoptada —Craig acercó su rostro al contrario para decirlo, buscando la mirada del más bajo que no se detenía a mirar nada por más de tres segundos.

Eso, muy al contrario de lo que Tweek hubiese creído, lo logró calmar un poco.

Tener tan cerca a Craig ahora era reconfortante.

Ante el resultado, Craig no pudo evitar sonreír encantado.

Se mantuvieron un tiempo más entre pláticas hasta que la noche cayó por completo y la puerta se comenzó a abrir dejando entrar a un hombre gigante y pelirrojo.

Sonríeme a MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora