¡50 mil gracias!

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Hice este especial cuando llegó a 50K hace un año, hoy tiene 100K omgg muchas gracias ❤️

¿Qué tan pronto podría ser formar una familia con Craig? Es cierto, ambos estaban cumpliendo su primer año de aniversario, pero eso no era un impedimento.

Ese es el caso de Tweek y Craig, que ya tenían un hijo.

El espectáculo que Cartman ocasionó de los dos llegó a su fin, la atención que alguna vez recibieron se esfumó y, después de una etapa sin control en sus vidas solamente quedaron ellos dos. Por fin, solo los dos.

Después de unos meses tranquilos, solo contando con sus únicas presencias y los días transcurridos en recuerdos, el tiempo pasó demasiado rápido que el primer aniversario llegó, una grande, y para conmemorar esa fecha, planearon una cita de tres pasos: Una cena, un paseo y al final, ir por su pequeño bebé Stripe II. Si, su hijo era un cuyo, pinto, por cierto.

Y esa era la razón por la que Tweek estaba demasiado emocionado respecto a su salida. Terminó de prepararse desde una hora antes y se dedicó a mirar el reloj hasta que pasaron los minutos. Entonces no pudo esperar más y salió a su encuentro con Craig.

Esperaba tener una cena en algún restaurante concurrido, practicó su sonrisa y sus movimientos frente al espejo para no avergonzar a su pareja en medio de la cena, pero cuando se encontraron, Craig le tomó la mano con suavidad y lo paseó por todo el largo de South Park hasta las afueras, en medio de un jardín despejado, alejado de las luces y sonidos del pueblo.

Tweek sonrió al ver la cena. Era una pequeña mesa blanca con velas aromáticas adornándola, habían diferentes tipos de comida en ella; pizza, chocolates, pasta, vino tinto. Lucía como su primera cena juntos... Atrapados en los vestidores.

-Craig, ¿Aún lo recuerdas?

El más alto le invitó a sentarse y se agachó para buscar algo en su mochila, y el tener que esperar solo emocionaba más a Tweek.

-También traje los vasos desechables -dijo sacudiéndolos con una pequeña sonrisa- ¿Te gusta?

El rubio asintió.

-Me gusta. Me recuerda a los primeros días que te hablé.

-¿Los días en que me conocías como Cómeme Craig?

Las cejas de Tweek se levantaron en una mueca. Aunque intentara aparentar no entender ese apodo, escucharlo salir de los labios de su novio solo le ponía los cabellos de punta, tornando su rostro del mismo tono que sus pecas, y ocasionando que sus latidos aumentaran de velocidad. La mejor estrategia era negarlo todo.

-Y-yo nunca dije eso ¿si? -Clyde se las pagaría.

Ambos se sirvieron vino y brindaron en medio del silencio, sonrientes bajo los rayos de la luna, mirándose a los ojos y perdiéndose uno en el otro, sin que nada les haga falta cuando estaban juntos. Después de tantos problemas y espectáculos al fin tenían tiempo de estar solos sin que la gente los moleste, lo cual era perfecto para una cena romántica.

El amor muchas veces termina siendo incomprensible, no se sabe cuándo y como llegará, ni quién despertará esos sentimientos. Una vez que se cae en las redes del amor, no hay nada más que hacer que dejarse enredar y vivirlo. Una persona no decide sentirlo, solo sucede.

Y ambos lo sabían a la perfección, en especial cuando sus labios se tocaban y sus lenguas se combinaban, cuando sus ojos se encontraban en medio de la calle o en medio de la noche, si sus pensamientos coincidían y no paraban de recordarse o sus labios se llamaban en silencio; todos esos detalles explotaban en sus almas y cuando eso pasaba sabían que no podían detener la torre de sentimientos que despertaban uno en el otro.

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