Capi 7

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¿Qué tan raro es casi sufrir un paro cardíaco por un mensaje? En este caso, leer que su amor platónico lo encontró en medio de la noche

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¿Qué tan raro es casi sufrir un paro cardíaco por un mensaje? En este caso, leer que su amor platónico lo encontró en medio de la noche.

Ese es el caso de Tweek, que se empezó a sentir vigilado.

Tweek corrió hacia su ventana y se asomó para revisar si Craig se encontraba afuera observándolo. Miró hacia arriba, abajo y por ambos lados, pero no encontró nada.

Tweek bajó de su habitación temblando, temiendo encontrarse a Craig sentado en su sofá. Temiendo verlo y que este diga: Sé lo que haces, Tweek. Pasó por la cocina, la sala de bienvenida, salió a su patio. Pero no encontró nada.

Tragó grueso antes de contestarle.

Tweek: ¿Qué?

Esperó la respuesta de Craig por quince minutos hasta que contestó.

Craig: Sí, además me debes algo.

Tweek comenzó a temblar al sentirse descubierto y empezó a escribir una disculpa.

Tweek: Lamento tanto haber hecho todo lo que he hecho. A veces no puedo evitar mirarte, y termino haciendo cosas que te pueden molestar. Y sí, yo era el que robaba tus toallas en los entrenamientos, también fuí yo el que hizo el peluche de Stripe. También te observo cuando vas por la calle cuándo piensas que es una ardilla la que pasa por donde estás. Pero no soy un acosador, tampoco quiero hacerte daño o venderte al país norcoreano, todo esto lo hago porque... Porque estoy enamorado de ti.

Tweek leyó su mensaje dudando si mandarlo o no. Su dedo se hallaba sobre el ícono de enviar, más no lo presionaba. Seguramente se quedó así por otros quince minutos.

Pero antes de cometer el mayor error de su vida, Craig volvió a escribir.

Craig: Me debes un café gratis.

Tweek sonrió con emociones encontradas. Entre ellas estaba el alivio y la vergüenza. Se limitó a contestarle que podía pasar cuando quisiera, y así, decidió recostarse con el celular a su lado sin poder quitar la sonrisa que tenía. Y antes de darse cuenta, había quedado dormido.

Tan dormido que si no fuera por la llamada de Clyde, no hubiese llegado a la escuela.

El celular sonó con fuerza en su oído izquierdo, provocando que Tweek gritara y cayera de su cama con un ataque cardíaco. Buscó con torpeza el celular sobre el colchón y presionó a contestar sin saber a quién hablaba.

—¡Tweek, prometiste ayudarme hoy con Bebe y no veniste a la escuela!

—¡¿Q-qué?!—Le gritó de vuelta viendo la hora en el reloj de su pared.—¡¿Quééé?!

Sonríeme a MiWhere stories live. Discover now