Capi 19

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¿Qué tan raro es que en tu cafetería familiar lleguen cientos y cientos de correos? Lo único que contienen dentro son fotos y dibujos

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¿Qué tan raro es que en tu cafetería familiar lleguen cientos y cientos de correos? Lo único que contienen dentro son fotos y dibujos. De él y Craig. Tomados de las manos, sonriendo y sonrojados.

Ese es el caso de Tweek, que casi sufría una epilepsia después de ver todo lo que llegó.

Sus padres se encontraban sentados en una mesa, con sonrisas en las caras y de vez en cuando se mostraban las fotos que agarraban entre el montón. Tweek no dejaba de mover la pierna, consternado por darse cuenta que cada treinta minutos llegaban más sobres de papel a la puerta. El cartero volvió, con rostro fatigado y dejando caer todo en la entrada del lugar. Sus padres al verlo, dejaron lo que veían y fueron a buscar lo recién llegado.

El rubio no pudo evitar apretar su ceño cuando sus padres volvieron entre risas con más.

—Mira hijo, esta es diferente—dijo Richard mostrándole un sobre negro con un adornado dorado. Entre las letras brillantes alcanzó a ver el nombre de Eric T. Cartman.

Sus ojos se abrieron lo más que pudieron, y con un movimiento rápido le arrebató la carta a su padre.

—¡M-mierda!

—Tweek, esa lengua —le regañó su madre—. Tolero que dejes inconciente a tu padre, pero no toleraré los insultos en la cafetería.

Tweek abrió el sobre y tomó la hoja entre sus dedos.

—L-lo siento. Tengo que ir al baño.

No esperó que sus padres contestaran. Corrió y se encerró en el baño. Ver el nombre de Cartman le hizo sentir un profundo terror navegar entre sus venas. Pero con valentía, comenzó a leer:

Tweek.

Cuán cerca te hallas de Craig ahora, lo último está por avecinarse.
¿Qué te pareció la ayudita que les di? Esas asiáticas se vuelven locas cuando les hablas de una pareja homosexual.

El rubio leía con la boca abierta, con una mezcla de asombro y vergüenza después de percatarse que Craig estaba viviendo esa incómoda experiencia por su culpa. Una chispa diminuta de indignación se cruzó por su cabeza. Solo una diminuta. Continuó.

Mis contactos me han confirmado que el plan está yendo a la perfección. Antes de que cante el gallo, ese chico se volverá tu novio, ¡Deposita tu confianza en mí!
Cabe recordarte los términos del contrato, te lo envío para que te notifiques.

Atentamente, Eric T. Cartman.
Capitán del club de Yo Cupido.

Quedó estático. Lo último en la carta le hizo sentir temor por su vida y la de Craig.

Sus ojos se aguaron, pasó la hoja para encontrarse con el contrato, y tenerlo frente a él le provocó asfixia temporal.

Se le había olvidado el costo de todo.

Sabía que Craig lo iba a odiar si se enteraba de lo que hizo, nunca antes sintió un miedo tan profundo.

Por lo que buscó el número de Cartman entre sus contactos, y sin vacilar, le llamó.

El teléfono sonó, un pitido, dos pitidos.

—¿Quién mierda habla y como carajos obtuviste mi número? —La forma tan violenta con la que habló fue suficiente para acobardarlo.

—Ugh, soy yo, T-Tweek.

—¡Oh! ¿Y qué pasa? ¿Te llegó mi correo?

—Uhm, si... Pero...

—¡Las cosas van de maravilla! Yo le doy dos semanas más a Tucker para caer rendido a tus pies.

—Ngh, Cartman, yo no puedo seguir con el contrato...

Silencio.

Tweek cerró los ojos en espera de lo que diría Eric, con miedo por lo que pasaría. Escuchó como le gritaba a alguien más del otro lado de la línea, y después su respiración pesada ensordeció por unos segundos la llamada.

—Tweek, —su tono fue serio— creo que te estás precipitando, hacer este trato conmigo fue la mejor decisión que tomaste.

—¡N-no! ¡Por Dios! ¡Si Craig se entera me odiará de por vida!

—No lo hará. Solo piensa en las parejas que he formado con éxito. —Tweek quiso decir algo más, pero Cartman lo interrumpió—, justo ahora debe estar yendo a tu cafetería un ayudante mío. Esperalo y habla con él de tus quejas.

Y colgó, dejando a Tweek con miles de palabras en la garganta que iba subiendo y no eran expulsadas, sintió que se asfixiaba.

Guardó el contrato en el bolsillo de su pantalón y fue hacia donde se encontraban sus padres.

Ellos estaban seleccionando las fotografías en ese momento, eligiendo las mejores a su consideración. Las veían, sonreían y opinaban sobre la imagen elegida, cuando vieron a Tweek, le mostraron una fotografía donde se hallaba Tweek extendiéndole la mano a Craig, el cual lo miraba atentamente.

Pareciera que las miradas eran tan profundas que sin tener que usar palabras se comunicaban.

—Colgaremos esta en la entrada, ¿qué te parece?

—¡No, a-absolutamente no! ¡Gah!

El rubio comenzó a caminar de un lado a otro mientras tomaba con fuerza sus cabellos que se empezaban a desprender de su cabeza.

Los tres estaban centrados en sus asuntos, hasta que escucharon la campanilla de la entrada sonar. Tweek y sus padres giraron a ver a quién entraba.

Hellen sonrió y se levantó de la silla donde estaba para ir detrás del mostrador.

—Hola Butters, ¿qué se te ofrece?

—Hola señora mamá de Tweek—, dijo con una sonrisa—. En realidad vine a ver a Tweek, por una tarea.

—¿Tarea? —Tweek no recordaba ninguna tarea con Butters.

—Si, ven aquí —dijo, se sentó en una silla y esperó que Tweek lo siguiera.

Sin entender por completo la situación, lo hizo. Fue y tomó una silla con Butters, el cual quitó su sonrisa cuando tuvo a Tweek sentado frente a él.

Tragó duro al verlo tan serio, estaba nervioso, el tic en su ojo izquierdo lo demostraba.

Butters acercó su cuerpo hacia la mesa para quedar más cerca de Tweek, y con un tono serio y profundo le dijo:

—Escúchame perra, no permitiré que rompas tu contrato con Cartman. ¿O quieres terminar trabajando para mí?

El corazón de Tweek se detuvo, él tuvo que autocontrolarse si no quería brincar de la silla mientras le pedía a sus padres que llamen a la policía.

En su mente llegó el vago recuerdo del negocio de besos que Butters manejaba.

Negó con la cabeza esperando que Leo siguiera hablando.

—La recta final está cerca, prepárate Tweek, que Craig terminará arrastrándose por ti en la escuela.

Ni siquiera podía terminar de comprender que estaba pasando. Haberse metido en las cosas de Cartman fue la peor desición que tomó en su corta vida.

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Con mucho amor para todos ♥
Salebyebebés

Sonríeme a MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora