Capi 21

7.4K 1K 1.2K
                                    

¿Qué tan raro puede resultar una mañana en un cuarto de limpieza? Rodeado de escobas, trapeadores, líquidos para limpiar y con una mirada clavada a la tuya

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Qué tan raro puede resultar una mañana en un cuarto de limpieza? Rodeado de escobas, trapeadores, líquidos para limpiar y con una mirada clavada a la tuya.

Ese es el caso de Tweek, que se la paso huyendo todo el tiempo que pudo.

Ahora sí aplicaba el "puedes huir pero no esconderte." El rubio de verdad lo intentó, no sabía cómo enfrentar al chico que le gustaba después de lo sucedido, y tampoco quería. Lo evitó cuando tocaba la puerta después de gritarle que se vaya a la mierda, evitó sus mensajes y llamadas.

Pero había llegado la parte más complicada, la cual era la escuela. Tener a Craig en los salones de al lado y con completa libertad de buscarlo le aterraban. Lo único que lo tranquilizaba era que en sus primeras horas le tocaba baloncesto, mientras que a Craig béisbol. Entonces ambos estarían lejos. Entró a los vestidores del gimnasio y se cambió por su uniforme deportivo, sintiéndose extremadamente tranquilo por no ver ni la cara de Clyde o la cara de Craig por el lugar.

Comenzó a calentar junto a sus demás compañeros, luego se organizaron en grupos para tener un enfrentamiento de baloncesto. La hora fue pasando, Tweek corría con el balón y esquivaba cuerpos que se interponían en el camino, fallando lo tiros la mayor parte del tiempo. En especial el último, pues el grito de algunas chicas lo espantaron. 

¿De qué se trataba? No era nada más y nada menos que de Craig Tucker, quién entró al gimnasio con su uniforme de béisbol sucio. Caminaba dominante, buscando con los ojos a alguien.

Entonces sus miradas chocaron. Tweek supo en ese momento que era su fin, que Craig le rechazaría frente a todos, él no podría evitar llorar ante eso y se volvería una burla por los próximos meses en la escuela. Su respiración se aceleró cuando lo vio acercarse a él.

Tragó duro, buscó con la mirada a Wendy. Pero antes de poder encontrarla Craig ya se encontraba frente a él, mirándolo desafiante e irradiando imponencia.

—Tengamos una ronda de tiros —Dijo al fin el más alto.

—¿Q-qué haces aquí?

Eso fue lo único que alcanzó a decir, pero su pregunta fue totalmente ignorada cuando Craig le arrebató el balón de las manos. Comenzó a trotar mientras lo rebotaba y encestó con facilidad. Después volvió su atención al rubio, que estaba comenzando a temblar.

—Si ganas, haré lo que tú quieras. Pero si yo gano, harás lo que yo quiera —su voz salió confiada.

—¡E-es una jodida broma! —su voz salió entrecortada.

—¿Qué? ¿Te da miedo? —dijo para reírse después. Quitando sus ojos de él y mirando a quienes observaban la escena.

Con eso provocó que la mayoría comenzará a alborotarse a su alrededor, gritando y pidiendo que no huyera y que jugara.

Y Tweek ya había comenzado a temblar en su lugar, sintiendo unas enormes ganas de salir de ahí, sin embargo se plantó.

Con todo y su temor, él se defendió, se irguió, miró a Craig con valentía y asintió.

—Hagámoslo —soltó.

Una pequeña sonrisa adornó la cara de Craig, él le cedió el balón y cubrió su camino con su cuerpo. Entonces Tweek lo rebotaba e intentaba abrirse paso hacia la cesta, y aunque se acercaba, el balón nunca entraba.

Después Craig tomó el balón, comenzó a trotar y a rebotarlo, se movió de un lado a otro, sin poder esquivar a Tweek, entonces lanzó el balón desde donde estaba. Y con un tiro limpio, el balón entró a la cesta.

Los demás estudiantes comenzaron a gritar ante eso. Tweek no se sentía en ese lugar rodeado de tanto escándalo, eso le facilitó ignorar la situación en la que se hallaba. ¿Por qué estaba haciendo esto? No recordaba exactamente por qué, pero no sé rendiría ante Craig.

El juego continuó, Tweek lanzaba el balón y este rebotaba fuera de la cesta, a diferencia de Craig que atinaba en donde sea que se encontrara.

—¡Diez a dos, a favor de Craig! —gritó alguien entre la multitud.

El ambiente se había acelerado mucho, y eso a Tweek le comenzó a desesperar. Sus ojos miraron los verdes de Craig, que no se movían sobre de él, como si se burlara de Tweek. El partido pronto llegaba a su final. Craig tenía el balón, Tweek siguió luchando con todas sus fuerzas para arrebatarselo de las manos.

Fue cuestión de un descuido de segundos para que Tweek tomara el balón con las manos e intentara quitárselo a Craig, que tampoco lo quería dejar.

Fue ese momento.

Fue ese jodido momento.

Que sus caras quedaron tan juntas, sus ojos se miraron, una sonrisa adornó la cara del más alto, y se acercó... se acercó a Tweek.

Y sus labios se tocaron por unos segundos, Tweek observó los ojos cerrados de Craig tan juntos a él. Y la suavidad de ese toque, aceleró su corazón con fuerza.

Todo se silenció en su mundo, fue solo cuestión de unir sus labios por solo unos segundos, suficientes para Tweek.

Solo podía escuchar su corazón latir.

Craig se separó de él y la sonrisa se volvió a formar, ahora más grande.

Y el ruido volvió a inundar el lugar, ahora eran gritos de emoción ante la escena. Tweek no podía creerlo, no podía ni moverse a pesar de todos los cuerpos corriendo hacia ellos.

Entonces Craig lo tomó de la mano y corrió con él lejos de todos por los pasillos hasta encontrarse con una habitación de limpieza, donde entraron y se quedaron callados por unos minutos. Sin despegar sus miradas una de la otra.

—Era yo... —susurró Craig, rompiendo el silencio.

Tweek no podía hablar, así que asintió con la cabeza, sin despegar sus ojos a los de Craig.

La habitación estaba casi oscura sino fuera por el foco colgando en el techo que apenas alumbraba, pero Tweek pudo ver los ojos dilatados de Craig, aquellos ojos que solamente le dedicaba a él. Su corazón se estrujó por todas las emociones que estaba sintiendo en ese momento, podía morir ahora y sería completamente feliz.

—No me di cuenta antes, a pesar de todas las indirectas... —Tweek volvió a asentir a sus palabras —Tweek, a mí también me gusta alguien.

—Craig, p-por favor —suplicó cuando encontró su voz —dime que no estoy soñando.

—¿Esto parece un sueño? —y lo volvió a besar. Ambos cerraron los ojos cuando sus labios se tocaron de nuevo.

Se sincronizaban a la perfección, y cuando se separaron, Tweek asintió.

—Si parece un sueño.

El más alto soltó una pequeña risa, Tweek la siguió cuando lo escuchó.

No entendía por completo lo que estaba pasando, pero le estaba gustando.

En ese momento Craig tomó las manos de Tweek entre las suyas, y sin separar su mirada a la de él, dijo:

—Me gustas, Tweek.

------

Creo que la inspiración viene a mi cuando es muy de noche xd

Espero les haya gustado, votos y comentarios y ustedes saben, son bien recibidos. Gracias por tanto amor a mi obra.

Sonríeme a MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora