Capi 13

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¿Qué tan problemático podía llegar a ser una persona hacia su amor platónico? Es decir, crearles problemas y dudas inconscientemente

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¿Qué tan problemático podía llegar a ser una persona hacia su amor platónico? Es decir, crearles problemas y dudas inconscientemente.

Pues a Tweek le pasó esa misma noche y no se percató de lo incómodo que se puso Craig con su presencia.

Tweek se encontraba más preocupado por no distraerse con su angelical rostro y tropezar para aterrizar sobre su cuello, en una manera muy vergonzosa de morir frente al chico que le gusta.

Su mirada se clavaba al suelo viendo a sus pies moverse conforme caminaba por las calles, escuchando como Craig emitía unos graves quejidos acompañados por el sonido de mensajes que llegaban.

No podía imaginar un escenario más romántico que ese. Cada vez que estaba al lado de Craig sus encuentros se volvían más y más perfectos.

Ya podía ver la boda llegar.

Antes de que se diera cuenta, habían llegado a la cafetería y Craig se detuvo  frente la puerta. Tweek imitó su acción y esta vez se atrevió a levantar su rostro para mirar al chico que estaba a su lado. No pudo decir nada, aunque buscara algún tema de conversación para no despedirse de él, y antes de poder hacer el intento, Craig tomó la palabra rascando su cabeza.

— Hemos llegado— comentó, Tweek asintió ansioso.— Creo que es hora de irme.

Con paciencia, se mantuvo a su lado esperando que el rubio entrara, más Tweek no ejercía ningún movimiento o señal de querer entrar a la cafetería. Comenzó a golpear el suelo con su tenis de manera sutil.

— ¿Piensas entrar?— Preguntó ahora impaciente.

— Gah, ¿Y-ya te vas?—Dijo, Craig asintió.— ¡Pero aún es temprano!

—Son casi las doce de la madrugada.

El rubio bajó la mirada apenado, no quería que Craig se marchara. Temía que sólo fuera un sueño, que una vez lo deje ir, a la mañana se comporte diferente con él. Ya había pasado eso antes, la indiferencia del azabache era tortuosa y no quería volver a vivirla, le dolía. Todo Craig le dolía.

Así que se negó a dejarlo ir tan fácilmente. Elevó la cabeza mientras fruncía los labios y metió sus manos en los bolsillos al tiempo que miraba su alrededor buscando algún lugar a donde pudiera irse con Craig.

Como si se le hubiese olvidado que ya era media noche y que todo lo que estaba cerca de su cafetería ya estaba cerrado.

— ¿Por qué tanta prisa? Hay muchas cosas que podemos hacer.— Ahí entendió que lo había arruinado otra vez, pues Craig hizo una mueca de cansancio.— L-lo siento...

Completó bajando la mirada, acción que hizo suspirar a Craig.

— Está bien, solo tengo sueño.

— S-si, yo un poco, también.

De nuevo el silencio se apoderó de ambos. Craig nuevamente revisó la hora en su celular y Tweek bajó la mirada sin saber que hacer en esas situaciones. Por lo cual, decidió llevar a cabo su plan B, algo que tenía planeado desde hace tiempo y que evitaba utilizar al menos que fuera necesario.

Había llegado el momento, su técnica sería vista por primera vez por Craig. Tweek inhaló profundo y se dio palabras de aliento mentalmente para llevar a cabo su estrategia.

Levantó su dedo índice al cielo, simulando apuntar algo, Craig sin dudar levantó la vista con ingenuidad. Y esa fue la señal de proseguir con su plan.

— ¡U-un ovni, joder Craig, nos va a secuestrar!

El azabache frunció los ojos intentando ver lo que sea que Tweek estaba apuntando, y este se lanzó a correr hacia su cafetería.

Era nefasto, cuando corría hacia demasiado ruido. En vez de desviar la atención de Craig, la volvió a captar.

Tweek zigzagueó hacia la entrada de la cafetería intentando no voltear a ver al chico detrás de él, del cual ya sabía que lo miraba.

— ¡Tweek, ¿Qué diablos?!— Expresó levantando ambos brazos en señal de confusión.

Fue ese momento que el rubio no pudo seguir ignorándolo y giró su rostro para verle. Sin fijarse que había frente a él, y chocando con la puerta del local.

Por el golpe, fue inevitable su aterrizaje al suelo sentado. Su mano torcida por el choque comenzó a palpitar y sus mejillas enrojecieron cuando escuchó a Craig acercarse.

— ¿Te encuentras bien? Eso fue un gran golpe.

— Ugh, n-no me dolió—, mintió— s-solo fue un descuido.

El más alto negó con la cabeza extendiendo la mano, pero cuando centro su vista en los ojos de Tweek, una sensación cálida lo acogió acompañado de una sacudida en el estómago. Casi por instinto, retiró la mano.

Pero su vista no se separó a la del contrario, sus ojos combinados entre  ámbar y azul eran impresionantes, una mezcla interesante e hipnótica, ni siquiera se dio cuenta que llevaba rato observándolo fijamente. Y Tweek no estaba mejor, que a pesar de sentirse avergonzado, cuando sus ojos se encontraron con los de Craig, se perdió en su profundidad.

Ambos con torpeza, desviaron la mirada.

— ¿Puedes levantarte solo?

— ¡S-si!

Una vez ya parado, agitó su mano en forma de despedida y abrió la puerta para poder entrar sin matarse en el proceso. Craig imitó su acción y giró sus pies para marcharse de ahí.

No hubieron palabras para despedirse, y ambos estaban bien con ello, pues lo que había sucedido minutos antes era lo suficientemente bochornoso para lanzarlos a correr por direcciones contrarias.

La sonrisa del rubio no tardó en aparecer en su cara, y dando brincos hacia sus padres se resguardó del otro lado de la meseta para poder mandarle un mensaje a Craig, reuniendo toda la valentía que tenía.

Tweek: Fue una gran noche.

Y del otro lado de la pantalla, se resguardaba el azabache con los labios apenas curvados hacia arriba dejando una sensación de una pequeña sonrisa, que al leer el mensaje, soltó un suspiro mientras levantaba su vista hacia las estrellas.

Reproduciendo una y otra vez el recuerdo de sus miradas fijas, entre el ámbar, el azul y el esmeralda, Craig sintió revolotear su estómago con ingenuidad.

Podía jurar que cuando eso pasó, pudo ver el universo entero en sus ojos. Y eso lo aterraba al nunca haber sentido algo similar.

Rindiéndose a ese temor, solo por esa noche, susurró en medio de la solitaria calle.

Lo es.

— Lo es

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Sonríeme a MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora