Capi 27

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¿Qué tan raro puede resultar un desastre ocasionado por externos? Bueno, tal vez él tenga un poquito de culpa, pero todo se le atribuye a Eric Cartman

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¿Qué tan raro puede resultar un desastre ocasionado por externos? Bueno, tal vez él tenga un poquito de culpa, pero todo se le atribuye a Eric Cartman.

Ese es el caso de Tweek, que se negaba rotundamente a aceptar que también se debía a sus propias desiciones.

Ahí estaba él, entre Clyde y Bebé, contando todo lo que le había sucedido momentos antes.

Bebe asentía comprensiva, pero Clyde tenía una cara similar a la de Craig cuando se enteró, entre incredulidad y molestia. Si no había soltado ningún comentario a lo largo de su plática se debía a que la rubia estaba presente.

—Que te puedo decir —habló el castaño cuando Tweek guardo silencio —Craig odia a Cartman.

—Tal vez debas dejar que se tranquilice.

—N-nunca debí aceptar... Tengo que hablar con Craig.

Bebe le sonrió comprensiva, esperando que Tweek hiciera lo correcto. Después de tanto show y escándalo, lo mejor era hablarlo y llegar a un acuerdo.

Pero no podía evitar sentir miedo de que la relación de su amigo no pudiera salir a flote.

Casi no conocía a Craig, por lo que no podía prever lo que sucedería cuando Tweek y él estén cara a cara.

A diferencia de ella, Clyde se recostó en su silla con una mueca de aburrimiento, cruzado de brazos. Él si podía imaginarse la reacción de Craig, y sería muy aburrida.

—Viejo, creo que deberías mantener tu distancia por un tiempo, ya después acercarte y hablarlo. Craig es un amargado.

—¿Qué dices? ¿No sería mejor resolverlo lo más pronto posible? —habló la rubia—, Tweekie no dudes y sé sincero.

—Lo digo en serio, mejor espera que se le bajen los humos de la cabeza. Si vas ahora te cerrará la puerta en la cara.

Tweek tragó duro.

—Oye, tal vez te cierre la puerta a ti, pero Tweek es diferente —Bebe volteó a ver al rubio —deberías ir, no creo que te haga eso.

—Ngh, ya no estoy tan seguro.

Tweek recordó como Craig pasó a su lado...

«No me ocultes las cosas»

Aunque no sonó enojado, esa frase hacia que de repente le dieran ganas de llorar... ¿Que había estado haciendo todo este tiempo?

Sentía un vacío en su estómago.

El momento de arreglar las cosas llegó más pronto de lo que hubiera deseado. A pesar de caminar lo más lento que pudo, ahora se encontraba frente la casa de Craig.

Había faltado a los entrenamientos de la tarde, no se le ocurría otro lugar donde pudiera estar.

Pero sus piernas se detuvieron y no quisieron seguir avanzando. Más que nada por el temor de ser rechazado por Craig. 

Sonríeme a MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora