Capi 25

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¿Qué tan raro puede resultar que en un corto periodo de tiempo, los rumores comiencen a circular en torno a ti? Teniendo en cuenta que antes de iniciar tu relación nadie se percataba de tu existencia

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¿Qué tan raro puede resultar que en un corto periodo de tiempo, los rumores comiencen a circular en torno a ti? Teniendo en cuenta que antes de iniciar tu relación nadie se percataba de tu existencia.

Ese es el caso de Tweek, quien no ha parado de sentirse en la vista de todos. Cada vez que pisaba la escuela los ojos de los demás le seguían, incluso algunas caras disgustadas lo miraban. Tan grande era la presión que no podía enfocarse en el apoyo que le daban con Craig algunas personas.

Era como una guerra, algunas personas estaban a favor que ellos dos estén juntos y otra parte, no.

Durante clases escuchaba ciertas cosas. Algunos susurros eran tan altos que siempre terminaba escuchándolos detrás de él, y debía admitir que estar en boca de las personas era desagradable. Aún más cuando no sabes lidiar con ello; a toda persona le gusta ser aludida, pero cuando sabes que hay gente hablando pestes a tu espalda, no puedes evitar sentirte como un trozo de basura. Su estómago se revolvió con fuerza.

Aquello no tenía mucho tiempo desde que empezó. Las personas no comenzaron a molestarlo hasta hace poco. Normalmente escuchaba que hablaran, pero nunca era sobre él.

Nunca...

Ahora pareciese que solo ese tema de conversación hay. La clase se levantó de sus sillas cuando la campana anunció el final del periodo, Tweek intentó levantarse y huir de ahí, pero antes se encontró con Bebe y Wendy que lo esperaban en la puerta. Sabía que estaban preocupadas también, pero él no quería lidiar con eso, solamente quería ignorarlo y olvidarlo, finjir que nunca escuchó nada.

—Tweekie —soltó la rubia, parada al lado de Wendy. 

El chico miró a ambas con una mirada similar a la de ellas.

—Mira, solo quiero asegurarme que estás bien... Sabes de lo que estoy hablando, las personas se dejan llevar fácilmente ante los estúpidos chismes. Entonces, ¿estás bien? —Wendy acarició el brazo del rubio, buscando una apertura en los pensamientos de su amigo.

Pero este solo asintió con la cabeza sin una pizca de gratitud en sus ojos, lejos de sonreír, solo salió una exhalación de cansancio. 

—Yo sé de lo que me hablan, s-sé que están hablando de mi pero, ¿qué es exactamente lo que dicen?

Ambas chicas se miraron entre ellas, luego voltearon a Tweek negando con la cabeza. 

—¿Sabes? Cuando hablan a tus espaldas es mejor no prestar atención en lo que dicen las personas —dijo Bebe—. Solo hablan porque sí, poco debería importarte saber qué es lo que dicen.

—¡Pero si están hablando de mi! ¿Por qué todos pueden escucharlo menos yo?

Antes de que alguna de ellas pudiera contestarle, Clyde apareció detrás de las chicas. Tomó de los hombros a Bebe y centró su atención en Tweek.

—Viejo, eres la comida de las personas. Deberías ver como se puso tu noviecito cuando los escuchó.

Un tic.

—¡Agh! ¿Craig escuchó lo que dicen de mí?

Bebe se separó del agarre del castaño con notoria molestia, caminó hasta estar al lado de Tweek con decisión, entonces habló.

—Bien Clyde, hiciste lo que menos queríamos que hicieras —se cruzó de brazos.

—¿Yo que iba a saber?

Tweek llevó ambas manos a su cabello. Otro tic, temía que su ojo saltara de su cráneo ante tanta presión. A pesar de que Bebe tomó su brazo para asegurarse de no dejarlo ir, Tweek corrió sin previo aviso, haciendo que la rubia casi cayera.

Está fue ayudada por Clyde que la rodeó con sus brazos para que no cayera.

Tweek rodeó los pasillos hasta estar en frente del salón de Craig, estuvo en frente de la puerta sin animarse a entrar, pero no podía echarse para atrás llegando tan lejos.

Con sus dedos tocó la puerta, indeciso. Pero dejándose llevar por el arranque de adrenalina, abrió la puerta con un empujón, sobresaltado a quienes estaban dentro del salón. Tweek se congeló cuando todos lo miraron, entre tantas cabezas observó que Craig compartía clases con Kenneth.

Él fue quien se levantó apenas vio que Tweek estaba en la puerta.

—¡Tweekers! —cantó con los brazos extendidos. Lo rodeó y le dio un beso sonoro en la mejilla.

Ahora, otro tipo de silencio se formó, pero ahora la atención no estaba puesta en el pecoso con crisis nerviosa, sino que en Craig Tucker.

Este se levantó de su asiento, aparentemente tranquilo.

Caminó hacia ambos chicos hasta quedar en frente de Kenneth, y antes de que pudieran verlo venir, el azabache arrojó una bofetada Sonora y seca, lo suficientemente fuerte para que Kenny cayera al suelo por el impacto. La cizaña llenó el salón, Tweek giró a ver a quienes estaban alrededor.

Vio a Bebe, a Wendy y Clyde, incluso vio a Token y Butters. Pero en ningún lado pudo observar al gordo que salía en sus pesadillas.

—¡No creas que dejaré pasar tus mierdas! —El gritó de Craig lo saco de su trance.

Estaba hablándole a Kenny que aún seguía en el suelo sosteniendo su mejilla golpeada. Sus ojos pasaron de Craig hacia alguien en medio del público, para después volver su atención en el alterado miembro de béisbol.

Se levantó del suelo sin ánimos de continuar aquel espectáculo, pero aún así, encaró al más alto y le dio una sonrisa torcida, que tiraba a ser una coqueta. Sus dedos recorrieron del pecho al hombro de Craig, y con velocidad se acercó a su oído para susurrar.

Cuando se alejó, fue para que Craig le lanzara un golpe certero a la nariz que comenzó a sangrar segundos después. Pero las cosas no terminaron ahí esta vez. El pelinegro se lanzó sobre de él y volvió a golpearle en la cara, sin indicios de querer detenerse.

Las personas en lugar de detener la pelea, solo comenzaron a gritar esperando que Kenny se defendiera. Eso fue suficiente para indicarle a Twrek que si él no los separaba, nadie más lo haría. Así que se acercó a ambos sin poder ocultar su nerviosismo plasmado en sus temblorosas manos y empujó a Craig lejos de Kenny que hasta ese momento no logro defenderse con éxito.

Por obviedad, Tweek mantuvo su distancia del chico que sangraba en el suelo y en cambio, fue hacia Craig para tomarlo del brazo y jalarlo lejos de ahí.

—Tenemos que irnos, irnos a un lugar tranquilo, irnos del país.

Por su parte, su novio solo se dejó llevar. Cuando estén los dos en privado aclaría las cosas, justo en ese momento su mente se encontraba en el sonoro beso entre Tweek y Kenny.

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Sonríeme a MiWhere stories live. Discover now