Capítulo 0

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🎼 The king of the
highlands~Antti Martikainen



Allá, donde se esconde el mar
donde la luz nacerá, te estaré esperando
con una promesa de amor...

Desde el fondo del mar, tus súbditos saldrán...
Para defender al futuro rey,
que consigo trae la paz.

Las olas del mar jugaban con su cabello, meciéndolo lentamente en una dulce sinfonía de amor. Sus pies fríos sumergidos en ese mar helado fundiéndose con la oscuridad de la lejanía, la arena escapando de sus pies, corriendo, llegando tarde al fondo del océano. Bailando, riendo al son de las gaviotas que desde el cielo vigilaban a la joven jugar con la marea, arrastrándola despacio hacia sus profundidades, hasta que su vientre estuvo cubierto y las puntas de sus cabellos se mojaron tiñéndose de un color oscuro.

De sus labios, en un idioma no conocido, hereje, recitaba de memoria aquellas frases que a su mente acudían en sueños, noche tras noche...

Esa lengua era el gristkov, considerado el lenguaje de las sirenas que habitaban los mares, mujeres expulsadas a las profundidades de la tierra, por atentar contra los cielos y sus dioses según contaban las leyendas. Pero todo esto, la joven y dulce Inesset, no lo sabía.

—¡Inés!

A lo lejos una joven rubia mecía su mano intentando llamar su atención.

—¡Debemos volver ya, la noche está al caer! —gritó desde la orilla.

Inés, sumergida en las aguas asintió y con pasos rápidos salió del mar sonriendo en paz, muy al contrario de la joven de la orilla, quién sujetaba con demasiada fuerza su cesta.

—Lo siento, madre Elka nos matará, deberíamos haber partido hace tiempo...

Excusándose la rubia le pasó un pañuelo largo bastante sucio con lo que la joven pudo tapar su vestido empapado al llegar a la orilla. Ambas alejaron sus pasos de la arena adentrándose en el bosque, poco a poco, con la oscuridad invadiéndolas mientras el sol se escondía.

—Ella dijo que tuviéramos mucho cuidado en esta noche -la rubia miró nerviosa hacia todos lados.

—Tranquila Pam, no debes temer, estamos seguras dentro del territorio de los lobos... Aún la luna no se ha alzado —susurró la otra sonriendo animada.

Su cabello ondulado caía sobre el fino manto empapándolo, sus pies mojados se embarraban aún más dejando huellas profundas a su paso mientras cruzaban el largo bosque camino al pueblo de regreso.

—Cuéntame sobre él —la morena desvió sus ojos del camino, mirando a la rubia—. ¿Os habéis besado?

—Oh Inés —Pam se sonrojó tanto que parecía brillar en la oscuridad—. Al fin sí, me besó detrás de los cobertizos. Va en contra de la normas, pero fue mágico...

—Me lo imagino... —suspiró la otra mirando al cielo risueña.

—Gracias por acompañarme Inés y más en una noche como esta...

—Ha sido una locura irte tan lejos para verle pero estoy contenta de haber podido disfrutar del mar...

Inés miró al frente sonriendo para quedarse petrificada.

Delante de las jóvenes un robusto hombre se alzaba entre las sombras a unos pocos metros, camino al sendero del pueblo. Llevaba una larga capa y una capucha escondiendo su rostro. Pam nerviosa tomó a su amiga del brazo e intentó retroceder haciendo crujir las hojas secas bajo sus pies descalzos, ambas podían sentir el aura de fuerza y furia que el hombre desprendía. A lo lejos, las campanas del reino tocaban sin cesar, alertándolas demasiado tarde.

Imprimándome de tiWhere stories live. Discover now