Capítulo 6

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||Flashback ||

Saltos.

Pasos.

Risas.

Sonrisas.

Susurros.

Miradas.

Pasos.

Saltos.

Risas.

Sonrisas.

Susurros.

Miradas.

Flautas y violines indicaban el camino a seguir mientras saltarina reía dando vueltas sobre sí misma.

Los violines sonaban fuertes, marcando el ritmo de sus pasos.

¡Cuidado!

Una familia de ardillas pasaba despreocupadamente por allí, ella sonrió, saludándolos, inclinándose tomando de cada extremo su vestido blanco y llevando uno de sus pies hacia atrás con su espalda recta, tan solo como una princesa podría hacerlo.

Siguió caminando, riendo, perdiéndose por el bosque, vigilada de cerca por su madre que recogía moras.

Pequeña e inocente.

Pasos.

Silencio.

Bombos.

Cuernos.

Ojos sin vida.

Lanzas.

Espadas.

Lobos.

Madre e hija pararon a mirar a una pequeña familia de patos pasar, apresuradamente.

El sol daba de lleno en ambas, iluminando su morena piel.

La exótica niña, de ojos pardos y pequeñas motas doradas sonreía observando todo a su alrededor.

-Y escucha el bosque y comprenderás, la sabiduría que hay en él. Y sigue la música y te llevará, a tu salvación. Respeta Irune. Sé valiente Irune. Aguanta Irune. Sonríe Irune.

La niña asintió repitiendo de corrido aquel verso.

Siguieron su camino, mientras madre tarareaba una preciosa melodía acercándose a los matorrales, la joven Iruna, seguía corriendo bailando al son del viento, en sus oídos, aun escuchando la hermosa melodía que tocaban en la plaza, en la lejanía. Sus infantiles dedos, trazando el compás de las cuerdas del violín, como una perfecta experta.

El bosque quedó en silencio mientras las flautas y los violines resonaban con más emoción.

Entonces fue cuando escuchó, en la lejanía, sonidos de lobos.

Su madre, miró a lo lejos, olisqueando el aire, drenando todo el color de su rostro.

-Irune, ven -susurró.

Tomó apurada la mano de su hija, ambas emprendiendo una huida, cuales ciervos asustados. La larga cola verde esmeralda que la mujer portaba de su precioso vestido se ensuciaba con cada paso que daban, mientras el viento, borraba sus huellas para no ser descubiertas.

En la lejanía a paso firme, el rey de los lobos y el hijo de la luna, pasaban los límites que separaba el reino de los lobos y de los gatos, allá donde se esconde el mar.

|| Fin Flashback ||

Mornah había comunicado a todos los esclavos aquella mañana días más tarde de la Hiapa, que habían atacado a Trova, la esclava personal de Lady Amariha. La habían encontrado en los pastizales cerca del bosque que cubría el castillo, muerta a causa de un lobo salvaje.

Imprimándome de tiWhere stories live. Discover now