CAPÍTULO 13: GUERRA FRÍA

37 10 2
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



—De acuerdo, déjelo donde le dé la gana, ¡pero no me incordie más! —Musité tras un tremendo bufido dirigiéndome al trabajador del almacén al que habíamos encargado las botellas de vino de reserva para la cena. Llevaba media hora recordándome que las cajas llevaban muchas botellas de cristal y que a la mínima podría romperse alguna, y yo no paraba de lanzarle miradas críticas que el muy cateto parecía no percibir.

Caroline atravesó horrorizada el arco de la puerta de la cocina de la casa de mi padre en ese mismo instante.

—¡Jessica, cariño! Esa no es forma de tratar al servicio... —Remarcó poniéndole buena cara al hombre cuarentón y dándole una propina en forma de billete que no se merecía por agobiante.

El repartidor salió de la sala mientras un par de amigas de Caroline que estaban invitadas al cumpleaños entraban y salían de la sala con los preparativos de la cena. Sí, probablemente Tetas de Goma tenía más amigas que yo.

Era un viernes a las cinco de la tarde. Ya comenzaba a atardecer y ello implicaba que la cena se acercaba. Mi padre llegaría en un par de horas del trabajo y el salón ya estaba casi preparado para recibirlo. Había globos de todos los colores adornando los pilares de la sala, las barandillas de las escaleras y las lamparas. "Bragas Caídas", la amiga milenaria de Tetas de Goma, que tiene una gran facilidad para bajarse los pañales y abrirse de piernas a su edad sin que se le rompa la cadera en el intento, estaba terminando de preparar un cartel diseñado con fotografías que habíamos preparado y encargado a una imprenta fotográfica. Nos habían asegurado un cartel de escándalo, y de hecho lo habían conseguido, han montado un escándalo impresionante cuando nos han llamado para advertirnos de que no estaba listo y de que tan solo habían podido hacer las fotos, echándonos además la culpa por haberlo encargado en un lapso tan corto de tiempo.

¿Resumen y conclusión de esta situación? Pues muy simple, tras una hora de reloj discutiendo con la pobre empleada incompetente de la imprenta hemos llegado a la conclusión de que Bragas Caídas la haría, porque sí. Porque ella era increíble y tenía mucha experiencia y talento en hacer carteles. No te jode, tiene experiencia en eso y en todo. Esa mujer ya existía cuando el hombre inventó la rueda y descubrió el fuego. Parecía la bisabuela de Tetas de Goma. ¿Y ésta tenía pareja y yo no? el mundo se derrumba a tus pies, Jess.

Durante los próximos minutos comenzaron a llegar todos los invitados. La horrorosa hermana de Caroline llegó en primera fila inundándonos a todos con su "implacable belleza". Vale que no todo el mundo está hecho para ser guapo, de hecho, yo no me considero excesivamente atractiva a pesar de lo que Joanne me dice, pero Rose, la hermana de Caroline, es simplemente de otro mundo. Su rostro es una mezcla entre Tarzán y E.T. Sus ojos parecía que iban a salirse de las órbitas, la nariz era exageradamente cuadrada, la mandíbula esperpénticamente gruesa y no he visto unos morros más pronunciados que los suyos en mi vida. Sin duda alguna, Caroline se había llevado todos los buenos genes. La pobre Rose, a sus sesenta y cinco años estaba soltera y compuesta, aunque disponía de tres perros, un gato y dos periquitos australianos para hacerle compañía. No había tenido mucha suerte en el amor, pero por lo que Caroline contaba, estaba sana como un roble y tenía casi tanto dinero que se ahogaba entre billetes. En definitiva, parecía ir a convertirse en una de esas ancianas centenarias que duran hasta los ciento veinte años haciendo cardio cada mañana y disfrutando de un cuerpo de escándalo. Porque si algo ha heredado Rose son dos tetas como dos carretas, a diferencia de Caroline, las de Rose no parecen ser operadas, y estoy segura de que gasta mínimo una talla 120... porque husmeé en su bolso una de las últimas veces que vino a Moreau Factory y me pareció distinguir un dos en la etiqueta de uno que llevaba suelto por el bolso.

EL KARMA ME ODIAWhere stories live. Discover now