CAPÍTULO 21: AGRADECIDO

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—¡Hey, Jess ¿dónde vas?! —Exclamó Scott corriendo detrás de mí tras acabar la reunión. Yo iba con mi café recién preparado gracias a mi adorable asistenta personal e iba liberando un aroma encantador por todo el pasillo. Me volteé hacia él con seriedad absoluta y lo observé expectante. —¿Qué ha sido eso? ¿Por qué les has mentido?

—Considéralo una disculpa... por lo de la última vez con lo de la campaña... y por todo —Dije sonriendo y volviéndome a girar hacia mi despacho. No obstante, la mano de Scott sobre mi hombro me detuvo y me hizo clavar la mirada sobre él una vez más, que me observaba fijamente con sus ojos castaño claro tan bonitos que transmitían un aire de inexpresividad.

—Pero... no tenemos nada preparado. Es mentira —Reconoció preocupado frunciendo el ceño. —¿No?

—En efecto. Es mentira. —Admití ofreciéndole el café que llevaba en la mano —Y creo que deberías beber tú también, ambos vamos a necesitarlo durante los próximos tres días y tres noches.

—¡¿Qué?! —Exclamó incrédulo. —Escucha Jess... —Suspiró sin creerse lo que yo misma estaba diciéndole —Te agradezco mucho todo esto, pero es imposible... no podríamos hacer toda la campaña de nuevo y mejorarla en tres días, ni aunque dejásemos de comer y dormir. Y mucho menos siendo solo dos personas...

—Oh no, dios me libre. ¡Comer voy a comer como que me llamo Jessica Moreau!... —Garanticé con total seguridad haciendo sonreír a Scott entre tanto drama. —Además no estamos solos. Julia y Jo nos ayudarán, y media Moreau's Factory, si es necesario, por la cuenta que les trae. —Su sonrisa se acentuó. ¿Acaso creía que hablaba con sarcasmo?

...

—¡Oh, venga vamos! —Suspiró Julia asestándose un manotazo contra su cabeza y mirando atentamente la pantalla de su ordenador portátil —¡Es imposible! ¡Esta foto no queda bien de ninguna de las maneras!

—Sigue intentándolo... —Susurré desde mi habitación con el teléfono sobre mi oreja. Llevaba metida en una línea de espera unos cuantos minutos. —Vamos... coge el maldito teléfono... —Murmuré para mí misma dando golpecitos con los pies en el suelo.

—A ver... quizá pueda ayudarte. —Murmuró Scott dejando a un lado los bocetos que tenía sobre la mesa del salón y acercándose al sofá de mi piso dónde se encontraba Julia sentada. Mientras Scott ojeaba la pantalla del ordenador y realizaba varios clics con el ratón táctil Julia comenzó a poner ojos raros y de pronto sacó un trozo de tela de entre los cojines del sofá mostrándonoslo a todos los espectadores.

—¿Esto son unas bragas? —Preguntó ésta observando el hilo de ropa anonadada.

—Más bien un tanga. —Asentí —Es de Mary, tú déjalo a un lado. Luego lo meteré a remojo en almidón y le pasaré una lija. A ver si hay suerte y se le irrita el coño de una santa vez. Esta chica me tiene hasta el mismísimo... —Y de pronto el teléfono respondió con una voz masculina que me hizo morderme la lengua y escuchar agradeciendo no haber continuado con la frase. La espera había concluido y me encerré en mi habitación para hablar con él sin ningún problema mientras dejaba que Scott, Julia y Jo hiciesen la faena por ellos mismos.

EL KARMA ME ODIAWhere stories live. Discover now