CAPÍTULO 23: BARCELONA

29 10 0
                                    

Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.


—¿Té? —Pregunté agobiada pasando un trapo por la mesa. Scott negó con la cabeza. —Perdona el desastre, no hemos limpiado esta semana y con el agobio repentino del viaje y los vuelos... ni siquiera he ordenado la mesa. Ahora en unos minutos iré a recoger los papeles del visado y los vuelos. He removido cielo y tierra para tenerlo listo en un par de días y...

—Ey... tranquila —Advirtió Scott con una sonrisa en la cara serenándome. —Te noto tensa. Relájate y ahora hablamos con tranquilidad. —Yo asentí con la cabeza observándolo cara a cara.

—¿Café? —Volví a preguntar insistente.

—Agua —Matizó con una sonrisa —Agua será suficiente.

Regresé un par de minutos más tarde de la cocina con dos tazas que echaban humo. Él me observó confuso hasta que se dio cuenta de que el agua era color marrón mierda.

—Es chocolate caliente, lo siento. No me he podido resistir y pensé que te apetecería con el frío que hace. —Solté una pequeña carcajada que Scott acompañó con total sincronía. —Por cierto... ¿qué tal se encuentra tu madre? —Pregunté poniéndome seria y sentándome en la silla de madera frente a Scott, observándolo detalladamente. Tras la pregunta él pareció sentirse algo incómodo.

—¿Bianca te contó...? —Preguntó confuso soltando un diminuto bufido. Yo asentí mientras el parecía reponerse de la noticia durante unos segundos hasta contestar de nuevo. —¿Por eso me tratas así? Por eso has cambiado tanto estos días y te comportas así conmigo ¿verdad? Porque te doy pena. —Murmuró tajantemente serio dejando la taza sobre la mesa y sujetándose la cabeza con la mano, tapándose y frotándose el rostro. —Esto era justo lo que no quería...

—Oye... ¡no pienses cosas que no son! —«Aunque en realidad sí había sido así... Pero ¿cómo iba a decírselo?» —No es por pena, es tan solo que me he dado cuenta de que he sido una...

—Ahórrate las charlas, Jess... mi madre está mejor, gracias por preguntar, en serio... —Aseguró poniéndose en pie y recogiendo su cazadora verde del respaldo de la silla para volvérsela a colocar junto a la bufanda. —Y yo debería marcharme ya. Ni siquiera sé por qué he venido, no ha sido una buena idea...

—Scott creo que estás cometiendo un error yo... —Murmuré siguiéndolo por la entrada de casa y acompañándolo a la puerta.

—Que tengas un buen viaje, Jess... de verdad —Dijo cortando cualquier cosa que fuese a decir. —Supongo que nos veremos pronto.

Dicho esto, me dirigió una breve y forzada sonrisa, cerró la puerta y desapareció mientras yo escuchaba sus fuertes pisadas bajando las escaleras y alejándose cada vez más. Tardaría semanas en volver a verlo y muy a mi pesar sentía que podría llegar incluso a echarlo un poco de menos. Es tan estúpidamente guapo... y encantador, todo hay que decirlo. Pero... ¡¿En qué demonios piensas Jess?! ¡Tus estrógenos te están jugando una mala pasada, necesitas un polvo urgente!

...

Unas horas después de aquel incidente tan extraño con Scott y de haber intentado ponerme en contacto con él sin éxito alguno, mi padre me llamó al móvil comenzando a hablar en un tono un tanto perturbador, fue el mismo tono que usaría yo si perteneciese a la CIA y quisiese llevar a cabo una operación moralmente poco adecuada. Yo estaba terminando de preparar la maleta principal cuando me hizo acudir urgentemente a la agencia. Según él, primaba el "deber y futuro de nuestra empresa", tonterías para probablemente impedir que fuese a Barcelona a ver a mamá, ya que no sería la primera vez que lo intenta, aunque siempre acabe siendo en vano.

En cuanto llego a su despacho me doy cuenta de que no estamos solos. Scott está sentado frente a Gabriel con una copa de whisky en la mano, copa que probablemente le haya ofrecido el borracho de mi padre. Avanzo con extrañeza hacia el sillón que está frente a Gabriel, y tomo asiento al lado de Scott. Durante unos breves segundos ambos nos observamos, yo elevo las cejas y trato de preguntarle por telepatía qué es lo que ocurre, a lo que él, me responde a la perfección alzando los hombros, sinónimo de: "No tengo ni puta idea".

—Hay un motivo por el que os he citado aquí a los dos, aunque no lo parezca —Advirtió mi padre observándome curioso. Yo le devolví una mirada aburrida de reojo. —La multinacional de textiles "Hayden" se puso en contacto hace un par de días con Moreau.

—¿Hayden? —Pregunté llevándome un dedo a la barbilla y mirando al techo de reojo. —Me suena ligeramente... ¿hemos trabajado para ellos anteriormente? —Mi padre asintió rápidamente sonriendo con falsedad. —¿La sede estaba en Barcelona, verdad? —Pregunté temiendo y suponiendo lo que mi padre pretendía.

—Como siempre la inteligencia abrumadora de mi hija ha dado en el clavo. —Respondió con un tono ambiguo. No sabía si lo decía con ironía o si hablaba en serio. —Mañana partes con Jessica a Barcelona, Caprani. Me he asegurado de que vayáis en el mismo avión para que no haya problemas.

—¡¿Cómo?! —Preguntó Scott atónito.

—¡Pero si ni siquiera sabes con que compañía aérea viajo! —Advertí yo anonadada. Mi padre tiene contactos hasta en los bajos fondos y a veces siento miedo por ello.

—Gabriel, te lo agradezco infinitamente pero no puedo marcharme tantos días... mi situación no es la mejor ahora mismo y...

—Tiene razón. —Insistí ayudándole y observando a mi padre con seriedad. —Scott puede quedarse, puedo ir yo sola o con Julia.

—Jessica, Julia es tan solo tu asistenta. —Sentenció con crueldad. —No pinta nada en Moreau salvo para ayudarte con el papeleo y realizar las sandeces varias que le haces llevar a cabo. No puede ir a esa reunión. —Suspiró y dirigió sus pupilas a Scott interesado. Casi me ofendió cuando lo escuché hablar así sobre Julia, pero obviamente me mantuve en silencio. Sabía que Julia valía mucho más que eso, pero mi padre la infravaloraba por completo. —Además, os compenetrasteis muy bien con la campaña de Royal D.C. y Scott es el director creativo y tú la directora general. ¿Qué puede ofrecerme mayor seguridad que mandar a dos de mis mejores representantes?

Scott observó cabizbajo el lapicero donde mi padre guardaba varios bolígrafos, pastillas y notas mientras yo suspiraba intentando digerir la noticia de que me iba con un hombre de viaje durante 4 días a una tierra muy lejos de mi hogar. Llevaba tanto tiempo sin compartir parte de mi vida con un hombre que ya ni recordaba cómo era pasar los días con alguien con pene.

—Viajaréis con todos los gastos costeados y además... —Remarcó Gabriel echándole una ojeada a la reacción de Scott. —Se os remunerará por el viaje en la próxima nómina. Eso os lo garantizo.    

    

Ups! Gambar ini tidak mengikuti Pedoman Konten kami. Untuk melanjutkan publikasi, hapuslah gambar ini atau unggah gambar lain.
EL KARMA ME ODIATempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang