The Hate U Give || Albalia

3. Body party

El martes por la mañana se reunió con Joan para que la acompañase a la discográfica a entregar las escrituras de las canciones que había estado componiendo.

Ese mismo día, por la tarde, había quedado con la desagradable chica para arreglar toda su agenda. Como la anterior asistenta había dimitido, todo su repertorio debía ser modificado de acuerdo a la nueva secretaria.

Por lo que no le había quedado de otra que acordar una cita con ella esa misma tarde.

Aún recordaba el primer mensaje que le envió. Frío y seco, como ella parecía ser.

-Estás muy callada— le hizo ver Joan tras apretar su mano con dulzura, trayéndola de vuelta al mundo real. Se fijó en que su amigo la observaba con una sonrisa, la más bonita que había contemplado nunca.

El castaño siempre le había parecido muy guapo, pero cuando sonreía le resultaba casi irreal.

Puede que fuera como su hermano, pero tenía ojos en la cara y, a pesar de ser bisexual, siempre había tirado más para los chicos que para las chicas. En conclusión, Joan estaba buenísimo, pero nunca sentiría algo por él que no fuera amor puramente fraternal.

A pesar de que sus fans se empeñaban en lo contrario.

Y es que desde la academia iniciaron un shippeo masivo que, junto a la presión de los medios, les había traído algún que otro problema.

Sobre todo a Joan con su novia, que, a pesar de entenderlo todo y tener una paciencia infinita, se había visto implicada en algunas movidas en las redes con gente que parecía más bien obsesionada con todo el tema.

Pero fue cuestión de acostumbrarse, Esther siempre se había mostrado muy agradable con ella y nunca se había dejado llevar por los comentarios de la gente.

-Sólo estaba... pensando— se decidió a contestar al fin.

Joan, sin dejar de sonreír ni soltar su mano, le dijo:

-¿Es porque hoy has quedado con la chica esa? La del CD.

Alba lo miró con pánico durante unos segundos. A veces le sorprendía lo bien que llegaba a conocerla.

-Me encanta la cara que pones cuando doy en el clavo— se inclinó y le besó la mejilla con suavidad, a eso que escucharon en la lejanía unos gritos que se tomaron con humor.

-¡Joalba es real!

Ya estaban acostumbrados a ese tipo de comentarios. 

Tardaron un rato más de lo debido en llegar a su destino, pues se encontraron a un grupo de fans que se entretuvieron a hablar y tomarse fotos con ellos. Adoraban a esas personitas incluso más de lo que ellas les adoraban a ellos.

Cuando entraron por las puertas de la discográfica, saludaron a David, el portero y se dirigieron al despacho de Isaac, mánager de ambos.

-Genial— comentó el hombre tras comprobar a vista rápida que se trataba de la misma lírica que la ex asistenta de la rubia le había enviado por correo—. Rebuscó en su cajón a la misma vez que la puerta se abrió luego de unos fuertes toques.

La alicantina ni por asomo se imaginó que se trataba de ella.

-Lo siento, me había dejado el bolso y...— se quedó callada al percatarse de que en esa habitación se encontraba alguien al que no conocía.

-No importa, has llegado justo a tiempo— Isaac sacó una carpeta de su cajón y de ella, tres folios que extendió sobre el escritorio. Natalia se centró en el mánager de Alba, dejando de lado a Joan—. Bien, estas son las tres canciones que Natalia ha compuesto y tienes que cantar un poco de cada una— le comentó a la rubia—. Ella va a elegir la que mejor te quede.