16. Conociéndote

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Ya habían pasado dos largas semanas desde la visita de su madre. Dos semanas desde que tenía la invitación en su poder. Y dos semanas en las que no había sido capaz de plantarle cara a Natalia y dejarle caer que la acompañara a la boda.

No sabía cómo pedírselo sin tener que hacerle ver que lo que necesitaba era que fuera su acompañante para eludir las quejas de su familia sobre su soltería.

Precisamente no es que necesitara que fingiera ser su novia, tan solo que fuese como su acompañante y únicamente con decir que "sólo eran amigas", algo que claramente su familia no se iba a tragar, todos mantendrían el pico cerrado.

Suspiró admirando el sobre entre sus manos antes de dejarlo caer de nuevo sobre la cómoda de su habitación.

Había quedado con Natalia en dos horas para cenar y organizar toda su agenda con respecto a las siguientes semanas, así que decidió matar el tiempo de algún modo, pero de pronto recordó que había olvidado decirle a su asistenta que ya no hacía falta que fuera a la discográfica a recoger los archivos que le había encargado anteriormente, pues esa misma mañana había salido a comprar y decidió llegarse ella misma para no tener que hacer ir a la otra muchacha.

Una sensación alarmante presionó su pecho y de inmediato se levantó de la cama. Corrió prácticamente hacia su móvil, que estaba cargando en una silla, y pulsó las teclas de llamada.

Uno.

Dos.

Tres.

Cuatro tonos.

Buzón de voz.

-Joder, Natalia— murmuró frustrada intentándolo de nuevo, pero fue en vano. La voz robótica del contestador era lo único que se escuchaba al otro lado de la línea. Lo intentó varias veces mas, pero sin éxito alguno.

Bufó frustrada y pensó en ir a su casa para evitar que se encajara en las oficinas de la discográfica sin mérito alguno, sin embargó abandonó la idea al no tener constancia ninguna de donde vivía su asistenta.

Como si de un ángel se tratara, justo en ese mismo momento, un mensaje de Marta, la amiga de Natalia, apareció en su pantalla.

"Illo illo illo, qué callados estáis".

Rápidamente pinchó encima del nombre de Marta y seleccionó la opción de enviar un mensaje privado, puesto que la muchacha había escrito por el grupo de las quedadas que habían decidido hacer tras varias veces de salir juntos.

"Marta, soy Alba".

"¿Podrías pasarme la dirección de Natalia?".

"No me coge el móvil y necesito hablar con ella urgentemente".

La respuesta tardó más de la cuenta en llegar, a pesar de que era evidente que Marta había leído sus mensajes y se mantuvo en línea todo el tiempo.

"Claro, un momento".

Ubicación

Tecleó su respuesta fácil y rápido.

"¡Gracias!".

"¿Gracias de qué? ¡Me debes un concierto en primer fila!"

Sonrió a su pantalla antes de contestarle afirmativamente y agarrar sus gafas de sol junto a su bolso para salir de su casa dando un portazo, sin si quiera molestar a Julia, que se encontraba componiendo en su habitación.

The Hate U Give || AlbaliaWhere stories live. Discover now