15. Inoportunidad oportuna

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Pasó sus dedos por las cuerdas de la guitarra otra vez, en busca de un nuevo acorde que añadir a la canción que estaba componiendo, pero tampoco le convencía.

-Vaya mierda— bufó frustrada apartando la guitarra de su cuerpo para coger el móvil. 

Lo que peor se le daba en el proceso de componer una canción era la hora de formar una melodía sólida. Alba siempre había sido una persona muy exigente consigo misma y su trabajo, así que hasta no estar satisfecha al cien por cien con algo no cesaba, le gustaba que todo quedara perfecto.

"Estoy a punto de comerme un buen plato de macarrones con tomatico"

"¿Y tú qué haces?"

Sonrió como una estúpida ante la pantalla de su teléfono nada más leer el mensaje de Natalia.

"Hace un rato que terminé de comer"

"Estoy intentando componer algo pero estoy 0 unidad de inspirada"

Su asistenta tardó un poco más de la cuenta en responderle, estaba demasiado entretenida con su plato de macarrones y el nuevo capítulo de Sex Education que se encontraba viendo en Netflix.

"Si quieres en un rato me paso y te ayudo"

"Hoy no tengo nada que hacer"

Alba se mordió el labio impacientemente tras leer esos mensajes. Era muy consciente que si Natalia venía teniendo el piso para ellas dos solas lo último que harían sería componer. O quizás sí que lo harían, pero sobre el cuerpo de la otra.

No habían vuelto a acostarse desde aquella vez, no por falta de ganas, sino porque la alicantina tuvo que viajar a su ciudad natal a visitar a su familia. Cuando regresó era muy difícil encontrar el apartamento vacío, pues Julia tuvo semanas libres y rara vez coincidía para que la casa estuviera a solas.

Pero ahora su compañera había tenido que viajar a Barcelona para una boda con Carlos y no pisaría Madrid en todo ese fin de semana.

"Como quieras"

"De aquí no me pienso mover en todo el día"

"Y Julia está en Barcelona..."

Esta vez Natalia no tardó apenas en contestar sus mensajes.

"¿Qué me quieres decir con eso, Alba?"

"No me provoques"

La rubia se carcajeó sin poder evitarlo. Tecleó una respuesta rápida y sencilla.

"Te espero"

Bloqueó el teléfono y encendió la televisión, en donde se dispuso a hacer zapping hasta dar con un programa medianamente decente, un documental de gatos pequeños. Queen apareció por el pasillo y trastabilló hasta saltar al regazo de su dueña.

Así se mantuvo hasta oír el ruido estridente que producía el timbre del portal sorprenderla haciéndola dar un respingo.

Se levantó del sofá y caminó hasta la puerta de entrada, de donde colgaba en teléfono conectado al altavoz del timbre y, tras cerciorarse de que era Natalia quien había tocado, volvió a tumbarse en el sofá junto a su gata.

Escuchó a la morena llegar y cerrar la puerta al entrar. Ya no la dejaba abierta, las constantes advertencias de Alba habían forjado efecto en la actitud despreocupada de la muchacha.

-Hola— la saludó cuando llegó al salón y soltó su riñonera en la mesa que decoraba la estancia.

-Buenas— le correspondió intentando no sonreír demasiado al observarla de pies a cabeza y descubrir lo guapísima que estaba.

The Hate U Give || AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora