7. Albeilan

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Aquel lunes despertó bien temprano a pesar de que la entrevista con los de FormulaTV no tendría lugar hasta las doce del mediodía.

La cuestión es que la noche anterior se olvidó de bajar la persiana y los rayos de sol habían terminado por despertarla.

Se levantó de la cama siendo apenas las nueve, se preparó el desayuno y también el de Julia, que no debía tardar en levantarse, pues la noche anterior le había comentado que ese día tenía también una entrevista con otro portal de prensa.

La andaluza le sonrió agradecida cuando se levantó toda medio dormida para descubrir el buen gesto que había tenido su amiga. Comieron las dos entre risas, hasta que la gaditana tocó el tema negro.

-¿Natalia viene a por ti?

Alba se puso seria de repente. Lo cierto es que desde lo ocurrido la semana pasada no había vuelto a verla, se había empeñado en que así fuera y hacerla trabajar desde su casa. La otra tampoco opuso mucha resistencia.

También cuando habló con Julia, la muchacha, sabiamente, le había recomendado dejar fluir los acontecimientos. Que si tenía que pasar algo ya pasaría, pero que no se comiera más el tarro, le dijo.

Y desde luego que eso iba a hacer, aunque que pasara algo entre ellas no entraba en sus planes.

-Sí, dentro de dos horas viene a por mí— explicó dando un último sorbo a su café sin lactosa.

-No la ves desde lo del otro día, ¿no?— la castaña era consciente de que a la alicantina le incomodaba el tema, pero siguió presionándola, sólo para aconsejarla lo mejor posible, pues conociendo a su amiga, sabía que sería capaz de cagarla y hacerlo todo aún más incómodo para ella misma.

Por ende, la rubia se removió en su silla antes de responder.

-No, y no sé cómo llevarlo, ¿hago como si no pasara nada o qué? Sabes lo mal que se me da la tensión...

Julia no pudo evitar sonreír para sus adentros. Se alegró de conocerla tan bien, sabía que para que Alba te consultara algo había que presionarla o solía tragarse la cebolla ella sola.

-Mira... yo en tu lugar haría como que no pasó nada— le aconsejó levantándose a la vez de Alba para recoger la mesa—. Habla con ella como si fuera yo, ten eso en mente todo el tiempo, y lo que te dije el otro día, si algún día tiene que pasar algo, ya está, no es el fin del mundo si te lías con ella— se encogió de hombros.

Fueron metiendo todos los platos sucios en el lavavajillas y lo pusieron en funcionamiento.

-Y es guapa la muchacha. Alba, por Dios, a ganar a ganar— bromeó la andaluza alzando el puño y riéndose.

La rubia, acostumbrada ya al humor de su buena amiga, acabó riéndose liberando toda la tensión que había acumulado.

Decidió ir a vestirse y preparase para la entrevista. Honestamente, Alba no tenía ningunas ganas de ir, ese día de abril hacía un frío insoportable y lo único que le apetecía era quedarse en la cama todo el día acurrucada con Queen y una taza de chocolate entre las manos.

Sacudió la cabeza para alejar esos tentativos pensamientos y se vistió. Como era habitual, su mánager la llamo para recordarle la entrevista de hoy, también recibió un mensaje de Natalia con la misma intención.

Estaba nerviosa. No sabía a qué clase de preguntas se iba a tener que enfrentar y eso la hacía comerse el tarro sola.

Sabía que no debía darle importancia y que ya estaba acostumbrada a esas cosas, pero por ello no resultaba menos aterrador.

The Hate U Give || AlbaliaWhere stories live. Discover now