✾ Capítulo 9 ✾

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Si era completamente honesto, al otro día no me encontraba mucho mejor: sin embargo, ya había decidido cómo iba a proseguir con la extraña situación en la que me encontraba.

Aunque todavía me preguntaba si extraña era el correcto adjetivo.

La respuesta vino a mí en el almuerzo, luego de que el maravilloso aroma a vainilla de Jungkook llenara todos mis sentidos y me hiciera sentir mareado, excitado y cabreado. Por supuesto que apenas pude obtener algún control sobre mí y mi lobo, la última emoción de esas tres fue la que resaltó y se quedó en mi ser entre las otras: estaba cabreado.

Sí, era irracional.

Sí, Jungkook no tenía la culpa.

Todo era debido al jodido señor destino y aunque ya había escuchado frases como "odia el juego, no el jugador", no podía evitarlo o siquiera estaba seguro de querer hacerlo.

Después de todo, era más fácil.

Tan solo un día y medio con él me demostró que Jungkook era prácticamente perfecto, o al menos se acercaba bastante a ese imposible del que muchos llamábamos. Empezando por el hecho de que prácticamente tuvo solamente el día anterior para empaparse con la situación de la empresa y entender el funcionamiento; no obstante, el chico llegó a la mañana con ideas, correcciones e instrucciones.

¿Cómo lo hizo? Todavía me lo estaba preguntando.

Además, y aunque odiaba admitirlo, el chico rosa era tan endiabladamente agradable. Al decir que ya tenía a todos en la oficina comiendo de la palma de su mano, no era una exageración. ¿Qué demonios?

Llevaba. Dos. Días. Trabajando. ¿Cómo era eso posible?

Y por si fuera poco, mi pequeña jugarreta no había funcionado en lo más mínimo, ya que Namjoon llegó a media mañana a contarme que el chico les hablaba sin honoríficos y yo esperaba un jodido tornado. Si lo analizaba con la cabeza fría, debió haberle al menos movido un nervio, porque para Nam el respeto era sumamente importante y necesario siempre. Por lo que su expresión era difícil de leer al hablar conmigo al respecto, pero hacia el final de la conversación una pequeña sonrisa curvo sus labios y me dijo que Jungkook era tan adorable que no tenía problemas con que hablara de esa forma.

Dijo que le gustaba que fuera confiado en ese aspecto.

Confiado.

Si yo lo hubiera hecho al inicio, ¡probablemente ya no tendría trabajo!

Después mencionó que se veía como un omega capaz, fuerte e independiente y que si no fuera porque ya tenía a alguien en su corazón él lo cortejaba. En el rato que hablábamos Hoseok paso al frente y al oír el nombre de Jungkook entro a hablar maravillas de él. Poco después tenía a Jimin también, el cual todavía se sentía un poco dolido y seguía enojado conmigo haciéndome pucheros; y siguiendo a Jimin Yoongi entró a la ecuación y cuando me di cuenta había un pequeño club de fans en mi oficina que adoraban al mocoso de Jungkook.

Fue por eso que tomé la decisión en el almuerzo: Jungkook tenía que irse.

Y no había lobo en este mundo que me lograra convencer de que Jungkook y yo podíamos estar juntos en un mismo lugar; mucho menos convivir en mi adorado infierno de oficina.

Durante dos pequeñas reuniones que tuvimos a lo largo de la semana, note que de alguna manera siempre terminamos bastante cerca uno del otro; sin embargo, cuando conectaba mis ojos con los de él y notaba que estábamos a la par, yo solía levantarme y cambiarme de lugar. También cuando iba al baño y él estaba ahí, ya que yo daba media vuelta y me iba huyendo del lugar. Lo mismo pasaba si me lo encontraba en la sala común -o cocina- solo, yo agarraba mis cosas y me iba a mi oficina a terminar lo que sea que estaba haciendo.

✾ No serás mi Omega ✾ [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora