✾ No serás mi Omega ✾ [Taekook]

✾ Capítulo 16 ✾

Besos. Sentía tantos besos recorrer su piel.

El alfa se encontraba volando entre las nubes, suaves besos como aleteos de mariposas flotaban por su cara, su cuello, su pecho. Sentía su cuerpo laxo, y se encontró suspirando de puro placer mientras labios traviesos cubrían cada porción de su ser.

Un tierno beso en sus labios, el cual sintió como el cosquilleo de una pluma en el alma, lo hizo moverse un poco y cuando todo se aclaró se encontró con la persona recurrente de sus sueños con sus dos manos apoyadas en los muslos del alfa mientras seguía besando un camino a partir de su vientre bajo.

Una vez más se percató de sus masculinas manos y de su cabello oscuro, pero eso no le detuvo la deliciosa anticipación que le puso duro para la mamada que estaba seguro de que recibiría. Siendo honesto, llevaba esperando un tiempo para que esta persona viniera a visitarlo una vez más en sus sueños y ahora se sentía zumbando de la excitación por lo que sabía que vendría.

Se quedo esperando la lamida que nunca llegó, por lo que bajo su mirada al rostro entre sus piernas, pero solo podía ver la mitad de la cara y esta solamente le sonrió sin separar sus labios. Quiso hablar, quiso preguntarle quién era o al menos rogarle que siguiera, pero era como si sus labios se encontraran pegados, sellados. Intentó moverse, pero de nuevo esa fuerza invisible lo tenía sujeto sin ninguna posibilidad, la única diferencia era que esta vez estaba en una cama que poseía una colcha blanca y accesorios en rojo carmín.

Lo único que podía hacer era ver como esas ágiles manos agarraban su miembro y le daban un par de sacudidas al mismo tiempo que masajeaba sus testículos. De repente, la persona se inclinó hacia adelante y el alfa pensó que por fin tendría su erótico momento, pero en vez de eso otra vez besos fueron y vinieron sobre sus muslos, todo eso junto con el movimiento constante sobre su miembro.

Un par de delgados, pero suaves labios impactaron contra los suyos de un momento a otro y se dio cuenta que igual tendría su erotismo, porque esa boca era lo suficiente pecaminosa como para subirlo al cielo y bajarlo al infierno.

Algo igual de caliente, resbaloso y duro chocó contra su pelvis haciendo que sus sensaciones aumentaran, pero al mismo tiempo lo extrañaran. Y, a pesar de estar perdido disfrutando el beso miró hacia abajo y lo que vio lo hizo querer apartarse, aunque seguía sin poder moverse. Un miembro un poco más pequeño y delgado que el suyo, de un cierto color rosa con la punta más oscura, se estaba moliendo contra su muslo y un poco del líquido preseminal de este estaba siendo esparcido por su pierna. Al mirar hacia arriba, esos labios color cereza que se le hacían tan conocidos volvieron a sonreír antes de que regresaran a los suyos.

Quiso gritar dentro del beso, decirle al hombre, porque ya estaba seguro de que se trataba de uno; que se quitara de encima, que él no quería eso, sin embargo, cuando las dos lenguas chocaron, flaqueó y gimió con demasiado placer como para seguir protestando.

El hombre bajó una mano y agarró los dos falos masturbándolos a la par y al mismo tiempo, haciendo que el alfa de ojos marrones se arquera con el pleno goce de la sensación. Pero ¿qué le estaba pasando? ¿por qué lo estaba disfrutando tanto? Realmente quería que esa boca no lo dejara de besar nunca, y que esa mano un poco callosa no dejará de frotarlo.

El chico pasó el pulgar por la cabeza de ambos penes recogiendo el líquido que se estaba acumulando en la punta y con un movimiento sumamente lento, pero principalmente seductor, lo llevó a su propia boca y chupo su dedo como había hecho con su polla en su sueño anterior.

Pero ¿por qué estaba soñando sobre esto?

Antes de poder seguirse preguntando, sintió un jalonazo en su vientre y antes de poder culminar su orgasmo, se despertó.