✾ No serás mi Omega ✾ [Taekook]

✾ Capítulo Final - Final ✾

Si alguien me pregunta cuál es mi definición del paraíso, sería sus firmes brazos a mi alrededor, su fuerte cuerpo detrás del mío y su voz rozando con sutileza en mi oído.

Y si a eso le sumaba el cálido sol filtrándose por entre las hojas de la palmera en la que estábamos recostados, junto al sonido de las olas golpeando con fuerza en la costa y llegando a nuestros pies dándonos pequeñas cosquillas de espuma; era un sueño hecho realidad.

Aún más con sus dulces palabras diciendo: — ¿Estás seguro de que puedes levantarte después de lo de anoche?

Miré a Tae por encima de mi hombro y le saqué la lengua, pero él sólo apretó con más fuerza sus brazos alrededor de mi cintura con una gran sonrisa. — Eres un jodido imbécil. — Repliqué tratando de soltarme sin tener mucho éxito.

— Tú jodido imbécil. — Contestó con voz melosa y sin poder evitarlo, una sonrisa hizo temblar la comisura de mis labios haciendo que mi acto de omega enojado se viniera abajo.

— Sí. — Dije terminando de reírme cuando él sonrió en grande y lo atraje hacia mí para un corto beso. — Mío.

Era mi primera tarde después del tiempo de celo y hacía una tarde preciosa junto con un brisa perfecta. Por lo que no cabía dentro de mi felicidad cuando Taehyung aceptó venir a la playa para tomar un poco de sol; no sin antes tener que pedírselo unas 10 veces, claro, algo con los alfas y la necesidad de cuidar de su pareja durante esa época.

No obstante, no podía evitar querer salir. Al fin y al cabo, nuestro pequeño paraíso terminaría en prácticamente un día, por lo que tendríamos que volver a Seúl y hacernos cargo de nuestras responsabilidades. Ambos solicitamos vacaciones para poder estar juntos esta semana y parte de la otra en paz, pero al volver había cosas que resolver.

— Déjame soltarme. — Le dije tratando de despegar sus brazos de mi cuerpo queriendo ir a caminar un poco antes de volver al hotel. — Suéltame, Tae.

Sin embargo, Taehyung me tomó con ánimo hundiendo su nariz en mi cabello y me aferró con más fuerza, podía sentir su sonrisa contra mí. — No quiero.

La acción me dio cosquillas y me hizo retorcerme un poco, todavía me encontraba sensible por los días pasados, pero Tae no parecía notarlo porque seguía pegándose y apretándose. — Alfa, por favor.

Como por arte de magia, sus acciones pararon y aunque no me soltó de inmediato, se alejó un poco. — No es justo. — Dijo con un puchero exagerado. — Ahora sabes que si me dices eso, haré cualquier cosa. ¿Qué me estás haciendo, Kook?

— Ahora me entiendes. — Contesté con una sonrisa pícara, levantándome al fin de un tirón y sacudiendo de mi trasero la arena que se adhirió a la tela; dejando a un alfa con el ceño fruncido.

— Muy gracioso, Cachorro. — Escuché a Tae quejarse con un bufido, pero yo me alejé sonriente por su expresión molesta para buscar algunas conchas para llevar de vuelta a casa.

Quería un hermoso recuerdo material de este viaje, debido a que en mi mente ya tenía para muchas vida.

Distraídamente, luego de algunos minutos de jugar con la arena y el agua, me di cuenta que la sonrisa no había caído de mi cara mientras seguía con mi búsqueda, y es más, últimamente sentía que siempre tenía una.

Después de todo, estos días parecían una fantasía.

Pese a que Tae aún no me había marcado y no conocía la razón, yo sabía mejor que esa voz insegura en mi cabeza; porque no, no se estaba arrepintiendo y no tenía que repetirlo o dudarlo. Él me ama.