✾ Capítulo 43 ✾

8.8K 1.3K 1.1K
                                    

— ¿Hola? ¿Quién habla?

— Soy yo, mamá. — Limpié la mano desocupada contra la tela de mis pantalones debido a que estaba mojada de sudor y no lo podía controlar.

No podía creer lo nervioso que me sentía.

— ¡Claro que sé que eres tú! — Contestó con voz alegre y cálida. — Sólo estoy molestándote porque hace mucho no llamas, ¿ya no quieres a tu vieja madre?

— Claro que no es eso. — Dije negando rotundamente con la cabeza a pesar de que no estaba viéndome. — He estado un poco ocupado.

— Ajá. — La escuché decir y la música clásica que tenía de fondo se apagó antes de seguir y eso significaba que estaba pintando. Casi la podía imaginar en el estudio que hay en casa ¿serán colores cálidos? ¿O seguirá usando los opacos? — ¿Cómo está Yeontan?

Aparté mi mente de mis pensamientos y en contra de mi voluntad sonreí un poco. — ¡Mamá! — Dije caminando hacia el cuarto con paso lento. — ¿No se supone que deberías preguntar por mi primero?

— Bueno. — Dijo con voz tranquila. — Me estás hablando y suenas relativamente bien. Aunque también suenas un poco congestionado, ¿tienes gripe?

— No es eso, tranquila. — Quite un poco de la humedad que todavía había alrededor de mis ojos y pestañas. — No tienes que preocuparte. — Sonreí cuando su tono cariñoso me llegó y mordí mi labio inferior cuando seguí. — Estoy en Jeju.

— ¿¡Jeju!? — Preguntó con un pequeño grito emocionado, lo que me hizo reír con un bufido mientras negaba con la cabeza. — ¿Y por qué no invitas a tu madre, hijo malagradecido?

— Ya, no te enojes. — Dije sonriendo aún más al recordar lo voluble que era su carácter. — Estoy por trabajo.

— Ya te iba a preguntar si andabas con alguna chica. — Un chasquido de lengua acompañó sus palabras y mi corazón se estrujó un poco. — Luego recordé que eres mi bebé amargado y que sólo sales cuando estás obligado.

— Eso no es cierto. — Reclamé con un ligero puchero.

— Claro que sí. — Dijo con una sonrisa tranquila impregnando sus palabras. — Te conozco.

«¿Qué tanto?»

Pasé una mano pesada por mi cara y queriendo cambiar de tema me removí en la cama con desazón. — ¿Cómo está...? Olvide su nombre, el hombre con el que fuiste a una cita la última vez.

— ¡Bah! ¿Byung Chul? — Casi podía ver su mueca a pesar de estar separados por kilómetros. — Los hombres son basura. — Después de unos instantes agregó con voz traviesa: — Sin ánimos de ofender.

— No es nada. — Murmuré conociendo la forma en que pensaba de la mayoría de los alfas. — Algunos sabemos meter la pata.

Una risilla se escuchó al otro lado de la línea y una vez más mis labios tironearon con el indicio de una sonrisa, pero esto se fue cuando volvió a hablar. — ¿Y? — Pude escuchar cómo se movía a través de la casa. — ¿Por qué llamaste, cariño?

Apreté las sábanas a mi lado con fuerza junto con mi mandíbula al saber que esto era real, y realmente tenía que hacerlo.

Sentía que no iba a poder.

— ¿No puede un hijo malagradecido llamar a su madre para saber cómo está? — Cuestione con voz temblorosa.

Mamá no contestó por un par de segundos y me pregunté si escuchó la aflicción en mi voz. — Considerando que estás trabajando, no creo que hayas sacado tiempo de la nada, Tae.

✾ No serás mi Omega ✾ [Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora