Capítulo 9 🦋

106K 11.6K 3.7K
                                    



Luca

Veintitrés años siendo sometido a la mafia. Me enseñaron a ganar todo bajo coerción: dinero, poder y mujeres. Los Vitale éramos reyes, pero mi padre y mi abuelo me consideraban un esclavo. Quería dejar de serlo. Más de una vez había pasado por mi mente la idea de acabar con este imperio. Destruirlos era un sueño lejano hasta que apareció ella.

Alayna...

Compartía la misma sangre con estos hombres, pero eso no significaba nada. Perdieron el poco respeto que les tenía. Nunca los consideré una familia real. Terminaría con la peste de raíz y ganaría con el mismo método que ellos usaban. El poder no estaba en manos de hombres buenos ni honorables. Eso lo tenía más que claro.

Con ese pensamiento, entré a mi habitación. Cerré la puerta, tiré el celular en la cama y me froté los hombros. Había sido un día agitado, pero también productivo. El olor de su perfume aún persistía en mi chaqueta.

Mi pulso latió salvajemente cuando recordé su cuerpo presionado contra el mío, sus labios rojos y su sonrisa seductora. Alayna Novak era el pecado más tentador que quería cometer. Nuestro momento en el auto fue mi parte favorita. La había conmovido cuando le dije cómo me sentía. Ella iba a aceptar y era hora de mover las piezas a mi favor.

Mientras tuviera a la reina de mi lado, ganaría este cruel y retorcido juego de supervivencia.

🦋

Al día siguiente me vi en la obligación de visitar al abuelo antes de iniciar con la rutina. Su sufrimiento era parte de mi felicidad y pronto sucedería lo que tanto quería. Solo necesitaba un pequeño empujón para enviarlo directo a la tumba. Ya no aportaba nada bueno. Sus ideales jerárquicos perjudicaban a mi familia desde hacía décadas y con su muerte empezaría una nueva era.

Luego tenía que deshacerme del principal causante de nuestras desdichas, eliminar al león que lastimaba a sus propias crías. Si ellos estaban muertos las cosas serían diferentes. Kiara no sería obligada a casarse con un degenerado y mi madre viviría en paz. Tantos planes que cumplir... ¿Era muy ingenuo? Quizás sí, pero mi vida no tendría sentido si no aspiraba a algo más que la miseria. Soñar era gratis.

—Abuelo —Incliné la cabeza y lo miré con una sonrisa forzada.

Estaba en la cama con respiradores y cada vez más pálido. Un contraste gris que lo volvía irreconocible. Me pregunté si recibiría su castigo cuando ya no estuviera con nosotros. No me producía ni el más mínimo sentimiento de empatía o lástima. Esta basura no merecía nada de mí.

—Luca —dijo con un débil jadeo—. Pasa, pasa.

Cerré la puerta lentamente y apoyé mi espalda contra ella. No me acerqué ni mostré intenciones de hacerlo. No toleraba su presencia porque me traía recuerdos espantosos que dolían: era un niño arrodillado cuando él le ordenaba a mi padre que azotara mi espalda para que aprendiera a respetar. Mi piel se estremeció y me encogí.

—Me odias, ¿no es así? Lo veo en tus ojos —susurró, mirando mi rostro—. Nunca vas a perdonarme.

No respondí porque cualquier palabra podría ser usado en mi contra y lo que menos quería era tener a mi padre como enemigo. No iba a complicar mi vida más de lo que ya estaba.

—¿Por qué me llamaste? —pregunté a cambio, mi voz plana y carente de emociones.

Sus ojos nublados parpadearon y sus labios arrugados se curvaron en una sonrisa torcida. Mi estómago se hundió por la rabia que me estaba costando contener. Ni siquiera la muerte lo volvería sensible ni lo animaría a pedirme disculpas. Esta escoria no lamentaba absolutamente nada.

Belleza Oscura [En Librerías]Where stories live. Discover now