Capítulo 46 🦋

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Luca

De regreso al hotel, Alayna pidió comida tailandesa mientras nos sentamos en la alfombra frente a la chimenea. Mi corazón se sentía ligero en su presencia. Conocer a su familia fue maravilloso y esperaba dar el siguiente paso muy pronto cuando ella estuviera lista: poner un anillo en su dedo y convertirla en mi esposa.

Pero algo me distraía del momento. Era el quinto mensaje que le enviaba a mi familia y ninguno había sido respondido. Fabrizio prometió llamar a su hermano para averiguar si algo malo ocurría. ¿Por qué no podía ser feliz un par de días? Estaba tentado a regresar inmediatamente a Palermo.

—¿Qué sucede? —preguntó Alayna, vertiendo el vino en dos copas.

Jugueteé con el reloj en mi muñeca.

—Llamé a mi casa varias veces y nadie respondió.

—¿Ni siquiera Gian y Luciano? —Me entregó la copa y bebí un sorbo.

—No.

—Deben estar ocupados—dijo ella—. Insiste más tarde.

—Lo haré.

Alayna le dio un bocado a su pad thai y gimió en aprobación. Me reí por su reacción porque me encantaba verla comer. Cualquier cosa simple con ella era mucho más entretenida. Señaló mi plato con una cuchara.

—Come, está genial.

Mastiqué despacio, aun perdido en mis pensamientos. No me arrepentía de haber ido a Londres, pero no podía disfrutar plenamente. Algo estaba mal.

—Moretti ha estado muy silencioso —murmuré—. Movió a su hija de Alemania y no respondió a mi ataque. Envié a dos soldados para que lo maten.

—No lo olvidará fácilmente.

—Lo sé—dije, frunciendo el ceño—. Su silencio es bastante sospechoso. Siento que atacará pronto y aprovechará mi ausencia de Palermo.

Se me erizó el cabello de la nuca y mi corazón empezó a latir con fuerza. Si tan solo respondieran mis malditas llamadas no me invadirían las teorías conspirativas. Necesitaba saber que estaban bien.

—Hay algo detrás de las acciones de Ignazio—concordó Alayna—. Tú intentaste chantajearlo con su familia, pero fue tu padre quién consiguió los datos de su hija y planeaba usarlos en su contra. ¿Piensas que lo olvidará? Lo dudo. Él conocía tus motivaciones, sabe que eres un buen hombre. Ni siquiera respondió a tu ataque porque no te considera un enemigo.

Tragué.

—¿Debería sentirme halagado de que no me vea como un enemigo?

—Si Ignazio quisiera cobrarte tu chantaje todas las personas que amas estarían muertas, pero no lo vio como un asunto personal. Tarde o temprano va a buscarte. Su silencio es una señal.

—¿Señal de qué?

Alayna se tomó un momento para tragar el bocado.

—El verdadero caos aún no ha comenzado —dijo con naturalidad—. Sé cómo trabaja, he visto antes sus juegos retorcidos y me enseñó cada uno. Lo que hizo fue hacerle creer a Carlo que estaba de su lado, pero buscaba un beneficio.

—¿Qué podría ofrecerle Carlo que yo no?

—Esa es la gran incógnita. Carlo ya no puede ofrecerle nada y sabe que tu padre no es confiable. Tú al mando le darás más poder porque cuentas con el apoyo del gobernador y le das mucha importancia a la lealtad. Ignazio lo aprecia —Me miró con una ceja arqueada—. Debemos mantenernos alerta y evaluar qué nos espera con él.

Belleza Oscura [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora