Capítulo 27 🦋

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Luca

El cuerpo de Alayna era suave y dócil en mis brazos. Su postura no estaba rígida, mucho menos a la defensiva. Permitió que la sostuviera como si fuera su héroe y disfrutó la comodidad que le proporcioné. El acto inesperado me indicó una vez más que ella confiaba en mí. De lo contrario, nunca se habría mostrado en este estado.

La fría asesina profesional admitió que recibiría una bala por mí. ¿Cuándo fue la última vez que alguien me demostró ese tipo de lealtad incondicional? Nadie. Solo Alayna Novak, la mujer que llegó a mi casa hace meses y hoy me volvía absolutamente loco.

—Entra, Alayna —cerré la puerta detrás de nosotros y puse sus pies con suavidad en el suelo —. ¿Te sientes bien? ¿Quieres agua? Puedes pedirme lo que sea.

Sacudió la cabeza con una sonrisa. Se veía agotada y a punto de dormirse. Tenía que llevarla a mi cama lo antes posible.

—Mmm... te quiero solo a ti.

Tiré de su peluca roja a un lado, luego me encargué de bajar la cremallera de su vestido. Traté de no distraerme al ver sus fantásticas tetas desnudas. Por mucho que deseaba follarla no lo haría en estas condiciones. Nunca me aprovecharía de su ebriedad.

—¿Me deseas? —preguntó, quitándose los tacones.

Lancé su vestido en el sillón.

—Mucho, pero ahora todo lo que haré es sostenerte—respondí—. Es lo que quieres, ¿no?

La levanté de nuevo en mis brazos y la acosté en mi cama. Respiró profundamente, llena de lujuria cuando fue mi turno de desnudarme. No dormiría con el traje.

—Quiero sentirte de nuevo.

—Esta noche no, Alayna.

Hizo un mohín.

—Eres aburrido.

—No, soy un caballero que me gusta ver a mi mujer consciente mientras la penetro.

Sus labios gruesos se entreabrieron y me miró con una sonrisa.

—¿Soy tu mujer? —Ella agarró mi cintura y tiró de mí para que cayera sobre su cuerpo. Me sostuve con mis codos, mis labios rozaron los suyos —. ¿O te refieres a la ardilla?

¿Por qué mencionaba a la insoportable de Marilla? Tuve suficiente de ella esta noche.

—Eres la única mujer a quién deseo, nadie se compara contigo.

Con una impresionante fuerza cambió las posiciones. Ella estaba arriba y yo abajo. Sus palmas recorrieron mis abdominales y me mordí el labio.

—Solo pensar que te casarás con ella y será tu esposa...

—No me casaré con ella ni muerto —La tumbé de nuevo de espaldas y puse sus brazos encima de su cabeza—. La voy a hundir antes de que suceda. Lo juro, Alayna.

Presionó su frente contra la mía, cerrando los ojos. En otra situación me reiría de ella porque era adorable ver sus celos, pero cuidé su corazón. No imaginé que sería posesiva y territorial.

Era Alayna Novak.

La mujer más segura que conocía.

—¿Qué me estás haciendo? —preguntó con un quejido.

Solté sus muñecas para que enredara los dedos en mi cabello.

—Lo mismo que tú a mí.

Nos abrazamos después, su cuerpo se rindió al mío. Su respiración era constante y calmado. Dormir a mi lado le otorgaba paz y seguridad.

Belleza Oscura [En Librerías]Where stories live. Discover now