Capítulo 38 🦋

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Una semana después...

Luca

Me desperté ante el sonido de suaves pitidos. Mis ojos se entrecerraron por el golpe de luz que lastimaba mis párpados. ¿Dónde estaba? Me removí con una mueca al notar la intravenosa conectada a mi brazo. Tenía la boca seca.

Tratando de mantener la respiración uniforme, me giré para ver a Alayna sentada en el sofá a mi lado con las piernas cruzadas y una revista en sus cuidadas manos de largas uñas. Las mismas manos que arrebató vidas para mantenerme a salvo.

Nuestras miradas se quedaron bloqueadas mientras los recuerdos venían a mí como un huracán destructivo: Yo secuestrado y torturado, Berenice asesinada, las palabras de Leonardo, los gritos de mamá, las chicas del prostíbulo, la masacre que provocó Alayna...

—Hola, príncipe.

Me aclaré la garganta sin quitar mis ojos de los suyos. Se veía deslumbrante, como una diosa que descendió del cielo. Su largo cabello negro estaba suelto y planchado. Su perfecto cuerpo envuelto en un atuendo que solo ella podría lucir increíblemente bien.

—Alayna.

La seriedad era palpable en su rostro.

—Estuviste inconsciente por días—expuso—. Tu cuerpo necesitaba recuperar la energía que perdiste.

El dolor de cabeza no había disminuido, mis costillas sufrían si me movía.

—¿Qué pasó? —Mi voz sonó rasposa y agria—. Solo recuerdo que destruiste el auditorio y fui rescatado por Fabrizio.

Se levantó y se acercó a la cama.

—Derribamos a los soldados de tu padre, pero él logró escapar —explicó.

Por supuesto que esa basura encontró la manera de huir. Era demasiado cobarde para enfrentar sus problemas.

—¿Y Carlo?

—Moribundo en uno de los calabozos de tu casa —dijo Alayna—. Es tuyo.

Mis ojos se cerraron un segundo con alivio. Lo tenía, mi venganza se llevaría a cabo y no me detendrían.

—¿Sabes algo de mi madre?

—Luciano y Kiara la trajeron al hospital, pero mejorará —afirmó—. Preocúpate por tu salud. Lo tengo bajo control, nadie volverá a lastimarte.

Alcancé una de sus manos y deposité un beso en la palma.

—Gracias —susurré—. Cada día estoy más convencido de que amarte es la mejor decisión que tomé en mi vida.

Se inclinó y me dio un suave beso en los labios agrietados.

—Nunca más te alejes de mí.

Acaricié su cabello oscuro con una sonrisa.

—Nunca.

Se sentó en el borde de la cama sin soltarme las manos.

—Sucedieron muchas cosas en tu ausencia. Tu tío Eric está al mando de la organización mientras te recuperas.

—¿No encontraron ninguna pista de Leonardo?

Negó.

—Es listo. Cuenta con muchos hombres que aún son leales a él —murmuró —. Pero no te preocupes. Quiere liderar como sea Palermo y dará la cara tarde o temprano.

—¿Qué me dices de Moretti?

Se encogió.

—Él obtendrá su merecido, pero nuestra prioridad es encontrar a tu padre —recalcó—. Moretti es un bastardo inteligente que sabe escurrirse muy bien.

Belleza Oscura [En Librerías]Where stories live. Discover now