Belleza Oscura [En Librerías]

Capítulo 16 🦋

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Luca

Estaba lloviendo cuando partimos. El limpiaparabrisas despejó el camino ante nosotros. Aumenté la velocidad y le subí el volumen a Lithium de Nirvana. Alayna a mi lado tarareaba la canción sin inmutarse por mi cambio de humor y abrió la ventana para disfrutar las gotas de lluvia.

—La falta de disciplina es tan poco atractiva —comentó Alayna—. Permitiste que tus emociones tomaran el control y él no dudó en aprovecharlo. Es lo que quería, ¿sabes? Manipularte.

No quité mis ojos de la carretera.

—No todos somos fríos como tú.

Resopló.

—¿Qué te dijo?

—Lo obvio. Con su muerte mi padre tendrá más poder y hará lo que quiere —respondí—. Piensa que llevará a la destrucción a nuestra familia y me considera un mejor líder.

—Interesante... —Sentí la intensidad de su mirada como una daga afilada—. Siempre quisiste tener su apoyo y aprobación. ¿No deberías estar feliz? Te considera digno de su puesto.

La vergüenza se apoderó de mí. El niño herido quería su apoyo, pero el hombre fuerte deseaba verlo muerto. Acabar con su legado me daría la felicidad que me negó durante años.

—Haré que pague su deuda, le daré uso a su influencia.

—Es lo mínimo que debe hacer por ti. Su título te dará protección—Se movió en su asiento—. Puede que no te ganes el apoyo de todos fácilmente, pero no estarás solo. La reina protege al rey.

Mis labios formaron una sonrisa. ¿Qué diablos haría sin ella? Probablemente estaría perdido.

—La vida es un tablero de ajedrez.

—Todos son nuestros peones.

La miré detenidamente. Su cabello oscuro se sacudía con la fuerza del viento y sus ojos azules brillaron. Me fijé en sus pechos, que estaban agitados por la excitación. La tensión era tan espesa que mi voz no funcionaba bien. Tragué duro. Un trueno impactó a poca distancia.

—No quiero ir a casa —admití—. Me gustaría escapar del infierno al menos una noche y fingir que todo estará bien.

Se mordió el labio.

—¿A dónde quieres ir exactamente?

—Cualquier parte menos a mi casa—Me concentré de nuevo en la carretera desierta—. Tal vez a un hotel.

Su suave risa inundó el auto.

—¿Estás tratando de llevarme a la cama, Vitale?

Puse una mano en su muslo.