𝐃𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐜𝐭 𝟗 ➵ 𝘮𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨; 𝘴𝘬𝘻

𝟎𝟏𝟔

Entre rápidamente a mi habitación y busqué desesperado a Felix. Su cama estaba intacta y no había ninguna señal de que alguien hubiera estado aquí antes, mis ojos se comenzaron a cristalizar y las lagrimas no tardaron en caer. Por alguna extraña razón, mientras estuve en la habitación de Minho comencé a tener recuerdos borrosos de lo sucedido el día anterior, mis manos comenzaron a temblar, mientras mi pecho subía y bajaba rápidamente.

-¿Y si le ocurrió algo?.- pensé en voz alta.- es mi culpa.- grité cayendo de rodillas al suelo.

Comencé a llorar desconsoladamente y los nervios comenzaron a comerme vivo, ¿donde estará Felix? quizás estaba con Jeongin y yo aquí perdiendo mi tiempo llorando.

El ruido de la puerta abrirse interrumpió completamente mis pensamientos, me giré de inmediato encontrándome con mi, ahora rubio amigo mirándome desconcertado.

- Felix, felix.- corrí a abrazarlo con emoción.- te extrañe.- comencé a dejar besos por todo su rostro mientras pequeñas lagrimas caían por mis mejillas.- perdóname.- susurre.

- Hannie, amor.- me tomo del rostro dulcemente.- estoy aquí, jamás te abandonare.

Los ojos de Felix reflejaban sincera dulzura y preocupación, en cambio los míos, debían verse como los más culpables y arrepentidos de todos.

- Jisung-ah, por favor deja de llorar.

- Realmente.- hice una pausa.- lo siento.

- ¿Que sientes bebé?, ¿por qué te disculpas?.- me sonrió dulce.- tú no tienes la culpa de nada.

Claro que si la tenía, claro que era mi culpa, quizás si me hubiera marchado apenas el timbre sonó, Felix no hubiera sido brutalmente golpeado solo por ayudarme, era realmente mi culpa y nadie podría hacerme cambiar de opinión. Simplemente asentí abrazándolo, no quería darle más preocupaciones al rubio, no quería que se sintiera triste por mi culpa, le sonreí débilmente, pero mi corazón dolía como nunca. Había lastimado indirectamente a la persona que más quiero en el mundo.

- ¿Ya comiste?.- preguntó dulcemente.

- Si, si le robe algunas tostadas a...Lee know?

- ¿Qué hiciste, que?.- gritó exagerado.

- Para mi defensa, el me dejó solo con mucha comida allí y hasta le preparé el desayuno.

Dije lo último intentando hacer un lindo puchero, Felix me sonrió tiernamente para luego reír. ¿Cómo podía ser tan radiante?, es decir... ¡ayer le dieron una gran paliza!

- Ya es tarde.- dijo caminando hacia su armario sacando de el su mochila.

- ¿Nos vamos?.- camine hacia la puerta con el rubio pisándome los talones.

Una vez fuera de la torre de los perdidos, nos dijimos rápidamente al instituto. Sonreí al ver a Felix con los ojos extremadamente abiertos después de revisar la hora en su celular.

- Esta clase nos toca juntos.- dijo rompiendo el silencio, lo mire emocionado inmediatamente.

- ¿De verdad?, no tenía idea-. sonreí.- no soportaría estar solo otra vez.

Dije la última oración con una pizca de gracia para mejorar el ambiente, pero Felix me miro simultáneamente preocupado.