𝐃𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐜𝐭 𝟗 ➵ 𝘮𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨; 𝘴𝘬𝘻

𝟎𝟑𝟏

Felix creía que el peli castaño se había vuelto loco. Jisung creía que felix jamás iba a aceptar que estaba en lo correcto y solo estaba exagerando demasiado.

Se levantó con un fuerte dolor en el trasero por haber dormido toda la noche en ese sucio y blanco piso. Observo su reflejo en el espejo y unas casi inexistentes ojeras adornaban sus rasgados ojos, haciéndolo lucir una mirada cansada. Una mirada de esas que dicen "anoche dormí como la mierda"

Pero claro, a esas alturas poco le interesaba su apariencia, aunque tenía que admitir que estaba bastante bien, mucho mejor desde que llegó. Allí la comida era realmente privilegiada y eso hacía que la disfrutara sin excusas, se estaba alimentando bien y eso le daba la impresión de una cierta esperanza de que su vida mejoraría. Pensó en su padre, vaya forma lógica de querer curar su homosexualidad encerrandolo en un lugar casi lleno de homosexuales.

Comenzó a reír irónicamente como un maniático, en esos momentos pasó por su cabeza la idea de que felix estaba al otro lado de la puerta con un bate entre las manos y en cualquier momento entraría para sacarle el demonio a su amigo.

Claro que eso no sucedería, la puerta estaba con seguro.

Pensar en su madre o siquiera nombrarla se había vuelto un tabú en la vida de jisung, estaba demás confirmar lo mucho que extrañaba a esa hermosa mujer, sus abrazos, sus dulces besos de buenas noches y esas geniales y reconfortantes maratones de doramas tailandeses por las tardes. Le hacia demasiada falta.

Pero algo ocupaba su mente en estos momentos, uno de los grandes misterios del cual todos hablaban estas últimas dos semanas, ¿qué sucedió con yang jeongin?, al principio se le había ocurrido la idea de que escapó por la culpa de haber abusado sexualmente de él y seungmin, pero esa idea era un tanto absurda, el era un psicópata, ¿por qué tendría remordimientos?. La verdad ya no importaba quien fuera, si es que se encontraba vivo el mismo se encargaría hacerlo pagar, no exactamente por el, si no por seungmin, su querido pequeño.

Durante la noche divago las posibilidades de que minho fuera el responsable como felix decía, pero realmente no tendría sentido que lo hubiera hecho.

Mierda, minho.

¿Cómo se supone que lo miraría a la cara?, estaba totalmente jodido, pero al mismo tiempo intrigado y emocionado por volver a ver sus penetrantes ojos sobre él. Claro estaba que jisung no era un niñato virgen, vaya experiencia y error de haberle entegrado su todo al idota, malagradecido y en palabras más directas INFIEL de jaemin.

Pero joder, en los brazos de minho se sentía un maldito chico sin ninguna experiencia. Y vaya que le habla sorprendido bastante las hábiles manos de lee minho, porque no se esperaba que bateara para este lado, digo tiene una novia guapa, descerebrada pero guapa.

Y allí es cuando se dio cuenta de su error número, ¿cuál número era?, ya hasta había perdido la cuenta. Se habla convertido en lo que literalmente juro destruir, así es, han jisung fue la otra, se encontraba totalmente indignado, después de todo lo que el paso decidió ir detrás, mejor dicho, seguirle el juego a un hetero de clóset con novia.

Jisung pensaba que el buscaba sus propias maneras de cagarse la vida.

- ¡Llevas años allí dentro!- gritó el rubio desde el otro lado, rogando que por favor lo dejara usar el inodoro.

- Es sábado, no tienes apuro - jisung abrió la puerta dejando ver a un adormilado rubio teñido con una cara de pocos amigos.

- Mis ganas de orinar no son de lunes a viernes, para que lo sepas - respondió irónico adentrándose al baño.

- Muy gracioso.

Salió del baño entre risas burlesca, observo como felix levantaba su dedo del medio y cerraba la puerta de golpe.