𝐃𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐜𝐭 𝟗 ➵ 𝘮𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨; 𝘴𝘬𝘻

𝟎𝟒𝟔

Las semanas pasaban y el dolor de Jisung cada día aumentaba, siquiera podía ver Felix de igual forma, ni tener relaciones con Minho, lo cual al mayor le molestaba.

Jisung estaba tumbado en la cama azul de la habitación, su tercer cliente de la noche se había marchado hace ya varios minutos atrás, pero no sentía su cuerpo.

El hombre lo había golpeado demasiado por haberse retorcido del dolor, las marcas de cigarrillos hacían una fricción con las mantas y le provocaban ardor.

– Cariño ya tienes que reaccionar, tienes un cliente en 15 minutos – susurró Chenle a su lado, quien lo estaba maquillando.

– Me duele demasiado – susurró.

Chenle lo obligó a tomar unas pastillas para el dolor y le aplicó una crema para las quemaduras. Jisung le agradeció y este fue al baño, su cuerpo quiera soportaba un poco de agua y provocaba vómitos muy constantes, en cualquier ocasión. Limpio su boca y volvió al cuarto, donde el rubio le había dejado un atuendo. Han lo observó, eran unas mallas negras y una camisa moderna color azul, porque sí, el era el chico azul de esos horribles lugares.

La puerta sonó y este solo se tumbó en la cama aguantando sus lágrimas, él hombre lo miró con una gran sonrisa, cerrando la puerta de un gran portazo tras él.

Solo unos minutos bastaron para que el pequeño peli azul estuviera amarrado bruscamente a la cama con ese hombre encima de él, penetrandolo sin control alguno. Jisung solo lloraba y gritaba.

– Dime quién manda perra – gritó.

Pero Han solo se limitaba a llorar.

– ¡Respondeme! – golpeo su rostro de forma rápida y brusca, provocando que sangrara levemente por la nariz.

– Por favor, detente – susurró con un hilo de voz, que ni el mismo logro escuchar.

El hombre, quien era cliente frecuente del menor, solo lo golpeaba con rabia y excitación, ya cansado de la lucha inútil del peli azul, solo tomó la jeringa inyectando la directamente en su brazo para que este cayera inconsciente en pocos segundos y así poder satisfacerse.

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Jisung ya estaba vestido y duchado, dispuesto a ir a su torre a llorar con tranquilidad en el baño de su cuarto.

Como era de costumbre salía de esa horrible habitación cabizbajo, para evitar contacto visual con cualquier persona que rondará por los pasillos, las cuales eran muchas. Al sentir unos pasos acercarse, el menor intento esconder su rostro y llegar al ascensor rápido, pero el golpe de un cuerpo chocar con el suyo lo hizo caer de espaldas. El peliazul solo espero resignado los golpes de furia de aquel hombre, pero no llegaron, obligándolo a observar sorprendido de quien se trataba.

– ¿Jisung eres tú? – pregunto el pelinegro.

Solo comenzó a llorar avergonzado, siendo envuelto por los brazos de este.

– Tranquilizate por favor – rogó.

Unos pasos comenzaban a acercarse a donde estaban los dos chicos. El mayor tomó a Jisung de la muñeca y lo obligó a entrar nuevamente a la habitación.