𝟎𝟑𝟖

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Y así comenzó la historia entre jeongin y hyunjin. Al principio eran inseparables, el mayor lo consideraba como su mejor amigo, pero al pasar las semanas todo de volvió más extraño para el más alto.

Hyunjin despertó agitado de una muy espantosa pesadilla, observó desesperado la habitación en busca de su pequeño y lindo compañero, se sorprendió bastante al encontrarlo en los pies de su cama mirándolo fijamente con una enorme sonrisa. Este al darse cuenta amplio aun más su notoria felicidad ante sus ojos.

– Jeongin, ¿qué haces ahí? – pregunto confundido el pelinegro.

El mencionado se levantó de su asiento y se acercó aún más su mayor.

– Estaba vigilando que los monstruos no te atacaran hyung – sonrió.

Hyunjin abrió sus ojos alarmado, él no creía realmente en esas tonterías, pero la imagen de él cadáver de su padre lo estaba atormentando bastante y que jeongin mencionara eso en medio de la noche le parecía demasiado aterrador.

– Ve a dormir – lo ignoró y cubrió su cuerpo con las ya tibias sábanas.

El mayor pudo sentir como un cuerpo descansada a su lado, lo cual lo asustó y sorprendió, pero no hizo nada al respecto.

Sintió sus manos abrazar su pequeña cintura y la agitada respiración del menor chocando en su nuca.

– No quiero hacerte daño hyung, lo intento, pero ellos vienen todas las noches y me piden que te haga cosas malas. – un silencio incomodo inundó el lugar.

Hyunjin estaba asustado y su cuerpo se sentía paralizado ante su presencia, temía por las palabras de su menor.

– Prometo que no lo haré – le acarició dulcemente la cabeza – prefiero que las voces me dañen antes que a ti.

El mayor comenzó a temblar, el viento chocaba fuertemente con la ventana de la habitación, provocando un ambiente frío y oscuro al cual hyunjin se sentía aun más atemorizado por la situación.

– Hyung, ¿estás dormido?

No lo estaba, pero se quedó inmóvil.

– Quiero que sepas que mientras estés conmigo nada malo te pasara, tengo mucho miedo – lloró – ellos te quieren muerto, ahora mismo me dicen que haga daño, mi cabeza duele un montón, pero tu calor lo alivia un poco – susurró.

Jeongin se acorruco en el cuello del mayor y se quedó profundamente dormido, dejando a hyunjin paralizado a un lado de él, sin saber que hacer realmente.

Abre tus ojos hyunjin hyung – susurró.

Un año después

En el distrito los rumores se corrían bastante rápido, la teoría de que lee know mató a jeongin era la más fuerte de todas.

Pero hyunjin conocía bastante bien al menor, sabía que después de cometer algún acto malo provocado por sus "monstruos", como el los llama, huye y se castiga así mismo. Mentiría si dijera que no estaba preocupado, pero no tenía nada que hacer, ya no era su asunto.

Por otro lado se encontraba minho entrando al la torre de los reclutados.

Minho entraba a toda velocidad con las manos hechas un puño, pateo fuertemente la puerta destinada, haciendo que el cerrojo se rompiera y esta se abriera al instante.

Tras ella estaba taehyung con una mirada aterrada y sorprendida, el pelinegro camino hacia el y lo tomo por el cuello de forma descontrolada.

– Escuchame idiota – escupió – aléjate de jisung, esta será mi única advertencia, no voy a golpearte, pero si desobedeces nada bueno saldrá de aquí. – minho lo soltó haciendo que este callera al piso. Se dio la vuelta dispuesto a salir de la habitación, pero un grito lo detuvo.

– Si crees que te tengo miedo o respeto estas muy equivocado idiota, jisung es demasiado para ti, por eso te pones como loco, porque estás conciente de ello.

Gritó taehyung haciendo que minho tomara lo primero que estuviera a su alcance y lo estrellara contra el vidrio de la gran ventana tras de él.

– Disfruta la ventilación, pedazo de mierda – dijo minho fríamente.

Minho salió de la habitación, se adentró al ascensor y cuando las puertas se cerraron comenzó a patear las paredes, la rabia que sentía en esos momentos era demasiado poderosa.

¿Por qué?, porque sabía que taehyung estaba en lo correcto y eso le enfermaba.

Mientras tanto jisung se encontraba buscando a felix en medio del campus.

Han caminaba lentamente mirando su al rededor, para ver si por casualidad veía una gran cabellera rubia o una rojiza, pero para su desgracia el campus estaba repleto de reclutados por doquier.

No había rastro de sus amigos, lo cual lo hizo desesperarse un poco, ¿dónde se habían metido sin él?, se sentía algo excluido y eso le dolía bastante.

El día estaba frío, las nubes coloreaban el cielo de un color gris y una fuerte brisa corría por el lugar. Jisung se arrepintió de no haber llevado un suéter, pero para su consuelo llevaba una camiseta verde de mangas largas. Han, ya agotado y triste tomo asiento en una de las bancas del lugar observando su alrededor.

Habían muchas perdidas en el campus siendo conqueteadas por los reclutados, lo cual lo hizo recordar a jaemin, ¿él estará aquí también?. Ese pensamiento lo hizo levantarse con prisa para volver a su habitación y así ahorrarse malos ratos, lo cual no funcionó realmente.

– Jisung – susurro una voz tras él, que por suerte o desgracia logró oír.

El nombrado quedó paralizado sin reaccionar, se giró despacio con sus ojos cerrados con fuerza. Lo único que le faltaba para aumentar sus problemas era que estuviera hablando con él.

Abrió sus ojos, jaemin se encontraba frente a él con una mueca de tristeza dibujada en su rostro, haciendo que jisung tuviera algo de lástima por él.

Lo cual era ilógico, porque el que le hizo daño había sido realmente él.

– Por favor no te vayas – soltó – de verdad, tienes que escucharme.

Jisung rodó los ojos, no tenía tiempo para sus estupideces de infiel arrepentido, quería encontrar a sus amigos rápido.

– No me estorbes – dijo indiferente.

Jaemin abrió sus ojos sorprendido, el jamás le había hablando así antes.

– Has cambiado han – susurró.

– ¿Podrías hablar alto?

– Lo siento, lo siento por todo – dijo jaemin mirando a jisung.

– Te perdono, ahora déjame en paz – se giro de inmediato sorprendido por su propia frialdad, minho ya le estaba pegando su actitud de mierda.

– Necesito que me escuches – gritó.

– Si si, jodete jaemin – levanto la mano en forma de despedida y comenzó a caminar.

– No fue por las buenas, será por las malas – el nombrado tomó a jisung por la espalda y puso un pañuelo con olor particular en su nariz haciendo que este cayera desmayado en sus brazos – lo siento mucho sunggie – susurró.

𝐃𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐜𝐭 𝟗 ➵ 𝘮𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨; 𝘴𝘬𝘻Where stories live. Discover now