𝟎𝟑𝟑

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El reloj marcaba las 11 de la noche, una fuerte lluvia golpeaba la ventana, el ruido convertía la habitación en un ambiente relajado, al menos para minho. Jisung temblaba a un lado del mayor, el frío ya se estaba volviendo un problema para él.

Minho se levantó, dejando al castaño abrazando una fría almohada, mientras suspiraba cosas sin sentido. El pelinegro de dirigió a su armario, tomó unos boxer limpios y se los puso rápidamente. Abrió otro de los cajones de su gigantesco clóset y sacó una manta color gris. La puso sobre jisung de inmediato y este de abrazo a ella al instante.

El mayor se sentó frente a él y comenzo a observar su dormir, sentía que podría hacer eso el resto de su vida sin cansarse en lo absoluto. Era realmente precioso y nadie podría decir lo contrario.

– Ahora eres mío, jisung – susurró fríamente mientras el nombrado soltaba unos estornudos rebeldes.

El sonido del teléfono de minho hizo eco en toda la habitación, pero eso no fue impedimento para interrumpir al durmiente, quien sin importarle nada, siguió durmiendo plácidamente.

Observo el aparato por unos segundos, mientras de reojo veía a su joven amante. Minho había cometido un error, lo supo desde hace mucho antes que siquiera se conocieran personalmente.

Contestó y las lágrimas comenzaban a salir, sin autorización alguna.

– ¿Lo tienes? – dijo la voz tras la línea.

– Sí – su garganta ardió, como si al pronunciar esas dos letras, hubiera escupido el fuego de la gran traición.

– Sigue el plan – la llamada se corto.

Minho lanzó el celular al otro lado de la habitación, se levantó hacia la cocina, sus pies pesaban y el corazón le latía con fuerza. Abrió uno de los estantes, y al encontrar exitosamente lo que buscaba, abrió rápidamente el paquete, dejando ver la filosa punta de esta.

Observo el objeto mientras de reojo veía como el castaño dormida tranquilamente.

No lo penso dos veces.

Posicionó la jeringa y la inyectó directo en su vena. Minho apretó los ojos de forma desesperada y al terminar lanzó el objeto al piso de su habitación. Los efectos a corto plazo no tardaron en venir, una ola de placer se apoderó su cuerpo llevándolo a la locura absoluta.

Comenzó a sudar de forma desesperada, se sentía en el puto cielo en esos momentos. Iba más allá de lo que su euforia soportaba, el placer era estremecedor y sus ojos comenzaban a cerrarse. Minho se encontraba en su locura máxima y sus últimos pensamientos antes de caer en un profundo sueño a un lado de el castaño; quien ajeno a la situación en esos momentos, dormido se encontraba.

Fueron nada más y nada menos que jisung, su lindo jisung llegando con sus maletas en su primer día de distrito.

Fueron nada más y nada menos que jisung, su lindo jisung llegando con sus maletas en su primer día de distrito

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𝐃𝐢𝐬𝐭𝐫𝐢𝐜𝐭 𝟗 ➵ 𝘮𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨; 𝘴𝘬𝘻Kde žijí příběhy. Začni objevovat