Capitulo 21

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De verdad, disculpen que no subi ayer, mi internet es malisimo y hoy comenze la uni asíque de antemano perdonen la demora, los quieroooo :*

PD: Lo más seguro es que ahora solo suba los fines de semana :c / también estoy publicando otra historia, echenle un ojo ;) y ya saben si les gusta denle me gusta y si les gusta mucho comenten, besooooos :*****

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Camila se dio cuenta de que Lauren Jauregui era un camaleón capaz de cambiar de color delante de sus ojos. 

No le gustaba mucho la capitana obstinada con la que había pasado gran parte del dia. No era tan abierta de mente como le había hecho creer. Era capaz de frustrarla hasta el punto de arder en deseos de gritar. Pero le había dado algo a lo que aferrarse cuando le aseguró que contaba con su protección, de modo que creía que no iba a volver a asustarla… o eso esperaba. Y mientras mantuviera un tono cordial, podía lidiar con ella.

Tampoco le gustaba la seductora porque también la afectaba, pero de otro modo. Ni siquiera podía pensar cuando hacia acto de presencia.

Le gustaba la mujer encantadora que había conocido en la antesala del palacio. Tal vez más de la cuenta. Pero dicha mujer había desaparecido… y seguramente no volveria jamás.

Pero la que tenía adelante, esa bruta gigante era la que menos le gustaba. La insultaba y la escandalizaba, y le daba igual tratarla como a una mujer ligera de cascos en vez de como a la dama de alcurnia que era. Tal como estaba sentada, con los pies sobre la mesa, sugiriéndole que se sentara en su regazo para entretenerla… ¡Por Dios! La sacaba de quicio.

Fue incapaz de ocultar el desdén que sentía al decir:

--Entiendo que los aristócratas lubinios son diferentes a los que estoy acostumbrada, pero ¿tiene que ser tan vulgar?

--Si intentas insultarme, muchacha, vas a tener que esforzarte mucho más.

--Es una bruta salvaje y creo que posee el suficiente seso como para saberlo. ¡Le gusta comportarse de un modo tan insultante! Ni siquiera intenta mejorar sus modales.

Ese comentario le arrancó una carcajada a la capitana, que incluso cruzó las manos tras la nuca. Estaba muy relajada, con una pose muy poco profesional y guapísima. Camila cerró los ojos y contó hasta diez…

--¿Estás pensando en mi cama?

--¡No!—exclamó, abriendo los ojos de golpe.

--Qué decepción…

No parecía decepcionado. Más bien parecía estar pasándolo en grande.

--Creo que ya la he entretenido bastante por un día—replicó, tensa—Si me lleva a una habitación…

La capitana bajó las piernas al suelo y se inclinó hacia delante. De repente, volvía a estar muy seria.

--Ya sabes dónde está tu habitación.

Nada podría acongojado más. ¿Iba a regresar a la celda? Eso quería decir que se encontraba verdaderamente prisionera…

Sin embargo, la capitana la sorprendió al añadir:

--A estas alturas, Boris ya habrá adecentado un poco la habitación, haciéndola más acogedora, y habrá incluido algo que cubra la puerta para darte más intimidad. Con un poco de suerte, habrá encontrado unas cortinas y no habrá usado mantas mohosas.

Estaría más cómoda pero seguiría sola, pensó Camila. La idea le provocó una nueva oleada de pánico. Cualquiera podría quitar las cortinas y lanzarle un puñal a través de los barrotes, y la capitana no se enteraría hasta la mañana siguiente, ¡cuando la encontraran muerta!

Las reglas de la pasión - CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora